La misteriosa camiseta de Malia Obama

Es poco habitual ver a las hijas del presidente en apariciones públicas o medios de comunicación. Una de las grandes preocupaciones de los Obama al llegar a la Casa Blanca era que sus dos hijas crecerían en la burbuja presidencial, ante la crítica mirada de los estadounidenses y convirtiéndose en objetivo de ataques de enemigos políticos. Desde entonces controlan ferozmente la privacidad de Malia y Sasha, que tienen prohibido participar en cualquier red social. No tienen Facebook ni Twitter. Quieren evitar así indiscreciones adolescentes y disgustos presidenciales. Pero hagan lo que hagan, las críticas llueven sobre las jóvenes.

Hace sólo unos meses una asesora republicana cargó contra ellas en la tradicional ceremonia del indulto de los pavos de Acción de Gracias en la Casa Blanca, por «mostrar poca clase» e ir vestidas «como en un bar». Estos comentarios le costaron el puesto y unas disculpas públicas. Pero no fue la primera vez ni será la última.

Malia y Sasha han soportado críticas injustas desde que eran unas niñas, generalmente vertidas sobre su apariencia física. Son las hijas del presidente de Estados Unidos y viven en el foco de atención pública, les guste o no, en un sistema que incluye a las familias en la narrativa política. De ahí el extremo cuidado que tienen sus padres. Aún así parece inevitable que en estos tiempos de precoz Internet y avalancha de selfies, se filtren imágenes como ésta, cuya legalidad debe estar analizando cuidadosamente la Casa Blanca.