Pecho caído: Hay solución
Hay soluciones diferentes para cada tipo de busto.
No todas las mujeres que tienen un pecho caído presentan el mismo problema. Cada paciente presenta una alteración distinta, y se puede agrupar en dos tipologías:
El pecho achatado. Es aquel que ha perdido la forma redondeada de la juventud y la parte superior se ha vuelto plana. Muchas mujeres no tienen un pecho excesivamente caído, pero al ponerse un escote se ven completamente planas de la parte superior, su busto tiene una forma parecida a una pera. Este tipo de pecho tiene una sencilla solución, ya que lo único que hay que restablecer es lo que se ha perdido: el volumen de las glándulas mamaria. Esto se consigue haciendo una sencilla intervención introduciendo unas prótesis mamarias en la zona afectada (normalmente en el polo superior del seno).
Esta operación suele ser ambulatoria, es decir, se realiza en el quirófano de un centro hospitalario, pero la paciente no se queda ingresada, sino que vuelve a su casa el mismo día. En este tipo de intervención, se suele optar por la anestesia general. Es el cirujano quien, después de examinar a la paciente decide la técnica que va a utilizar, pues la prótesis se puede introducir por la axila o por la areola. En ambos casos las cicatrices son inapreciables al cabo de poco tiempo. La recuperación es rápida, poco molesta y permite la reincorporación al trabajo en pocos días, sobre todo si se realizan masajes postoperatorios.
El pecho vacío. Las mamas tienen una función biológica: la de amamantar a otro ser. Por ello, durante el embarazo y la lactancia crecen notablemente. El problema del pecho vacío suele presentarse cuando la función de las glándulas mamarias ha “caducado”, es decir, cuando la función de lactancia se ha acabado. Puede aparecer entonces un pecho blando, sin volumen no sólo en el polo superior, sino también en el inferior. Cuando palpamos el pecho da la sensación de que está vacío.
En estos casos, si el seno no es grande y el pezón y la areola no están caídos, puede solucionarse introduciendo una prótesis que restablezca el volumen en todo el seno, devolviéndole así, no sólo el volumen, sino también, la forma esférica o de pera que tenía cuando el busto era joven. Si el pecho es muy voluminoso, y la areola y el pezón están bien situados, puede realizarse una reducción de la cantidad de piel del pecho. En este caso el seno quedaría más pequeño, pero también más bonito y erguido.