Tiendas caninas USA (II): Canela Runner.

Yo… he visto cosas que ustedes no creerían: refulgir collares perrunos de diamantes más allá de Kensignton. He visto correas de Haute Couture deslumbrar en el bullicio ciudadano cerca de la Quinta Avenida. Todos esos momentos se perderán… en el tiempo… como delicioso pienso en un comedero fashion.

Para que eso no ocurra, hoy he decidido compartir con ustedes algunos hallazgos que seguro les interesarán, resultado de la curiosidad cotilla que mi amo y yo compartimos por el mundo de las mascotas y todo lo que le rodea. Si son lectores asiduos de mis diarios, sabrán que no me gustan los accesorios ni los recargamientos innecesarios, soy más bien una perrita de elegancia natural sin demasiadas pretensiones.

De hecho, creo que a todos los perros nos da lo mismo cómo nos vistan o aderecen, mientras no estemos incómodos, recibamos cariño y nos hallemos bien alimentados. Aunque a un can se le vista de seda, can se queda. Todo lo que se añada después resulta del deseo, el gusto o el capricho de nuestros humanos. Y como cada uno se gasta su dinero en lo que quiere y como le apetece, hay personas que invierten mucho tiempo y recursos en nosotros.

Mi amo, que sabe un poco de números humanos, dice que se trata de una tendencia creciente según los últimos estudios de mercado: los dueños de mascotas se están convirtiendo en compradores premium: un 70% están dispuestos a gastar más para mejorar el bienestar de sus animales. Un 83% los consideran, además, miembros plenos de la familia. Y es que lo somos. Porque nosotros lo valemos, ¿o no?.

El caso es que una viaja por este país y comprueba cómo esos sesudos estudios de mercado son ciertos, pues la oferta de productos y servicios pensados ex profeso para nosotros es inagotable, como ya empecé a contarles en la entrada anterior. Comida, chucherías; ropa y complementos; servicios veterinarios, de belleza, de alojamiento y funerarios; psicólogos, educadores, entrenadores, paseadores, acunadores y hasta boyantes empresas especializadas en el mundo del cine y la televisión.

Visiten si no Hollywood Paws, agencia de talentos animales de cuyos castings han salido verdaderas estrellas como la preciosa Bella (nunca mejor dicho), una Golden Retriever que ha participado en numerosos anuncios y vídeos corporativos. O como Charlie, super elegante afgano que ha sido modelo de Vogue Magazine. No crean que no he pensado en apuntarme y hacerme un book, dadas mis dotes teatreras y ahora que tengo mi Club de Fans en The Luxonomist, pero quien mucho abarca poco aprieta.

Pero para cosas sobrecogedoras que hayan podido ver estos asombrados ojazos caninos, la de esta web especializada que convierte el pelo o las cenizas de su mascota desaparecida… en diamantes. Así, como lo oyen. Y no duden ni por un segundo que no les faltarán clientes. En fin, cada uno es cada cual, y cada cual con cada can. Yo no tengo tantas aspiraciones. El día que falte me gustaría que me recordaran en plenitud zascandil, jugando, pidiendo comida o escondiéndome de todas aquellas cosas que me aterran.

No tengo ninguna duda (ni mis amos tampoco) que terminaré en el cielo de los perros, donde el pienso es delicioso y abundante, las camas mullidas y el sol reconfortante; sin collares, correas o accesorios, donde no hay lluvia ni truenos ni nada que pueda asustarme, sólo el runrún del amor que me profesaron mis humanos, para siempre jamás. Y, cómo no, siempre estarán las páginas de estos Diarios, para quien quiera hojearlas. Guau.