Sorolla. Apuntes en la arena.

Dentro de su programación cultural, la Obra Social ”la Caixa” presta especial atención al arte de los siglos XIX y XX.

The Luxonomist. 21/09/2015

Un Sorolla en pleno proceso creativo. El nuevo proyecto conjunto entre la Fundación Museo Sorolla de Madrid y la Obra Social ”la Caixa” descubre al gran público una faceta de la producción del pintor valenciano aún muy desconocida, prácticamente inexplorada y casi siempre considerada como mero soporte para el estudio de obras concretas de su producción pictórica. Los dibujos que realizó son esenciales para profundizar en el conocimiento de su obra pictórica, como una parte del proceso creativo, como bocetos preparatorios, pero también como expresión artística con personalidad propia.

El pillo de playa (1891), Joaquín Sorolla
El pillo de playa (1891), Joaquín Sorolla

La selección de dibujos, procedentes de la colección conservada en el Museo Sorolla y la mayor parte de los cuales nunca han sido expuestos hasta ahora, ofrece un punto de vista complementario sobre la evolución artística del pintor en que se perciben las inquietudes esenciales, la estética y los retos que se plantea en cada momento. Las 123 obras incluidas en la exposición —entre dibujos, notas de color y grandes telas— forman la muestra más completa dedicada a esta faceta del pintor valenciano. Sorolla.

Joaquín Sorolla
El Niño de la Barquita (1904) y Madre con su hijo (1899), Joaquín Sorolla

Apuntes en la arena es, en definitiva, una invitación a descubrir el extraordinario talento de Sorolla como dibujante. Su dibujo complementa su pintura, como lo hacen las conocidas «notas de color» al óleo. La exposición evidencia también, dada la relevancia que el mar y la playa tuvieron en la pintura y en la propia vida de Joaquín Sorolla, que cualquier aproximación a su producción debe partir de los numerosos dibujos consagrados a dicho entorno.

Joaquín Sorolla
Metiendo la Barca (1902), Joaquín Sorolla

Producida por la Fundación Museo Sorolla con la colaboración de la Obra Social ”la Caixa”, la muestra está comisariada por Consuelo Luca de Tena, directora del museo dedicado al pintor. La exposición pudo verse en primer lugar en este museo madrileño e inicia ahora su itineración por los centros CaixaForum. Constituida por 123 obras, entre dibujos, cuadros al óleo y notas de color de todas las épocas de su producción, la muestra da a conocer a los visitantes la libertad que encontró el artista en el dibujo al aire libre y los paralelismos con su pintura. Se trata de la exposición más completa dedicada nunca a este aspecto de la obra del artista, gracias a la selección llevada a cabo a partir de la colección de más de 5.000 dibujos que conserva el Museo Sorolla.

Joaquín Sorolla
Niño en la Playa (1904), Joaquín Sorolla

El trabajo en el mar
En este primer apartado se presentan las obras más antiguas del pintor, alrededor de 1890: escenas de constructores de barcos y de pescadores. Sorolla se interesa por la gente que trabaja en la arena: las labores de reparación de redes y barcas, la preparación de velas y cuerdas para salir a la mar, el vaciado de las nasas y también la figura pintoresca del pícaro de playa que ronda a los que trabajan. Sus dibujos transmiten una imagen de placidez, de armonía con el entorno, de previsión y de trabajo colectivo. Poco a poco, abandonan la anécdota para captar la naturalidad de los gestos y las expresiones.

sorollaboceto
Boceto para Pescadoras Valencianas (1915), Joaquín Sorolla

Barcas y bueyes
La plenitud del estilo de Sorolla corresponde a los dibujos y las pinturas de bueyes y barcas. Los bueyes que tiran de las embarcaciones al final de la jornada recuerdan la dureza de la vida a la orilla del mar, mientras que las barcas y las velas son símbolos del espíritu, enfrentadas al peso de los animales y al esfuerzo de los pescadores. Asimismo, las velas son pantallas que, en un juego de luz y color, reflejan las condiciones atmosféricas cambiantes. El trazo gana agilidad y se vuelve sintético, y el dibujo reproduce una sugestión sensual que transmite a los visitantes la sensación de estar en la arena y sentir el viento, el agua y la sal.

Pescadoras Valencianas (1915), detalle. Joaquín Sorolla.
Pescadoras Valencianas (1915), detalle. Joaquín Sorolla.

Mujeres del mar
Sorolla vio en la mujer una figura casi mitológica, mediadora entre el mar y la tierra, a medio camino entre lo humano, lo heroico y lo divino. En los dibujos más antiguos, muestra a mujeres ocupadas en distintas labores relacionadas con la pesca. Más adelante se concentra en el tiempo de espera anterior al regreso de las barcas. De esta forma penetra en la dimensión anímica de las pescadoras. El lápiz discurre con libertad: la mano parece seguir automáticamente la mirada. Sorolla combina la agilidad visual con la rapidez de ejecución, el trazo veloz y despreocupado, lo que le permite captar instantes únicos, de expectación o de recogimiento. A medida que profundiza en la psicología de las mujeres, surge la figura de la madre, tierna y complaciente, que arropa al niño, como un hijo del mar.

Figura en la arena (1917), Joaquín Sorolla
Figura en la arena (1917), Joaquín Sorolla

La alegría del agua
En la década de 1900, las escenas de playa, con su sensualidad a flor de piel, ocuparon el lugar central de la obra de Sorolla. El juego de los niños en el agua y las carreras por la orilla llenan de alegría las composiciones, en contraste con el trajinar de los hombres y mujeres del mar. Agua, luz, reflejos y movimientos de los bañistas: momentos fugaces que el artista plasma mediante trazos sucintos y formas esquemáticas que se multiplican, siguiendo los gestos de su mano. Espacio, tiempo y contorno desaparecen y dan lugar a una impresión de vida simple y pura. La propia concentración gráfica de los dibujos se traslada también a la pintura al óleo, en escenas de playa y figuras captadas en planos medios y en numerosas notas de color de pequeño formato.

Joaquín Sorolla
Bajo el Toldo, Playa de Zarautz (1910), Joaquín Sorolla

Elegantes en la playa. 
Sorolla compartió con su familia el placer del mar y el contacto con el agua y la arena, que tantas satisfacciones le proporcionaron. Frente al disfrute espontáneo de la playa por parte de las clases populares de la costa valenciana, sus dibujos de las playas cantábricas reflejan una experiencia más contenida y socialmente codificada. Es el esplendor de la burguesía de la Belle Époque: Biarritz, Zarautz y San Sebastián, un nuevo ámbito de representación social en el que no está previsto el baño. Los dibujos muestran a hombres y mujeres en actitudes relajadas y escenas de conversaciones, ellas con vestidos ligeros y ellos ataviados de blanco, con sombreros, pamelas y vaporosos tules movidos por el viento.

(*Foto de portada:  Estudio para El Baño (1899), Joaquín Sorolla. *Todas las fotografías: Museo Sorolla). 

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