¿Funciona la medicina ‘alternativa’?

La homeopatía no tiene efecto alguno, salvo el placebo.

Rafael Timermans. 29/04/2015
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Homeopatía. Foto: semh.org
Homeopatía. Foto: semh.org

No es rara la semana, casi el día que me preguntan por la homeopatía. Y después de tantos años de profesión, y más de edad, por fin tengo un acierta tranquilidad para poder responder algo distinto de los exabruptos de los talibanes de la medicina y de las mentiras de los vendedores interesados. Como en todo en la vida, la respuesta depende del que lo pregunte, de cómo lo haga, de dónde, de la existencia o no de circunstancias detrás de la pregunta, y por supuesto, de mi relación con el que lo pregunta. Porque no es lo mismo que lo haga un enfermo desahuciado en la consulta que mi compañero de mus después de dos copas, por poner extremos del espectro.

La homeopatía no tiene efecto alguno, salvo el placebo. Y el placebo también lo tiene, o puede tenerlo, un medicamento. Porque si tuviera efecto, real, no sería homeopatía, y sería medicamento. Esto es así lo diga Agamenón o su porquero. Y después de esa afirmación, de las pocas que yo podría firmar sin peros, vienen los matices.

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Moxibustion. Foto: balfourhealing

¿Si das la vuelta a la silla y cambia tu “suerte” en el mus, por qué voy a decirte lo tonto que eres, salvo para intentar demostrar mi presunta superioridad sobre ti? ¿Quién soy yo para eliminar la esperanza de quien padece desde hace años dolores de espalda que los medicamentos solo consiguen paliar y no hacer desaparecer? ¿Quiénes se creen algunos médicos para preferir dejar sin alternativas al que no encuentra solución, y menos consuelo, en la medicina?

Porque la medicina no tiene respuesta a todas las preguntas y el peor médico es el que está seguro de todo. Porque no hay medicamentos para todos los males y menos para todas las situaciones de la vida. Porque la medicina, desde su origen, lo primero que debe, aunque tanto se nos olvida, es no hacer daño, “non nocere”, aunque algunos creen que se trate de “salvar vidas”.

Cupping Therapy. Foto: galleryhip
Cupping Therapy. Foto: galleryhip

Igual que cuando hablamos de cine como cultura, hay que bajar al detalle y decir, bien alto, que las subvenciones a “Pancho, el perro millonario” no pueden, no deben considerarse ayudas a la promoción de la cultura, no quitar la esperanza a los pacientes no es lo mismo que defender que la Homeopatía sea eficaz, tanto como los medicamentos de la llamada “medicina clásica” u “oficial”.

No debemos hablar de “Homeopatía” sin bajar al detalle de lo que estamos hablando. Nos referimos, dentro de ese término, y no digamos de otros como “terapias alternativas” o “medicina naturista”, a la práctica de poner ventosas en la espalda, palos incendiados, piedras magnéticas, agua azucarada con propiedades, imposición de manos… y a saber cuántas cosas más.

Homeopatía
Homeopatía. Foto: rekarte.com

Claro, que los Colegios de Médicos y/o sus Fundaciones y/o sus directivos, amigos y demás cercanos, hagan negocio con la Homeopatía y otras terapias alternativas a la vez que promueven grandes declaraciones contra remedios caseros inútiles lo único que hace es fomentar la creencia en su funcionamiento.

De vergüenza puede considerarse la actitud de los Colegios, que representan a los Médicos, inscritos de forma obligatoria, elaborando notas y declaraciones protestando contra la “afirmación sin base científica firme” de una periodista de televisión sobre los beneficios presuntos de oler limones contra el cáncer y a la vez dar cursos y por lo tanto lucrarse, con medicina “naturista” en Barcelona o Madrid. Lo mismo podríamos de las Universidades, que en su día fueron refugio del saber y hoy parecen más fuentes de formación en “loquesea” bajo el dudoso nombre de “título propio”.

Homeopatía. Foto: objetivobienestar
Homeopatía. Foto: objetivobienestar

Claro, si Universidades, Colegios y Sociedades “científicas” de Medicina de Familia, por ejemplo, lo enseñan, ya no se trata solamente de una posibilidad, sino de un tratamiento aceptado. (Sobre el negocio de la homeopatía en farmacias, concesiones públicas, no lo olvidemos, otro día comentaré algo).

Yo a mis pacientes, y a los que no lo son pero me preguntan, no les miento. Nunca. Pero intento no quitarles la esperanza de vivir. Que puede ser por fé religiosa, por creencias sobrenaturales, por ilusiones mágicas, por superstición o simplemente porque necesitan algo que yo y mis compañeros no sabemos, no podemos, pero querríamos darles. Si te ayuda y no te hace daño, siempre te animaré a hacerlo. Incluso a veces aunque te haga. Porque el que decides eres tú. Como siempre.

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