A un paso del teletransporte

Una nueva aplicación móvil permite retransmitir imágenes en directo desde tu Smartphone, pero ¿es seguro hacerlo?

Luis Jiménez. 13/04/2015
Periscope. Haz clic para descargarla

Vivimos un época de cambio en los medios de comunicación. Los periódicos no encuentran la manera de rentabilizar contenidos y las televisiones luchan a brazo partido por llegar a los más jóvenes. En este entorno nace Periscope, una app disponible para iPhone – y en un futuro para Android-, que emite en directo todo lo que un usuario de un smartphone enfoque con su cámara. 

Sus creadores, Kayvon Beykpour y Joe Bernstein, lo definen como lo más parecido a teletransportarse. “¿Y si pudieses ver a través de los ojos de un manifestante en Ucrania? ¿O el amanecer en Capadoccia desde un globo aerostático?” dicen en su promoción. “No hay mejor manera de vivir un lugar que a través de imágenes en directo. Una foto puede valer más que mil palabras, pero solo el vídeo te lleva hasta allí y te muestra lo que hay alrededor”, añaden.  La premisa no es mala y de hecho es muy seductora, pero ¿qué pasa si esta idílica herramienta de “teletransporte” se convierte en una amenaza para nuestra privacidad?

Twitter adquirió Periscope a principios de año por unos 70 millones de dólares y supone una continuación lógica a la corriente que la empresa inició con Vine, otra app que permite compartir vídeos de hasta siete segundos de duración. Al cierre de 2014, Twitter tenía 288 millones de usuarios de los que un 80% se conecta a la red de microblogging usando un smartphone, teniendo en cuenta que el 88% de los ingresos por publicidad proceden de usuarios móviles parece inteligente seguir apostando por ellos.

Emisión en directo de un canal de noticias de Estados Unidos
Emisión en directo de un canal de noticias de Estados Unidos

La aplicación es muy intuitiva y de sencillo manejo. Nada más abrirla te permite sincronizarla con tu perfil de Twitter y al segundo ya tienes acceso a las decenas de emisiones en directo que están disponibles en la plataforma. Como espectador puedes interactuar con el emisor de la imagen y con los que como tú la están viendo, a través de mensajes de texto que se sobreimprimen en la pantalla. Además, tocando la pantalla de tu smartphone envías mensajes con forma de corazón que indican que te gusta lo que ves. 

Los contenidos son tan variopintos como la gente que tiene la capacidad de subirlos. En el tiempo que he estado explorando la aplicación he visto a una mujer cocinar en el jardín un plato de pasta, lo que ocurre en directo dentro de una tienda Apple en México, el Salón del Automóvil de Nueva York y una conversación de una familia de Texas.

De los que nombro, sólo resultó de interés el del Salón del Automóvil, no sólo por lo obvio, sino porque el “reportero” (el que usaba su smartphone para mostrar lo que veía) realmente interactuaba con su audiencia y atendía las peticiones de los que estábamos siguiendo su emisión. “Enséñame el stand de Lexus” y allí que iba el “reportero” a enseñártelo. Nunca fue una emisión tan a la carta.  

Emisión en directo de Telemundo y la Junta de la Alcaldía de Jun (Granada)
Emisión en directo de Telemundo y la Junta de la Alcaldía de Jun (Granada)

Versión a la carta o no, la pregunta que lleva días dando vueltas en mi cabeza es si este “reportero” ha pedido permiso a la organización del evento para retransmitir las imágenes. Los periodistas, reporteros y técnicos pasamos férreos controles en casi todos los eventos para poder grabar, hacer fotos e informar de lo que en ellos ocurre. Una medida de seguridad, sí, pero también de control de la información por parte de la organización que toque.

Para que quede más claro mi punto de vista, uso otro ejemplo: los eventos deportivos son, por definición, los hechos noticiables que más dinero generan y, por lo tanto, los que más derechos de retransmisión tienen. Las cadenas de televisión pujan con fuerza para hacerse con ellos y, una vez lo consiguen, tanto ellos como las federaciones que representan a los deportistas, velan porque sólo los que han pagado por ellos tengan la exclusiva de su emisión.

Sabiendo esto: ¿qué pasa si uno de los espectadores usa la aplicación para emitir en directo el partido que está disfrutando en el campo? ¿Está infringiendo los derechos de emisión? En caso de que así fuera, ¿cuántas personas que han descargado la aplicación saben de derechos de emisión? O mejor aún, ¿cuántas han leído las cláusulas que rigen el uso de la aplicación? Atendiendo a esas cláusulas, Periscope se lava la manos con el contenido. Sólo el emisor es responsable y si bien sería fácil interrumpir la emisión de contenido ilegal, Periscope no monitoriza por norma lo que se envía a través de su plataforma (sería prácticamente imposible, supongo).

Los contenidos son tan variados como quien los sube. En la fotografía, turistas en Miami, joven italiana paseando y emisión de una película de la saga Crepúsculo
Los contenidos son tan variados como quien los sube. En la fotografía, turistas en Miami, joven italiana paseando y emisión de una película de la saga Crepúsculo

Esto en cuanto a temas de derechos de emisión, que quizá sea una cosa que nos preocupa a los de la industria pero ¿qué pasa con alguien que decide compartir como su hijo juega en un parque? Ese niño muy posiblemente esté rodeado de otros tantos y puede que el padre que está enseñando al mundo lo divertido, inteligente y resuelto que es su hijo (seamos realistas, qué padre cree que su hijo no lo es), no sepa que no tiene el derecho de hacer lo mismo con el resto de pequeños. Y aún más, qué sabe ese padre si su grabación no está desvelando, sin quererlo, la ubicación de un testigo protegido o de alguien que ha mentido piadosamente porque iba a comprar un regalo o a dar una sorpresa.

El anterior es el más cándido de los casos, porque hay emisiones que muestran comportamientos dudosos (dejad volar vuestra imaginación y acertaréis). ¿Tenemos la obligación moral de denunciar este tipo de contenido? ¿A quién y cómo? La ventana que abre Periscope o su competidor directo, Meerkat, como vías de acceso a la información de primera mano es innegable. Sería necio decir que sólo representan una amenaza, porque esperamos que gracias a apps como éstas obtengamos la inmediatez del directo (más difícil de falsear) de rincones del mundo a los que hasta ahora no podíamos llegar.

Con todo, lo que intento señalar es que la tecnología es tan inteligente como nosotros queramos hacerla y es indudable que Periscope y Meerkat suponen nuevas oportunidades tanto para los de la industria como para los neófitos. Sin embargo, no perdamos de vista (nunca mejor dicho) el uso responsable que debemos hacer de ella, pues en nuestra mano tenemos al “Gran Gran Hermano” del “Gran Hermano” ya que ahora no sólo hay uno, sino que todos lo somos en potencia.

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