Kikiriki, una alternativa a las clásicas guarderías

Las grandes ciudades se llenan de espacios que imparten pedagogías diferentes para que los peques de la casa puedan aprender jugando.

Pilar López Cuntín. 25/11/2015
Las dueñas de Kikiriki, una guardería diferente en Madrid

Recibir la noticia de que hay un nuevo espacio en el centro de Madrid donde los niños pueden ser niños es algo que alegra a cualquier madre. Cientos de mamás que viven en la capital saben de lo que hablo. Apenas existen lugares donde nuestros pequeños sean tratados con el respeto que merecen y pasen horas sólo jugando mientras uno o varios adultos les acompañen sin dirigir cada uno de sus pasos.

Los peques lo pasan en grande aprendiendo en la guardería Kikiriki
Los peques lo pasan en grande aprendiendo en la escuela kikiriki

Desde enero de 2011 los peques del centro tenían ya la suerte de contar con Grey Elephant, una preciosa casita situada en el Madrid de los Austrias, donde Laura Ceballos y la famosa actriz y cantante Leonor Walting, pusieron en marcha un proyecto educativo sin precedentes en el barrio, inspirándose en los trabajos de María Montessori y de Loris Malaguzzo. El cartel de “No hay plazas” en su escuela está colgado prácticamente desde su inicios.

Un taller de cuentos con los niños en Grey Elephant
Un taller de cuentos con los niños en Grey Elephant

En septiembre de 2015 nacía Kikiriki, un espacio encantador situado a 200 metros de la Plaza de Oriente regentado por tres mamás, Carmen, Beatriz y Lucía y sus parejas. Fui a visitarles una tarde de viernes con mis dos chicas y el proyecto me enamoró desde el principio. Cualquier mamá sabe lo importante que es el feeling que buscas cuando hablas con una educadora en cuyas manos valoras dejar a tus vástagos. Con Carmen eso lo sientes casi desde el principio. Mientras Julieta y Leonor descubrían e investigaban las maravillas del espacio, Carmen me enamoraba con su hablar sosegado y su respetuosa forma de entender el sentir del niño. Me cuenta cómo “la sociedad suele exigirles que corran, forzando sus ritmos naturales sin respetar sus tiempos”.

Carmen puso en marcha Kikiriki tras una mala experiencia con la guardería de su hijo
Carmen puso en marcha Kikiriki tras una mala experiencia con su guardería

Carmen González es psicóloga infantil y responsable del método pedagógico, pero además es madre. Relata que la idea del proyecto surgió más por su propia experiencia como madre que como una consecuencia directa de su formación. Tras ver a su hijo acudir alicaído cada mañana a la guardería al incorporarse de las vacaciones de Semana Santa, un día decidió quedarse a escuchar qué pasaba. Escasos minutos antes, una de las educadoras le “arrebataba” al niño de sus brazos mientras este lloraba en el momento de la llegada, práctica habitual en la mayoría de escuelas infantiles. Lo que escuchó después no le gustó. Con voz enérgica y autoritaria, la educadora mandaba callar al niño, que lloraba desconsolado.

Los niños deben aprender jugando en la guardería
Lo ideal es que los niños hasta los 6 años de edad sólo jueguen

A Carmen no le gustaron ni el fondo ni las formas. Y se lanzó a la búsqueda de espacios alternativos donde imperasen otro tipo de pedagogías más acordes con su forma de pensar. Y al ver que no encontraba, decidió que ella era capaz de crear un lugar diferente. Para su hijo y para más niños. Al comentarlo con dos madres amigas, Bea (publicista) y Lucía (diseñadora), la idea empezó a tomar forma. Así nacía Kikiriki. Como un espacio donde los niños pudiesen jugar libremente en un entorno único y rodeados de un  ambiente relajado que favoreciese la expresión de emociones y el respeto a una serie de límites (pocos y claros).

Mientras charlo con Beatriz y con Carmen, observo a la educadora que acompaña a los niños y me asombra la paciencia y el cariño con el que los trata pero, sobre todo, aprecio en ella la pasión que siente por su trabajo, algo fundamental en esta profesión. Se acerca a los niños presentándoles opciones, respetando su personalidad y ayudándoles a ser ellos mismos, sin dejar de poner claros los límites. Un 10 también al equipo humano de Kikiriki.

Kikiriki ha visto cómo se agotan las plazas en pocas semanas
Kikiriki ha visto cómo se agotan las plazas en pocas semanas

En sólo dos meses, el espacio ha agotado las plazas para la escuelita de lunes a viernes, un claro indicador de la necesidad en la zona de alternativas de este tipo. El proyecto continúa por las tardes y los fines de semana como ludoteca, con opción de acudir y acompañar a los niños mientras juegan o a dejarlos al cuidado de su personal y disfrutar de un café con brownie casero en la zona gourmet regentada por Mamá Campo.

Además, la escuela también cuenta con una amplia oferta de talleres para niños y papás que imparten en en colaboración con Hotel Kafka, Gamestart(t), Otro Habitat o Imaginantes, para acompañar a los peques en el descubrimiento de la literatura, la música, la tecnología, el arte o el movimiento. Cada vez proliferan más estos centros, donde hay pocos niños para cada acompañante (maestro o adulto) y se permite que el niño explore su aprendizaje desde su programa interno, dando especial valor a que esté arropado emocionalmente. Señal inequívoca de que algo está cambiando.

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