El relevo de Clint Eastwood

Cada vez que nos encontramos con la irrupción en el panorama mediático de un “hijo de”, comienza de nuevo el manido debate de si es tratado con ventaja por esos lazos de paternidad. No he conseguido, a pesar de todo, encontrar la solución de si es una ventaja porque se supone que tienen el camino más allanado o un inconveniente porque tienen que demostrar con más ímpetu su valía.

Clint Eastwood, todo un genio en el mundo del cine, es padre de varios hijos. Todos con mucho talento, aunque solo uno de ellos es el que tiene sobre su fama el peso de la que arrastra de su progenitor.

Scott Eastwood, que ha heredado además la mirada azul cielo de su respetado padre, tiene ya varias películas importantes en su trayectoria profesional, corta pero intensa. “Banderas de nuestros padres”, “Gran Torino”, “Invictus” o “Golpe de efecto”, en las que ha trabajado a las órdenes de su padre, son las que avalan una carrera que puede consagrarse con el estreno de “El viaje más largo”, que se estrena esta semana y supone su primer papel protagonista.

A sus 28 años, el joven Eastwood interpreta a un campeón de rodeo que vivirá un apasionado romance con una estudiante, a punto de cumplir su sueño de trabajar en el mundo del arte. Una comedia romántica, sin pretensiones de gran superproducción, pero con el aval de un guión que atrapa, una dirección solvente, belleza en sus protagonistas y una historia que nos permitirá salir del cine con la sonrisa puesta y el ánimo revitalizado.