El hechizo de las fragancias

La historia del perfume ha  acompañado a la humanidad hasta tal punto que nos acerca a cada civilización y nos ayuda a comprenderla. Es precisamente en esa parte histórica y cultural donde radica su importancia y como tal, su propio e intrínseco sentido de hechizo y lujo. En la antigüedad sirvió de protección contra dioses y enfermedades, incluso pociones mágicas lograban amores imposibles. Muchos siglos después, el perfume sigue teniendo una magia especial para el amor. Si en el antiguo Egipto lo utilizaban como forma de acercarse a lo divino, hoy es una forma de acercar lo inexplicable. Pero realmente ¿qué conocemos de este mundo tan cercano como lejano?

Entramos en un mundo de esencias, aceites, ungüentos, mezclas. El mundo de la alquimia juega con flores, con maderas, raíces e incluso con animales como el ciervo almizclero, del que hasta hace poco se extraía el auténtico almizcle. Un mundo de juego sin instrucciones, donde la intuición, la sensibilidad y la creatividad son las mejores aliadas. Un mundo donde a veces la paciencia es la única fórmula para llegar a una buena esencia. Hasta 20 años puede llegar a necesitar la maceración del iris para lograr ese aroma deseado, ese aroma por el ya esperaban los antiguos egipcios.

Actualmente las materias primas utilizadas son básicamente las mismas que antaño, a excepción de las logradas bajo síntesis como el almizcle. Si antes se extraía de las glándulas sexuales del ciervo almizclero y otros animales, hoy en día se utiliza el almizcle de síntesis o almizcles blancos, más suaves ya que no tienen las notas animales. Pensar en la antigüedad nos lleva al sándalo, la madera aromática por excelencia. Más de 4000 años lleva el hombre embriagándose con su intenso aroma. Su carísimo aceite se obtiene de la destilación de sus raíces y del corazón de la madera. Otro ingrediente milenario es la rosa, tanto la de Mayo (Francia) como la Damascena (Bulgaria) es una de las materias primas más caras de la perfumería. Para la obtención de su aceite esencial se necesitan entre 4 y 5 toneladas de pétalos, recolectados al amanecer, manualmente y escogiendo tan solo aquellos capullos que estén a punto de abrirse.

Pero en el mundo del perfume no hay sexos, como bien dice Thierry Wasser, una de las mejores narices de la perfumería moderna. Ni la rosa es de mujer, ni el vetiver se reserva para el hombre. El mundo de las fragancias juega sin reglas y ésta es precisamente la clave de su poder, fascinación y magia. El lujo de tener ingenio y sensibilidad capturados como en un hechizo, en el interior de un frasco.

La Academia del Perfume de España, de la que tengo el honor de ser miembro desde su fundación, acaba de celebrar sus premios anuales. Los considerados por clientes, puntos de venta y un seleccionado jurado como mejores fragancias del 2015, ya tienen nombre y apellido. La gran gala del perfume se celebró en la Casa de América el pasado 17 de marzo. Una alfombra amarilla para recibir a todos los representantes de este mundo tan  fascinante como misterioso.

Los premios de la Academia en su 9ª edición y como si del mejor perfume se tratara, tuvieron las tres notas que debe tener una buena  fragancia. La nota de salida la puso nuestro presidente, Don Juan Pedro Aveniacar, con un completo discurso en el que se repasó la situación económica del mundo de las fragancias que en nuestro país da trabajo a miles de personas, pero también su creatividad tanto en elaboración como en marketing y comunicación. Aveniacar nos hizo una necesaria llamada de atención contra la piratería y las tiendas de equivalencia que pretenden convencer al consumidor que venden las mismas fragancias pero a precios muy inferiores. Una competencia desleal que en países como Francia está severamente penalizada.

La nota de corazón tenía aromas de gastronomía. Un sector también en auge en nuestro país y siempre vinculado a las fragancias. La gastronomía, esa alquimia con ingredientes comestibles que Darío Barrio supo recuperar y acercar a nuestra Academia con su cariño y su ya eterna sonrisa. Tuve el honor de dedicar en nombre de la Academia del Perfume unas palabras a Darío y la emoción se paseó unos minutos por el auditorio de la Casa de América. La nota de salida, el fondo de una gran noche, lo que perdurará en nuestro recuerdo, olía a aplauso, a celebración y alegría. Con la nota inesperada, enérgica y chispeante de un dron que fue el encargado de, sobrevolando a todos los asistentes, acercar hasta el escenario el nombre de los ganadores de los últimos premios de la noche.

Y estos fueron los ganadores:

• Premio Especial Mejor Perfume Masculino Categoría Nicho: Grey Vetiver EDT de Tom Ford.
• Premio Especial Enrique Puig Mejor Perfume Clásico Masculino: Loewe pour Homme.
• Mejor Perfume Masculino Categoría Gran Público: Adrenaline de Enrique Iglesias.
• Mejor Perfume Masculino Categoría Lujo: Valentino Uomo.
• Premios Especial Mejor Perfume Femenino Categoría Nicho: Knot de Bottega Veneta.
• Premios Especial Enrique Puig Mejor Perfume Clásico Femenino: Ángel Schlesser Femme.
• Mejor Perfume Femenino Categoría Gran Público: Vespa for her.
• Mejor Perfume Femenino Categoría Lujo: Narciso de Narciso Rodríguez.