¿No te decides? 5 cosas buenas de tener una mascota
¡Mamá, papá! ¡Quiero un perrito! Si te enfrentas a esta decisión, es posible que haya algunas variables que no hayas tenido en cuenta. Un animal como compañero de vida mejora tu salud física y mental.
¿Sabías que en uno de cada dos hogares españoles hay un animal de compañía? Las cifras llaman la atención: en nuestro país hay más de 20 millones de mascotas que, sólo el pasado año, movieron un negocio de más de unos 2200 millones de euros; un negocio que, por cierto, no se ha visto gravemente afectado por la crisis pues ha seguido creciendo en los peores años, aunque a un ritmo menor (de crecer a un 7% ha pasado a hacerlo alrededor de un 3%). Y España no es de los países en los que se mueven las cifras más elevadas en el mercado de los animales domésticos: Francia o Alemania, por poner algunos ejemplos cercanos.
El negocio crece y para ello no hay más que tomar como referencia la buena evolución de los grandes del sector: cadenas de tiendas y centros veterinarios como Banfield en Estados Unidos o Pets at Home en Inglaterra. Pese a la entrada del mercado online de venta de piensos y accesorios para animales, aún queda mercado para que supermercados y centros comerciales sigan apostando por la venta de productos para ellos. Cada vez somos más los que tenemos un animal en casa y cada vez es más lo que nos gastamos en él.
La competencia es feroz pero ello no obsta para que los especialistas en el sector sigan creciendo. Kiwoko es la principal en nuestro país. El 27 de junio, en un artículo de El País, el director comercial de Kiwoko, Álvaro Gutiérrez, contaba que su ritmo de crecimiento es del 15%. Síntoma de la buena salud de la que goza el sector, es que la empresa invierte sus beneficios en la apertura de nuevas tiendas (una al mes en los dos últimos años, un ritmo que ya han superado en este 2015).
De los 20 millones de animales de compañía que existen legalmente en los hogares españoles, el REIAC (Red Española de Identificación de Animales de Compañía) tiene censados a 5,4 millones de perros y 3,8 millones de gatos. Sólo en la alimentación de caninos y felinos, los propietarios españoles de estos animales nos hemos gastado en total 896 millones de euros en 2014, mientras que en la alimentación de otros animales de compañía (roedores, peces, aves, reptiles…) el gasto alcanzó los 114 millones de euros en el mismo periodo. La comida para perros y gatos se ha convertido en uno de los 15 principales productos que los españoles añadimos a nuestra cesta de la compra.
Por si tener una mascota no conlleva ya de por sí un gasto considerable, ahora canes y felinos acceden también al prêt-à-porter más exclusivo. Firmas como Gucci o Louis Vuitton fabrican desde hace años bolsas de transporte, collares y otros accesorios para que los más peludos de la casa se adornen también con sus icónicos diseños. Pero lo último de los último viene de la mano de la selecta Forzieri: el Pawbag o bolso en miniatura para que el bolso del perro vaya a juego con el tuyo. La oferta sigue creciendo.
Dejando de lado lo más anecdótico o frívolo, y dejando de lado el gasto que supone, ¿por qué es bueno tener una mascota en casa? Parece que cada vez son más los padres que sucumben a la petición de sus hijos, ya que parece que siguen siendo los niños quienes, en opinión de los tenderos, llevan la incitativa en esto de tener animales en casa. Sin embargo, no hay más que pasear un rato por el centro de ciudades como Madrid o Barcelona para darse cuenta de que jóvenes y mayores, parejas y solteros, se lanzan también, sin niños en casa, a esto de cuidar de un ser vivo y compartir con él una parte de sus vidas.
Tener o no tener una mascota. Y, en caso de lanzarse a tenerla, ¿cuál? Efectivamente es una cuestión que requiere de un largo proceso de reflexión y de toma de decisiones. Y es necesario, antes de nada, tener en cuenta varios factores:
- Compatibilidad de ritmos de vida de las personas que viven en casa con los cuidados que la mascota requiere
- Previsión de futuro en base a la esperanza de vida estimada del animal
- Licencias y marco legal del lugar de residencia
- Idoneidad del tipo de clima
- Posibilidad de dejar solo al animal sin otro ejemplar de su misma especie
- Espacio y organización de la casa
- Posibilidades para continuar con sus cuidados también en vacaciones
- Coste económico del mantenimiento y también de posibles emergencias médicas…
La previsión de futuro es necesaria cuando se toma una decisión de esta envergadura que requiere de la asunción de una considerable responsabilidad y un compromiso fiel. Una vez se ha contemplado lo básico, lo cierto es que son muchos los beneficios para pequeños y adultos de convivir con un animal de compañía. Contemplar estos factores es más que recomendable. Es posible que ayuden incluso a tomar una decisión más informada acerca de la idoneidad de una mascota en las circunstancias de vida de cada uno.
Madurez y responsabilidad. Hacerse cargo de un animal es un compromiso “de por vida”, tomando como referencia la longevidad del animal. En caso de haber niños en casa, es imprescindible que asuman también como propias ciertas tareas de cuidado del animal, como si de tareas de auto cuidado se tratara. Si el niño es muy pequeño basta con que asuma un mínimo de tiempo de juego al día para estimular a su mascota. Más adelante, si a partir de los 6 ó 7 años el niño ya va pudiendo tener cierta autonomía en el manejo de sus propias tareas de organización, vestimenta e higiene, entonces también van existiendo ciertas necesidades del animal que ya está preparado para cubrir. Las consecuencias de estas tareas son inmediatas, el niño aprende a ser responsable cuidado de otro, y esto le refuerza en la asunción de rutinas y compromisos.
Desarrollo emocional y empatía. Todo ser vivo es generador de afectos. Tener un animal en casa que no expresa sus necesidades hablando implica estar pendiente de su estado e identificar señales a través de vías de comunicación que en el día a día explotamos menos que la palabra: gestos, actitudes, posiciones corporales, movimientos repetidos… Aprendemos a colocarnos en el lugar del otro y desarrollamos una mayor sensibilidad para percibir y comprender los estados emocionales de otros.
Aumento del bienestar y disminución de la depresión y la ansiedad. Desde el punto de vista hormonal se ha demostrado que el contacto directo con un animal al que cuidamos, abrazamos y con quien jugamos, promueve la liberación de serotonina y oxitocina, hormonas asociadas con la felicidad y el desarrollo del vínculo de apego. Es como si la relación con el animal fuera en sí misma ansiolítica y antidepresiva, ayudándonos a experimentar una mayor proporción de emociones positivas a lo largo del día.
Confianza en uno mismo y autoestima. Ser capaz de cuidar de otro ser vivo resulta tremendamente gratificante. Aumenta nuestra sensación de autoeficacia y mejora la forma en la que nos percibimos a nosotros mismos. Somos responsables del bienestar y el crecimiento de otro ser vivo y vemos directamente las consecuencias positivas de todo este esfuerzo. Un animal de compañía que tiende a interactuar directamente con nosotros nos acerca, además, a un concepto nuevo y más amplio de la amistad.
Salud física. Los efectos beneficiosos no quedan en lo puramente psicológico, que ya es mucho. Son de sobra conocidos los efectos de una vida activa sobre nuestra salud física y mental. Las mascotas que necesitan salir a la calle, pasear, correr o jugar, como los perros, nos “obligan” a mantener un estilo de vida más saludable y menos sedentario. Además, más de un estudio europeo ha demostrado ya que niños que crecen en entorno con mascotas desarrollan menos problemas de asma y alergias a lo largo de su vida.