¿Qué vino eligen los profesionales?

Los sumilleres somos aquellos hombres y mujeres que aconsejamos qué vino beber en nuestra visita a un restaurante, pero ¿qué vino nos gusta a nosotros? En este artículo vamos a revelaros cuáles son los vinos elegidos por algunos de los profesionales más prestigiosos de nuestro país. La gastronomía en España se encuentra en un momento álgido, tanto en el ámbito nacional como en el internacional y somos conocidos y respetados por el trabajo de nuestros profesionales. Asimismo, la sumillería.

La figura del sumiller (o sommelier), en ocasiones poco entendida o poco valorada, también (y afortunadamente) está a la vanguardia de la restauración y poco a poco, nuestro trabajo se ve recompensado por el reconocimiento de los amantes de los placeres de la buena mesa. Aconsejamos, informamos, formamos y maridamos dependiendo de los gustos, la situación, la elección del menú… Os dejo la selección personal de algunos de mis compañeros y compañeras de esta apasionante y exigente profesión.

Raúl Igual, del restaurante Yain en Teruel escoge Monfortino de Giacomo Conterno: «Es un estilo clásico elaborado para vivir muchos años y sólo se entiende cuando pruebas una añada vieja, resulta sublime, elegante, inmenso…».

Adán Israel, del Restaurante Granero en Quintanar de la Orden elije Emeritvs de Dominio de Valdepusa: «El vino está riquísimo y mi admiración por Don Carlos Falcó y su obra hacen que me guste aún más. Es un coupage que busca en un vino hecho, no resaltar las virtudes de una variedad en concreto».

Guillermo Cruz, del Restaurante Mugarizt en Errentería prefiere Capitel de Ossian Vides y Vinos: «Es un vino que viene de viñas prefiloxericas, de más de 120 años de edad, viñas con muy pocos rendimientos, pero cada una de sus uvas está cargada de sabiduría y concentración. Esa experiencia que el paso de los años le ha dado. Para mí, es un vino con alma, donde una sola copa es capaz de mostrar emoción, sentimientos y la zona de donde viene… Y cuando un vino consigue mostrar esto…se convierte en único y especial».

Sergio Rodríguez, del Restaurante Mediterráneo en Castellón se decanta por Clio de El Nido de Jumilla: «Me gustan los tintos potentes y a la vez que tengan un buen paso por boca. Una sedosidad que tiene cuando lo bebes te llena la boca, no encuentras ninguna arista en el vino…».

Rafel Sabadi, del Restaurante El Roser 2 de L’Escala ha escogido Estela Solera 1990 de Mas Estela: «Es difícil decidirse, pero me inclino por un vino de mi tierra, con historia, con tradición y de un gran valor patrimonial como es este dulce natural rancio».

Meritxell Falgueras, de la Tienda Celler de Gelida en Barcelona elije Carandelle de Podere San Cristoforo: «Es el vino que me hizo conocer a mi marido, Lorenzo Zonin».

María José Huertas, del Restaurante Casino de Madrid prefiere Jerez de Cádiz: «No puedo decir un solo vino. Me decanto por el Jerez, porque son únicos sin más».

Juan Luis Henestrosa, del Restaurante Aponiente en Cádiz se decanta por Montillado 1830 de El Maestro Sierra: «En esa botella está la verdad del Jerez, la magia de la crianza biológica con la personalidad tan singular de la oxidación en nuestra tierra. Para mí es el Jerez».

Josep Pelegrí, de la Tienda El Petit Celler en Manresa escoge Picapoll Negre de Oller del Más: «Es un vino elaborado con una variedad autóctona que se está recuperando, muy escasa y que recuerda los gamay de Beaujolais o incluso los pinot noir de la Borgoña: poco color, nariz suave, rústica y sutil y boca fresca, muy fresca, muy largo y penetrante, poco tanino pero dulce. Un vino con alma, con mensaje».

Xavier Ayala, del Restaurante La Boscana en Bellvis define Cop de Cor de AT Roca: «Es un vino solidario, estructurado de delicados aromas a frutas blancas, especias dulces y flores con buen paso de boca. Estructurado con recorrido y textura».

Cesar Cánovas, de la  Tienda Monvinic en Barcelona, explica Quo Vadis de Delgado Zuleta: «Sin más».

Juan Luis García, del Restaurante Casa Marcial en Arriondas. Su elegido es Retortoiro de Dominio del Urogallo: «Un vino q expresa todo el paraje Retortoiro; pizarra el tipo de suelo, Verdejo Tinto la variedad, el Sur la orientación de la parcela y la filosofía de Nicolás Marcos, el Equilibrio. El equilibrio entre todos los factores que intervienen en un vino incluido el humano, que nos olvidamos de él al hablar de un vino y para mí es fundamental”.

Eduardo Camiña, del Restaurante Culler de Pau en O Grove prefiere Gorvia de José Luis Mateo: «Para mí uno de los grandes vinos de España es el de José Luis, un persona arraigada a la tierra al lugar que supo entender perfectamente el terreno en el que estaba y la manera de representar el interior de Galicia».

Silvia García, del Restaurante Kabuki Wellington en Madrid. «Decidirme por un solo vino es como hacer elegir a una madre entre sus hijos… Imposible para mí. Me emociona y amo el vino, me lo ha dado todo. Pero sí es verdad que algunos tipos, zonas o variedades me emocionan sobre manera. El riesling de las parcelas Gran Cru, trabajados en seco con algunos años hacen que pierda el sentido y en cada sorbo se me cierren los ojos. Consiguen crear en mí una intimidad absoluta con ellos. El champán me apasiona en todos sus aspectos, podría incluso desayunar con alguno de ellos cada mañana, grandes casas, pequeñas producciones, monovarietales o cuña, eso da lo mismo. Todos tienen su propia personalidad, carácter, pasado y futuro. Y para terminar, no puedo olvidar los vinos del Marco de Jerez y todo lo que significa beber historia, pasión líquida, torrente de espiritualidad embotellada de una zona, unas personas y una tierra».

Terminar con el comentario de Silvia es quizás firmar y afirmar el sentimiento global del sumiller. Ahora ya sabes lo que nos gusta… Y a ti, ¿cuál te gusta?