La luz al final del túnel de Fernando León de Aranoa

Un día Perfecto es el último trabajo del director español protagonizado por los hollywoodienses Tim Robbins, Benicio del Toro y Olga Kurylenko

Amalia Enríquez. 01/09/2015
Tim Robbins y Benicio del Toro en 'Un día Perfecto'. Foto: Red Carpet Films

¿Puede haber un día perfecto en un conflicto bélico? ¿De qué pasta están hechos los cooperantes en un mundo de guerras? ¿Es posible encontrar un rayo de luz entre tiros y venganzas? Éstas y otras muchas preguntas son las que te haces antes de ver la última película de Fernando León de Aranoa. ‘Un día perfecto’ te las responde y sales de verla con la certeza de que siempre hay luz al final del túnel. Protagonizada por los hollywoodienses Tim Robbins, Benicio del Toro y Olga Kurylenko, el último trabajo del director español ha conseguido el guiño positivo de la crítica. Ahora es la taquilla quien tiene la última palabra.

León de Aranoa se define como un director artesanal y le costaría imaginarse como realizador de encargo. “Soy de los que escribo, dirijo y edito la película”, me comenta en nuestra entrevista para The Luxonomist. “Ese proceso me impide involucrarme en una producción con la fluidez que a mí me gustaría, por eso estreno una cada cuatro o cinco años. Sin embargo, no te creas que en ese tiempo sólo me dedico a la película. Escribo libros, viajo para conocer los lugares en los que me gustaría rodar. Mi sensación es que no me sobra el tiempo, a pesar de que el resultado sólo se vea en esos largos plazos de los que hablamos”.

Un día Perfecto. Foto: Red Carpet Films
El director y los protagonistas de ‘Un día Perfecto’. Foto: Red Carpet Films

Confiesa que lo que más le preocupó durante todo el rodaje fue gestionar el gran talento de sus protagonistas en el marco de una historia tan coral: “Fue el trabajo más difícil y también el más divertido. Tu misión como director, cuando trabajas con actores tan buenos, es como el que lleva el mapa en una excursión. Venimos de aquí, estamos aquí y nos dirigimos allí. Eso ayuda a todos a saber dónde estamos, a dónde vamos y tratar que todas las diferencias que pueda haber entre ellos no se noten en la pantalla”.

Benicio del Toro retrasó casi un año el rodaje de la película porque tenía otros compromisos y no podía cancelarlos. “¿Eso es poder?”, le pregunto. Y, después de una carcajada y un “joder”, puntualiza: “creo que no fue tanto, eh? pero él entendió mi situación. Su sensibilidad le hizo darse cuenta de que mi circunstancia era insalvable en ese momento. Le agradezco el interés y la espera. Esta experiencia ha sido un regalo”.

Fotograma de 'Un día Perfecto'. Foto: Red Carpet Films
Fotograma de ‘Un día Perfecto’. Foto: Red Carpet Films

Mambrú, su personaje, es un cooperante en la zona de conflicto de los Balcanes que lo que quiere es volver a casa, donde le espera su familia. Cuenta los días pero un hombre se ha caído a un pozo y su cadáver está contaminando las aguas. Tiene que encontrar una cuerda para poder rescatarlo y solucionar el problema. Nunca antes una cuerda había dado tanto juego.

“Por norma general, a mí no me contratan para personajes de este perfil”, me comenta. “Suelo meterme en la piel de gente muy trastornada y conflictiva. Mambrú es diferente, es un buen hombre con sentimientos que se refugia en el sentido del humor para sobrellevar la situación”.

Tim Robbins y Benicio del Toro en 'Un día Perfecto'. Foto: Red Carpet Films
Tim Robbins y Benicio del Toro en ‘Un día Perfecto’. Foto: Red Carpet Films

A diferencia de Mambrú, B (el personaje de Tim Robbins) no sabe lo que quiere. Es sarcástico, está un poco perdido y se ha puesto una coraza para que las cosas, al menos en apariencia, no le afecten. “Fernando no necesitó convencerme para interpretar a este cooperante”, me dice al comenzar la conversación. “Me gustó mucho el guión y tenía muchas ganas de trabajar con Benicio, así que fue todo “pan comido”.

Alaba la labor de los cooperantes sin disimulo: “Son gente de una personalidad muy inspiradora. Arriesgan su vida sin pedir nada a cambio, sin hacer publicidad de sus hazañas, sin poner condiciones para ayudar a la gente. Están hechos de una pasta especial, lo llevan dentro, en su corazón. No hace falta ser un héroe con máscara y capa para ayudar a la gente. Todos los humanos tenemos esa capacidad de ayuda. Simplemente hay que ser generosos y dejarla salir”.

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