El aceite de oliva Virgen Extra se dispara

El mercado de materias primas a nivel mundial se encuentra en un momento fuertemente bajista debido a la abundancia de oferta en metales básicos y productos energéticos (petróleo y gas) y la debilidad de la demanda por la reconversión del primer consumidor a nivel mundial de commodities: China. El cambio de una economía industrial a una de consumo, hace que las estructuras productivas chinas ya no necesiten tantas commodities para poder funcionar.

A pesar del declive generalizado de los precios de las materias primas, existe una que se ha encarecido de una forma extraordinariamente importante en el último año, convirtiéndose más aún en un producto exclusivo dentro de la “dieta mediterránea”. Es el caso del aceite de oliva Virgen Extra, cuyo precio en origen se ha disparado un 60% en un año hasta tocar la cota de los 4.000 euros por tonelada, con una subida acumulada del 23,31% year-to-date.

Esta escalada en términos interanuales del precio del aceite nace de la confluencia de dos factores: por un lado, la estabilidad de la demanda a nivel mundial con un efecto sustitución entre producción nacional e importaciones en España (récord de 23.600 toneladas importadas en abril desde 2010) y, por otro lado, una escasez de oferta cada vez más acusada no sólo ahora sino también en los próximos meses, ya que se espera una cosecha más baja que incluso la de la campaña pasada 2014/2015 (835.700 toneladas) que fue la más baja desde 2012/2013 cuando alcanzó el mínimo histórico (618.200 toneladas).

En este sentido, la escasez de oferta puede observarse también en la evolución de los inventarios expresada en el siguiente gráfico de curva de existencias. Obsérvese cómo los últimos datos señalan un mínimo relativo de las últimas cinco campañas gracias al ritmo de absorción de aceite de oliva por parte de la demanda nacional (426.200 toneladas en junio, un 51,5% menos que hace un año).

Tanto la evolución de las reservas como de los precios en origen muestran la expectativa de una mayor escasez de aceite de oliva en el mercado después de que la producción de la campaña 2014-2015 se haya quedado por debajo de las 900.000 toneladas, además de que ya se le haya dado salida a más del 80 por ciento del aceite de oliva de las almazaras. En ello, el factor clave es la “ola de calor” que recorre las zonas clave de producción de aceite de oliva en Europa desde principios de junio.

Los meses de mayo, junio y julio son clave en la floración y cuaje de la aceituna, siendo un proceso que requiere de temperaturas no superiores a los 30ºC de forma persistente y humedad proveniente de precipitaciones en forma de lluvia. Nada de esto ha sucedido: las temperaturas han llegado a superar los 45ºC en provincias como Toledo, Ciudad Real, Jaén o Córdoba mientras que los últimos tres meses pasarán a la historia por ser los más secos de los últimos años.

En suma, la coyuntura de precios del aceite de oliva muestra a un producto que mejora su posición en el mercado a costa de una fuerte restricción de oferta. En los próximos dos meses, conforme vaya madurando el fruto, veremos tanto cantidad como calidad en una commodity que va a contracorriente del resto de mercados agrarios.

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