Château Haut-Brion: el mito revisitado

Estamos ante un vino mítico, de los más prestigiosos de Burdeos, un premier grand cru classé de la AC Graves. Pese a ser de una añada difícil como es la 83, lo tomamos en un momento teóricamente idóneo: a treinta años de la cosecha. El vino que nos encontramos todavía estaba ascendente, ya con sedosidad y elegancia, rebosante de terciarios, aunque con algunas limitaciones que achacamos a la añada. (Nota de I. Peyró y J. Rocamora).

1. Bodega.
Leyenda bordelesa, Haut-Brion es el más antiguo y pequeño entre todos los châteaux clasificados en 1855 como Premiers Grands Crus. Ya era famoso en el siglo XVII en Londres: el gran diarista Pepys habla de él, pero su historia es más noble y más antigua, siendo Haut-Brion clave, a partir del XIX, en los usos de la vitivinicultura moderna. Perteneciente a la familia estadounidense Dillon desde 1935, su reputación se debe a un terruño de excepción (suelos profundos de grava, como no hay otro en Burdeos; y algunas parcelas con un elevado contenido de arcilla) y a un microclima peculiar.

Ese conjunto depara sorpresas en casi todas las añadas. Sus tintos resultan rotundos y poderosos en su juventud; y elegantes, complejos y sedosos tras una larga maduración en la botella, que puede extenderse varias décadas, incluso en añadas difíciles. En cuanto a sus estratosféricos blancos, alcanzan precios también estratosféricos.

2. Precata. 

• Uvas. El clásico coupage bordelés: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot.
• Vinificación. El mosto fermentó a 30º, en depósitos de acero inoxidable con remontados manuales. Se crió en barricas nuevas (80%) de roble francés durante unos 20 meses.
• Alcohol. 13,5º. Curioso: en la botella no aparece la graduación alcohólica.
• Tapón. De corcho natural, muy bueno, de 45 mm.

3. Cata.

• Lo tomamos sin decantar. Mejor decantarlo 1 ó 2 horas.
• Color. Rojo vivo, burdeos, ligeramente teja. Limpísimo y brillante. Con posos.
• Nariz. Notas de moho, y tierra húmeda. Cola de carpintero. Balsámicos y Vicks-Vaporub. Algo de cedro, chocolate y grosella negra.
• Boca. Terroso. Fruta madura. Goloso. Sedosidad, pero –a la vez- tanino firme todavía. Acidez muy viva. Dos carencias, achacables a la añada: 1, le falta algo de volumen en boca; y 2, el final, es algo secante.
• En conjunto. Aún vivo, muy vivo. Sencillamente delicioso.