Los kilos de más en la carrera

El domingo pasado salí por la mañana a correr con un par de amigos. Salimos no muy pronto por la mañana con bastante calor e hicimos unos 17 km, sudando como pollos. Al llegar al coche para volver a casa los tres nos quitamos la camiseta para ponernos una seca y en ese momento emergió ese compañerismo que caracteriza a los runners y mis dos compañeros se descojonaron de mi panza (perdón por mi lenguaje, iba a poner “rieron”, pero hay veces –como ésta- que es necesario usar expresiones malsonantes para describir fielmente la situación).

No es la primera vez que me pasa, no me molesta, no me traumatiza, especialmente cuando a muchos de esos tirillas musculados me los meriendo luego en los maratones. Esa panza es mía y es consecuencia de comer y beber bien, estoy orgulloso. Ojo, no confundir este alegato con eso que oigo ahora de los fofisanos, no, no. Es una panza en toda regla y punto.

Lo que es cierto es que de cara a enfrentarse a un maratón, cuanto más ligero vayas, mejor. No quiero decir que sea absolutamente imprescindible ir fino a la carrera, pero sí es cierto que ayuda si has realizado además un buen entrenamiento. Este año tengo planeado ir al maratón de Chicago en octubre y viendo el tiempo que me queda para entrenar, me he dado cuenta de que no estaría mal perder algunos kilitos (mis colegas de entrenamiento me apoyan con esa percepción también). Además así aprovecho ahora que viene el verano por si toca lucir palmito playero. Me ayuda que tengo una báscula conectada a wifi con un buen app muy recomendable (Withings) que como dice Sabina me escupe la verdad a la cara todas las mañanas.

No hay revista dedicada al running o a la vida sana que no lleve incluidas miles de recomendaciones de expertos para perder peso, así que no seré yo quien ahora haga recomendaciones de dieta. Lo que diré es que en mi caso, lo que más funciona es “cerrar la boca”. A los que nos gusta comer mucho lo único que nos adelgaza es sufrir con pequeñas cantidades varias veces al día, comer más fruta y verduras, y limitar los homenajes (ojo, digo limitar, no suprimir).

En cuanto a la bebida, hay que limitar la ingesta alcohólica, pero siempre recuerdo las recomendaciones médicas del vaso de vino diario y el consejo del maestro Rodrigo Gavela de tomarse una cerveza bien fría la noche anterior a la carrera para dormir bien (en este caso he interpretado una extensión de este consejo y supongo que si es bueno el día anterior será bueno también durante los días de entrenamiento).

En resumen, que es bueno perder unos kilos para correr, pero mucho mejor es disfrutar de la vida.