El champagne de la primavera

El pasado 18 de septiembre, el mismo día que empezaba la Rugby World Cup 2015 en el estadio de Twickenham, tenía lugar una comida exclusiva en el Magazine Restaurant de Londres. Un restaurante diseñado por la excéntrica pero interesante arquitecta angloiraní Zaha Hadid, y que forma parte de la Sackler Serpentine Gallery ubicada en Kensington Gardens.

La gran Maison de Épernay nos invitó a un grupo de periodistas a la presentación de la cuvée Perrier-Jouët Grand Brut, cuya composición es un 40% de Pinot Noir que aporta la estructura, de los terroirs Grand y Premier Cru de: Mailly, Verzy, Aÿ y Rilly-la Montagne. Un 40% de Meunier que aporta la frutosidad, de los terroirs de: Dizy, Damery, Venteuil, Vincelles y Vinay. Y la mineralidad y frescura en un 20% de Chardonnay de los Grand Crus de: Cramant, Avize, Le Mesnil y Chouilly, testimonio de los mejores viñedos.

Un champagne intenso y aromático, con notas afrutadas y florales, frutas blancas como pera y melocotón maduros, un toque de mineralidad y en el paladar la persistente frescura de la chardonnay. Una cuvée que revela la exquisita habilidad del chef de cave Hervé Deschamps en el equilibrio entre estructura y redondez, permaneciendo 3 años en bodega (y no los 15 meses establecidos por el estándar de la AOC para un NV).

En 1856 la Maison creó su primer champagne Brut, el Perrier-Jouët Grand Brut, en su deseo de satisfacer a sus clientes ingleses, el chef de cave decidió reducir la cantidad de azúcar del dosage de las cuvées dejando así expresarse a las variedades del ensamblaje. Así nacía el primer champagne Brut de la historia.

La botella viene envuelta en un plumier metálico lacado en blanco muy adecuado como regalo y por título ‘Small Discoveries’ que cuenta una historia entre la naturaleza y la curiosidad del hombre, a través del diseño. En un paralelismo entre las burbujas de champagne que ascienden y las mariposas que vuelan hacia arriba, planteando un juego óptico.

Un packaging diseñado por Katharina Mischer y Thomas Traxler del estudio vienés Mischer’Traxler, cuyo diseño envuelto en la creatividad el arte contemporáneo muestra con ilustraciones en relieve mariposas y varios insectos efímeros que se capturan en pleno vuelo a través de la caja en una explosión de naturaleza, fruto del silencio de las cavas donde permanece el champagne durante varios años.

El menú, diseñado por el joven chef alemán Emmanuel Eger, estuvo en perfecta armonía con la cuvée Perrier-Jouët Grand Brut NV (non vintage) para la comida y Perrier-Jouët Belle Époque 2007 para el postre. Perrier-Jouët ‘Grand Brut’ NV una excelente elección tanto para aperitivo como para una comida completa. Un champagne fresco y equilibrado de una maison que desborda elegancia. (*Fotografías: Perrier-Jouët e Isabel Chuecos-Ruiz).