A 2016, le pido ilusión renovada

Cuando se acaba el año todos echamos la vista atrás e intentamos evaluarlo. Si ha sido bueno o malo, si hemos tenido éxitos o fracasos, si hemos conseguido nuestros propósitos o, de nuevo, nos hemos quedado solo con las buenas intenciones…  Y le ponemos una nota final. Sin embargo, a mí lo que realmente me gusta cuando llegan estos días es imaginarme cómo va ser el nuevo año que entra. No os equivoquéis, no voy a ponerme a soñar con un año repleto de éxitos donde nada sale mal, todos somos felices y la vida es perfecta.

Yo siempre afronto el nuevo año mirándolo a la cara, sin falsas expectativas porque, nos guste o no, los genios de las lámparas y las hadas madrinas hace tiempo que, un poquito hartos de nosotros, decidieron mudarse a otro planeta para dejarnos solos con nuestro esfuerzo y nuestra suerte. Pero miro al nuevo año con optimismo y ganas renovadas de seguir trabajando. Porque después de dos años de IM CLINIC sé que el trabajo bien hecho tiene recompensa. Una recompensa que nos ha hecho crecer y que me ha dejado con ganas de conseguir nuevas metas (grandes o pequeñas, qué más da) y plantearme nuevos retos (a corto o largo plazo, eso no importa).

Eso me hace enfrentarme a este 2016 que nos abre las puertas con la mirada cargada de confianza, con el corazón latiendo con anhelo y con energía corriendo por mis venas. Una energía que me invita a seguir apostando por la investigación en medicina y por la tecnología. Pero no a cualquier precio, pues soy de los que opina que ni todo lo nuevo es bueno, ni todo lo viejo está obsoleto.

Sobre todo, que me hace seguir apostando por lo que más importa en mi oficio: el paciente. Por ofrecer nuevos tratamientos globales y personalizados. Y no solo tratamientos de estética, porque la belleza sin salud es una belleza vacía de contenido. Así que este año que llega, vendrá a IM CLINIC con la consolidación del concepto de que salud y belleza deben ir siempre de la mano. Y cuando miro así veo muchos proyectos cumplidos en IM CLINIC. No por arte de magia, sino por el trabajo continuo y entregado de un equipo profesional e involucrado que desea avanzar haciendo las cosas con excelencia, pero sobre todo con ilusión.

Y, ¿cómo no? En 2016, veo los proyectos de la Fundación caminando con paso firme. Veo el nuevo centro multidisciplinar para niños con discapacidad acabado; veo el nuevo dispensario de Biombo, con sus pacientes en la pequeña recepción esperando a ser atendidos; veo el taller de costura, el de mecánica y el de promotores de salud. Veo la escuela que sigue adelante con nuevos padrinos, que ayudan a jóvenes estudiantes a labrarse un futuro que no podrían ni siquiera soñar sin esa maravillosa ayuda.

Veo a madres recibir con los brazos abiertos a unos bebés sanos en el Centro Médico Emanuel;  mesas llenas de platos con apetitosa comida para el comedor social infantil; y a muchos niños saltando, jugando y riendo en el orfanato Casa Emanuel. Y a todo ello le pongo la banda sonora del proyecto musical, en el que las tiernas voces de los niños de Guinea Bissau se funden con las de los niños de aquí para recuperar canciones infantiles tradicionales de este pequeño país africano. Y vosotros, ¿qué veis en 2016? ¡Feliz Año Nuevo!