NYC, escaparates para soñar
Las vitrinas comerciales más maravillosas y originales del planeta podemos encontrarlas, casi seguro, en la Navidad neoyorquina.
Nueva York es, en sí misma, una ciudad escaparate. Pero en Navidad es sencillamente espectacular. No hay escaparate que se precie que no haya «echado el resto» para ser el más original, el más llamativo y el que provoque más «Ohhhh!» a su paso. El 40% de las ventas de todo el año se llevan a cabo en esta época y la imaginación tiene que captar la atención y la cartera. La inversión en talento y en productos en los grandes escaparates de la Gran Manzana es sencillamente extraordinaria.
Este año, especialmente espectacular aprovechando el tirón de Wall Street y el incremento del turismo, Nueva York brilla más que nunca. Brilla, por ejemplo, porque Swarovski protagoniza dos de los escaparates más impresionantes de la ciudad. Los primeros son los enormes ventanales de Bergdorf Goodman, quizá los grandes almacenes más caros del mundo. Hace veinte años yo «invertí» parte de mi primer sueldo colgando abrigos en NY en un juego de dos tazas de café de porcelana (maravilloso) que compré sólo por darme el gusto de pasearme por sus pasillos.
Estas fiestas, los estilistas y escaparatistas de Bergdorf Goodman consiguen mantener durante minutos a paseantes por la Quinta Avenida, al lado del increíble Hotel Plaza. Y con razón. Bajo el lema, Vacaciones geniales y rindiendo un doble homenaje a la ‘brillantez’ de los grandes almacenes y al 120 aniversario de Swarovski.
La firma de cristales austriacos más famosa del mundo acaba de lanzar ‘Swarovski: Celebración de una Historia de Colaboraciones en Moda, Joyería, Rendimiento, y Diseño’. Un repaso a las decenas de colaboraciones exclusivas que la multinacional ha llevado a cabo con grandes casas de la moda. En la fiesta de inauguración de los escaparates estaba «todo Nueva York». Entre ellos Nadja Swarovski, miembro del Consejo Ejecutivo de Swarovski.
Cada una de los cinco ventanales de Bergdorf Goodman representan un cuento, una historia; una «fiesta de cumpleaños», una llamativa «bruja del futuro», el homenaje al mar y a la naturaleza, el homenaje al blanco… Tres de los diseñadores destacados de la tienda, Johnson Hartig de Libertine, Naeem Khan y CD Greene, han sido los encargados de personalizar con millones de cristales Swarovski los escaparates.
Al cóctel acudieron entre otros Naeem Khan, Pablo Andrés, Iris Apfel, Prabal Gurung y Tanya Taylor. Pero ésta no ha sido la única fiesta de Swarovski respecto de los magníficos espectaculares. Otros grandes almacenes Barneys se viste de los famosos cristales gracias a una colaboración en la que también se incluye Lexus. El ventanal- delicia de los niños- hay cochecitos con muñecos subidos en un rally interminable.
Otra de las ventanas de Barneys se hace diariamente en colaboración con Moncler. Un cortador de hielo (literal) forrado hasta las cejas de ropa de Moncler y sujetando una sierra mecánica de hielo cada día deleita a los paseantes con una figura espectacular: cisnes, castillos de Frozen, princesas, flores…
Frente al Rockeffeler Center está Saks Five Avenue, cuyos ventanales son una alegoría a la ‘Navidad por el mundo’. Recorren desde las calles París a las pirámides de Egipto en un mundo multicolor con oda también al medio ambiente. Durante seis meses un equipo de Saks se dedica a «pensar» cómo vestir en fiestas los escaparates de los icónicos grandes almacenes.
A todo ello se une la estrella de Tiffany en la intersección de la Quinta Avenida y la Calle 57, junto a la especular iluminación del edificio de la joyería neoyorquina por naturaleza. Frente a Tiffany, este año Bulgari ha apostado por una gargantilla gigante que abraza y rodea todo el edificio. Cascada de luces en la fachada de Burberry que ilumina a los ‘Papás Noëles’ de Salvation Army.
¿Te lo vas a perder?