¡Cuida tu sonrisa durante el embarazo!

A lo largo de los años se han ido creando falsos mitos sobre los hábitos y cuidados de nuestros dientes. Pautas y consejos para hacer o no hacer, alimentos que hay que evitar o cuáles son las mejores rutinas diarias de limpieza que debemos seguir para tener una boca sana. Si bien es cierto que muchos de esos consejos o sugerencias son ciertos y más que aconsejable seguir, muchos otros son falsos.

En este caso hablamos del mito que aconseja no acudir al dentista durante el embarazo, ¡muy falso! Durante el embarazo, las mujeres deben extremar sus cuidados y el mantenimiento de una correcta salud e higiene bucodental es muy importante, ya que la cavidad bucal es una de las más afectadas durante el período de gestación.

Los cambios hormonales durante el embarazo pueden afectar a la encía originando una inflamación denominada gingivitis del embarazo, que aparece por lo general entre el tercer y el octavo mes de embarazo y suele desaparecer después del parto. Se caracteriza por un enrojecimiento de la encía, inflamación e incluso sangrado. Junto a estos cambios gingivales puede aparecer una tumoración benigna llamada épulis del embarazo, que también suele desaparecer tras el parto.

Los cambios en la composición de la saliva durante el final del periodo de gestación y la lactancia pueden predisponer temporalmente a la erosión y la caries dental. La xerostomía fisiológica es otra queja muy común durante el embarazo, cuya principal causa son los cambios hormonales así como determinados medicamentos (antiespasmódicos, antidepresivos, antihistamínicos). Los odontólogos deben proporcionar los cuidados preventivos, así como los tratamientos de urgencia tan pronto como sea posible en el embarazo. La prevención de la caries y la gingivitis para conseguir una boca sana es el objetivo primario en el embarazo.

El odontólogo no debe posponer el tratamiento dental en la embarazada que presente dolor, infección o urgencia dental porque las consecuencias de la demora cuando hay una infección conllevan mayor riesgo que el propio tratamiento. Si se puede elegir, el segundo trimestre del embarazo es el ideal porque es el más cómodo para la paciente, teniendo en cuenta que las citas deben ser cortas y cómodas para la embarazada.

Si bien es cierto que se deben evitar las radiografías de control rutinario, la radiación es mínima y ante una urgencia dental pueden ser necesarias, para lo que el dentista tomará todas las precauciones necesarias para evitar o reducir los riesgos. En cuanto al uso de anestesia, se considera seguro durante el embarazo y el periodo de lactancia, siempre que la paciente no presente alergia.

Para cuidar su salud bucodental, una embarazada puede poner en práctica estos consejos prácticos:

• Visita a tu dentista. Puedes recibir tratamiento dental en cualquier momento del embarazo, aunque será más cómo durante el segundo trimestre.
• Durante las primeras semanas del embarazo puedes acudir a tu dentista de confianza para que te explique qué medidas debes extremar para evitar posibles complicaciones en tu salud bucal y cómo deberás realizar la limpieza de la boca de tu hijo para evitar el riesgo de caries temprana.
• Cepilla tus dientes y encías después de cada comida, esto evitará que se acumule placa y aumente el riesgo de padecer la gingivitis.

• Mantén una dieta sana y evita comer entre horas.
• Utiliza pasta dentífrica y colutorios con flúor, pues ayuda a remineralizar el esmalte que resulta dañado por los vómitos.
• La terapia antiséptica y el mantenimiento de una buena salud oral son esenciales para el control de las caries y para reducir la severidad de la transmisión bacteriana al bebé.
• El tratamiento periodontal es efectivo reduciendo la enfermedad de las encías y los agentes patógenos, por lo que se recomienda realizar el tratamiento durante el embarazo.
• Cuando nazca tu bebé, evita contaminar la cuchara o el chupete. Recuerda que su saliva tiene bacterias que estarás transmitiendo a tu hijo.