El edificio invisible

¿Un edificio que se confunde con su entorno? ¡Eso no es nada! Continúa hasta el final del artículo y descubre pasado y futuro.

La invisibilidad siempre ha sido una obsesión en la humanidad, es una característica que tiene mucho que ver con dos cuestiones de la psique del individuo: su deseo de pasar desapercibido y su interés en realizar lo imposible. Ahora bien, podemos entender (no sin esfuerzo) que alguien quiera dejar de ser contemplado, pero ¿por qué hacer un edificio del que no puedes disfrutar visualmente?

Cira Centre, Philadelphia
Cira Centre, Philadelphia.

El Cira Centre está estratégicamente situado en la estación de la calle 30, en Philadelphia, y fue un éxito comercial como pocos, porque era el primer rascacielos de oficinas que se construía en la ciudad en más de una década. Antes de ser utilizado ya habían contratado el 90 por ciento de su superficie con grandes empresas y, no menos importante, porque suma dos elementos vitales para este tipo de edificios: una excelente comunicación (ya sabéis, justo encima de una estación) y un impacto visual de primera (no pasa desapercibido). El encargado del proyecto no podía ser otro que el venerado César Pelli, el cuál ha sido referente de la arquitectura durante varias décadas (véase las Torres Petronas).

La edificación contó con la colaboración de otro estudio de arquitectura: Bower Lewis Thrower Architecs, que, además, proyectó el estacionamiento, el puente peatonal y el entresuelo del SEPTA (Autoridad de Transportes del Sudeste de Pensilvania). Pero seguro que os frotáis las manos esperando por los números, ahí van: el edificio alcanza los 133 metros de altura que se distribuyen en 29 plantas con 68.000 metros cuadrados de superficie. Su costo fue de 116 millones de dólares (107 millones de euros), posee catorce ascensores de alta velocidad, dos montacargas y la posibilidad de obtener una vista de 360 grados (fantástico). La particularidad que hace diferente a esta construcción de otras de similar fractura es, por supuesto, que está diseñado para evaporarse con el medio exterior. Para ello se revistió con un muro cortina de vidrio plateado.

Cira Center, Philadelphia
Cira Centre, Philadelphia

La obra está cincelada con diferentes ángulos de forma que nunca verás dos fachadas iguales. El efecto óptico no te deja indiferente, se consigue debido al empleo de vidrio reflectante, al empleo de soportes de acero inoxidable de sólo 7,5 centímetros de anchura y a la estrategia de iluminación practicada. Dicha estrategia fue coordinada con la empresa Cline Bettridge Bernstein Lighting Design empleando un sistema de 1.800 Leds (siempre leds) para iluminar la fachada, escondidos en cajas de sombra, a modo de fondo de pantalla detrás del muro, donde no son visibles desde el exterior y pueden crear infinitas composiciones de color y movimiento.

Posee también un aparcamiento anexo de nueve plantas bajo rasante desde el que se accede también al vestidor del edificio. Nos cuentan desde la empresa constructora, la Turner Construction, que tienen un sistema de purga de aire del 100%, lo cual es una muy buena noticia, los edificios con una envolvente sin aberturas necesitan de un aporte exterior de aire limpio y sano. El muro cortina está revestido por vidrio de elevadas prestaciones, lo cual garantiza una protección solar que reduce la necesidad de refrigeración (un ahorro necesario).

Infinity Tower
Infinity Tower

El futuro ‘Edificio Invisible’
Hasta aquí la narrativa del edificio ‘difícil de ver’, ahora os voy a hablar brevemente del futuro, de lo que está por venir. Y es que en Corea del Sur ya han empezado a construir un “nuevo edificio invisible”, eso sí, usando técnicas más avanzadas como la incorporación de cámaras que visualizarán el entorno a tiempo real para distribuirlo en la fachada reflectante del edificio. El diseñador es el equipo humano de la internacional GDS Architecture, con base en Pasadena. Tendrá la friolera de 450 metros de altura (más o menos) y se alzará con el título de la sexta torre más alta del mundo. Por supuesto tendrá la superficie totalmente acristalada, se llamará ‘Torre Infinity’ y será la pesadilla de los limpia cristales más especializados. El proyecto también contempla la realización de varios edificios (circundantes al primero) totalmente acristalados, desde el cielo podrás ver un grupo de cristales poliédricos tirados en Corea (sin palabras).

Pero la luz no viene del vidrio, ni del cielo, la luz viene de Cambridge. El 28 de julio de 2014 se publicó en la revista ‘Nature Communications’ el adelanto científico al que están llegado los Cambridge-científicos. Se trata de alcanzar la invisibilidad mediante la creación de metamateriales con nanotecnología (como no). Utilizando la luz láser como catalizador se ponen en marcha nanopartículas enlazadas de forma que pueden refractar la luz o (mejor) disfrazar un objeto como si fuera otro distinto. Personalmente me parece apasionante esta última posibilidad: ¿Te gustaría que tu edificio cambiara de aspecto a tu antojo? A mí sí. Así que ya lo veis, no me gusta la invisibilidad pero no me resisto al futuro. 

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