Esnobismo británico

Muchos de los que fuimos niños en los ochenta acompañamos el dibujo del Día del Padre con un frasco de la mítica colonia de lavanda Atkinsons. No habíamos vuelto a cruzarnos desde entonces pero mi memoria guarda un recuerdo nítido de aquel olor. La legendaria casa inglesa ha vuelto más esnob que nunca y, aunque confieso que nos ha costado reconocernos, el reencuentro no podría haber sido más grato.

Antes que nuestros padres, Napoléon, el rey Jorge IV, el almirante Nelson, Brummell o el duque de Wellington ya habían probado las creaciones –hechas a medida- de James Atkinsons, quien abrió su primera tienda en Londres en 1799 para vender bálsamo de grasa de oso con aroma a rosas. Por lo que se ve, el producto era bueno, pero James supo darle al negocio más visibilidad con una acción de marketing realmente feroz: colocar un oso auténtico a la entrada de su perfumería.

Excentricidades como ésta y esa elegancia innata de los ingleses marcan los pasos de una casa que, a lo largo de doscientos años, ha tenido tiempo de experimentar todo tipo de modas, influencias y estilos. Épocas gloriosas y otras de menor esplendor. ¿Y quién dice que un dandy no sabe reinventarse? El grupo italiano Perfume Holding adquirió la marca hace un par de años para recrear la autenticidad y el lujo de sus mejores épocas.

24 Old Bond Street es heredera del clásico estilo británico de sombrero de copa y bastón. El cóctel aromático no podría ser más inglés: enebro, rosa y té negro con una nota de whisky ahumado envejecido en barrica de roble. Esta colonia pertenece a la Colección Emblemática de Atkinsons y despliega todo su charm en una línea de baño impregnada en un complejo de rosa, camomila y extracto de pepino, proteínas lácteas, glicerina, miel y vitamina E. La pastilla de jabón perfumado es de 150 gramos y cuesta 25 euros.

El último lanzamiento de Atkinsons, que fue presentado en España hace unos días por su vicepresidenta, Brigitte Wormser, nos sumerge de lleno en los míticos archivos de la casa. Se trata de tres aguas de colonia inspiradas en fragancias creadas por Atkinsons entre la I y la II Guerra Mundial. Tres fórmulas magistralmente reinterpretadas sin perder un ápice del carisma y la elegancia de aquel periodo de entreguerras.

The Excelsior Bouquet es el relato épico del primer vuelo sin escalas sobre el Atlántico de la historia, a punto de estrenar los años veinte. Esta colonia captura la euforia, el peligro y el hedonismo a través de una combinación chispeante de sílex, salvia y vetiver. Un fascinante viaje olfativo en el que se entremezclan experiencias, adrenalina, el calor en la cabina de mando y el olor a cuero de las chaquetas de aviador.

Shakespeare inspira Love in Idleness, un filtro de amor neovictoriano que perfuma el aire con una delicada esencia de violetas. Su composición gira en torno a la violeta de Grasse, de la que se extrae toda su autenticidad gracias a la tecnología NaturePrint, evitando ese olor empalagoso que suele caracterizar a las fragancias protagonizadas por esta flor. Es un aroma ligeramente empolvado, con un travieso acorde de frambuesa y un seductor fondo de pachuli y musgo de árbol.

El agua de colonia Amber Empire original se presentó por primera vez en 1927, convirtiéndose en una de las primeras fragancias orientales lanzadas en occidente. Una pequeña revolución en su época por su fascinante y exótico aroma, tan art decó. Atkinsons ha reinterpretado esta creación para el siglo XXI, consiguiendo una fragancia más cosmopolita, contemporánea y endiabladamente sensual. El té Oolong realza las notas ambarinas formando una fascinante y vaporosa aura floral.

Estas tres eau de toilette pertenecen a la Colección Legendaria de Atkinsons y tienen un precio aproximado de 130 €. Se pueden adquirir en la perfumería Nadia y centros seleccionados de El Corte Inglés como Serrano, Castellana, Plaza de Cataluña, Diagonal o Marbella. Su lanzamiento no ha venido acompañado de una línea de baño pero quién sabe si dentro de poco tendremos el placer de hacer espuma con aroma a lavanda, helecho o té.