El aurea de Valentino
La firma abre una espectacular flagship en el centro de Roma, la ciudad Eterna
Hay firmas que definitivamente representan el lujo por excelencia y es lo que le sucede a Valentino. La firma de lujo italiana que fue comprada en 2012 por Mayhoola, una compañía de inversión propiedad de la familia real de Qatar, impulsó su desarrollo gracias a una inversión de 200 millones de euros entre 2013 y 2014. En ese último año, Valentino elevó su cifra de negocio un 36% hasta los 664 millones de euros en comparación con el año anterior. La firma no deja de cosechar éxitos y prueba de ello es su último buque insignia en la Ciudad Eterna. Casi 1.500 metros cuadrados de Flagship envuelven la esencia y el enigma de Valentino en la céntrica Piazza Spagna de Roma, a pocos metros del Palazzo Mignanelli.
El espacio de la firma es el más grande del mundo y combina perfectamente lo antiguo y lo nuevo, creando una atmósfera que se aleja por completo de la clásica y tradicional boutique. Una auténtica revolución, dirían. Una revolución fruto de los directores creativos Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, en colaboración con el arquitecto londinense David Chipperfield.
Suelos de terrazo, accesorios de latón pulido, estanterías de roble… Una visión renovada del lujo para la mujer y hombre del siglo XXI que apuesta por la frescura, el orden y un aire futurista. ¿Para inaugurarlo? Atrás quedaron los cánones de presentación de una temporada, durante años la alta costura sólo pertenecía a París.
Sin embargo, Valentino decidió dar el pistoletazo de salida a su temporada Otoño/Invierno 2015-2016 en la misma plaza que envuelve su tienda. Bajo la famosa escalinata y ante la atenta mirada de los maniquíes y sus escaparates iniciaba una nueva era en torno al concepto de tienda, lujo y moda.