La revolución Koons se adueña del Withney

Sí, soy fan del Museo Whitney de Arte Estadounidense (Whitney Museum of American Art) ubicado en el número 945 de la Avenida Madison con la calle 75 de Nueva York. Contiene la mayor colección del mundo de arte estadounidense del siglo XX, con una muestra permanente de más de 18.000 obras.  Es el sitio donde nació mi admiración por el pintor americano Edward Hopper (su mujer legó gran parte de sus obras a este museo). La escultora millonaria Gertrude Vandelbilt Whitney (coleccionó más de 500 obras de arte a principios de siglo) lo fundó en 1930 porque no le dejaron exhibir su colección en el Metropolitan Museum.

El edificio actual, cemento, granito gris y fachada imponente, fue inaugurado en 1966 y es  obra del arquitecto húngaro Marcel Breuer. El mismo Breuer fue conocido también por ser el creador de  la silla Wassily, uno de esos clásicos del diseño mobiliario. Ese edificio está ya de despedida. El museo cambiará pronto de piel. El arquitecto genovés Renzo Piano está ya ultimando la nueva sede, que será inaugurada en la primavera de 2015 junto al parque High Line, en el Meatpacking District.

Hoy, Withney Museum está de actualidad porque alberga la mayor colección del artista Jeff Koons. Withney Museum y Jeff Koons estaban destinados a entenderse. Lo que nunca hubiera imaginado es que todas las salas de este museo, de cinco pisos, estuvieran  entregadas a Koons. En el Whitney, jamás se le había dedicado tanto espacio a ningún artista, ni siquiera gozaron de ese privilegio Andy Warhol, Pollock o Mark Rothko.

La retrospectiva reconstruye sus piezas más icónicas y sus series más significativas, produciendo una narrativa cronológica que permitirá a los visitantes entender su multifacética producción, en lo que constituye la mayor exposición de este artista en la ciudad de Nueva York.  ‘Jeff Koons Retrospective‘  estará desde el 27 de junio hasta el 19 de octubre en el Whitney Museum of American Art, Nueva York. Tomen nota, la muestra de Koons incluye casi 150 objetos producidos desde 1978 hasta la actualidad. Después de NY podrá visitarse en el Centre Pompidou de París y en el Guggenheim de Bilbao.

Soy menos fan de Jeff Koons (York, Pensilvania, 21 de enero de 1955), aunque sí simpatizo con él y con todos esos coleccionistas que saben conjugar perfectamente una obra de Koons con un Velázquez o con esculturas de arte clásico. Conocí a Koons en 1992 de la mano de Puppy en el Museo Guggenheim Bilbao. Puppy, ese West Highland terrier de más de 12 metros completamente cubierto de plantas en flor en el que Koons aunó pasado y presente y quiso hacer referencia a un jardín clásico europeo del siglo XVIII. Puppy, que  fue creado para una muestra de arte en Arolsen (Alemania), también se pudo ver en Sydney y en Nueva York antes de trasladarse al Museo Guggenheim Bilbao, donde preside la entrada de forma permanente.  

Confieso que la actitud provocadora y marketiniana del artista no me deja indiferente y que su iconografía constituye, sin duda, un monumento al sentimentalismo. Descubres, por ejemplo, que le encanta el color, las grandes dimensiones y los perros, de los que dice que son eternamente optimistas. Desde Puppy a sus reconocidos perros globos hinchables de colores y el éxito que ha obtenido con ellos en el mercado del arte, en noviembre de 2007, Koons se convirtió en el artista vivo más caro. ‘Hanging Heart’, una obra por la que siete años antes se habían pagado 700.000 euros, se vendió por 15 millones de euros. Pero, sin duda, el precio más alto para un artista vivo lo consiguió  con otra  de sus  obras ‘Balloon Dog (naranja)’,  se vendió en 2013 por la cifra récord de 58,4 millones dólares.

Koons es tan conocido por sus polémicas obras como por su gran habilidad para darlas a conocer y conseguir que se revaloricen continuamente. Cuentan que fue uno de los primeros artistas en contratar a un asesor de imagen y en iniciar campañas de marketing con anuncios con una fotografía suya a toda página en las principales revistas de arte. Su biografía es artística y empresarial. Se formó en la School of the Art Institute of Chicago (SAIC) y se licenció en bellas artes por el Maryland Institute College of Art (MICA) de Baltimore en 1976. Ese mismo año se trasladó a Nueva York, donde sufragó la producción de sus primeras creaciones como corredor de bolsa en Wall Street. La habilidad de Koons en las transacciones bursátiles y comerciales se trasladaría también al mundo del arte, ya que captó socios para el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York y, según dicen, con gran acierto. Koons es doctor Honoris Causa por el Corcoran College of Art & Design de Washington, D.C., sus obras han sido exhibidas en museos de todo el mundo y forman parte de colecciones públicas y privadas.

Coincidiendo con su retrospectiva, conocemos otra faceta más del artista, ya que ha diseñado un bolso para H&M. Un detalle, la cadena sueca es el patrocinador de la muestra del artista. En el diseño de la pieza también hay sentimentalismo: de piel de color negro, en formato bandolera y estampado el dibujo de su simpática obra del perro globo hinchable en tonos verde lima metalizados. Para que luego digan, ahora  muchos pueden tener un Koons en casa. Este modelo, eso sí, de edición limitada, se puede adquirir en la nueva boutique de H&M en Nueva York, en el Whitney Museum y en la tienda online de H&M a un precio de 49,95 dólares.