De Francisco Nicolás, la megalomanía y la pseudología fantástica

Poco se ha hablado del diagnóstico del 'pequeño Nicolás', salvo por pequeñas menciones al informe del médico forense.

Patricia Peyró. 29/10/2014
Pinocho
El mentiroso patológico acaba por creer sus propias mentiras de tanto meterse en el papel.

Poco se ha hablado del diagnóstico del ‘pequeño Nicolás’, salvo por pequeñas menciones al informe del médico forense hablando deuna florida ideación de tipo megalomaníaco, que se han atendido con una sonrisa y tras elevarle algunos poco más que a “héroe nacional”.

Ello a pesar de que llevamos dos semanas leyendo páginas sobre el asunto de cómo este joven de 20 años ha sido capaz de codearse con las altas esferas a base de engaños y fotos robadas. Sabemos que era todo fachada y despliegue de medios para impresionar, pero que con sus mentiras consiguió acceder a las personalidades del poder en España y que fue cazado cuando alarmaron a la Moncloa tras haber intentado comunicar con el móvil personal de Su Majestad el Rey.

Ahora la gente necesita respuestas. Explicaciones. Un diagnóstico. ¿Por qué? El psicólogo Raúl G. Gómez nos habla de la necesidad social de buscar un diagnóstico como forma de hallar una explicación racional. Por qué ‘el pequeño Nicolás’ ha causado sensación, responde a aspectos sociales propios de una cultura que hipervalora lo que se considera ‘éxito’.  “El sentimiento de la propia excepcionalidad sirve para aliviar sentimientos de culpa o de inferioridad. No sirve sólo con ser, sino que hay que ser ‘alguien’ ”. “El psicoanálisis entiende la megalomanía como goce del poder”, nos explica.

Pseudología

Continuando con la sintomatología de Francisco Nicolás nos interesan especialmente sus mentiras, que podrían explicarse como síntomas de una pseudología fantástica, también conocida como mitomanía o mentira patológica, afección que ya fue descrita en el año 1891 por el suizo Anton Delbrück y que, según explican ahora las psiquiatras Tamara Ferrero Álvarez y Lucía Pérez Ramírez, “se caracteriza por la continua fabricación de falsedades, desproporcionadas con cualquier ventaja que pudiera obtenerse y que pueden llegar a constituir un complejo engaño organizado y que, a diferencia de la mentira ordinaria, se origina en motivaciones patológicas y mecanismos psicopatológicos”.

Aunque parece que el 40% de los casos presentan una alteración previa del Sistema Nervioso Central como pueda ser la epilepsia, en términos patológicos, estas mismas psiquiatras explicaron en el 14º Congreso Virtual de Psiquiatría, cómo diversos autores lo han asociado con trastornos de personalidad límite, narcisista o histriónica, para la que no existe un tratamiento específico, aunque muestre cierta mejora con un buen abordaje psicoterapéutico.

Francisco Nicolás en la coronación de Felipe VI. (Foto: www.huffingtonpost.es)

Características de la pseudología fantástica

  • Elaboración de mentiras complejas que el propio individuo termina por creer en cierto modo, si bien no se trata de un delirio psicótico, puesto que el “mentiroso” llegará a confesar bajo presión.
  • Las mentiras suelen tener algún componente de realidad e incluso a veces pueden formar parte de un recuerdo distorsionado vivido por el propio afectado.
  • La ideación de mentiras se convierte en una característica de la personalidad de ese sujeto: es decir, no son mentiras puntuales o defensivas.
  • En las mentiras el actor sale casi siempre muy bien parado, como una figura importante, heroica o digna de admiración.

Seguiremos oyendo hablar del caso de Francisco Nicolás. Aún quedan muchas dudas que aclarar y “el pueblo quiere saber”. Sin duda en una segunda parte habrá que abordar el lado de los que le dieron cancha y crédito al que, a efectos sociales, aún se considera un adolescente.

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