El cambio climático también afecta a la moda
El verano ya no empieza ni termina como hace algunos años, y lo mismo sucede con la temporada invernal. Las empresas deberían adaptarse a los tiempos y temperaturas.
¡Es imparable! El cambio climático cambiará nuestra vida y la de nuestros predecesores, nuestras costas, ciudades, geografía y también nuestros hábitos de compra. De hecho, esto ya ha cambiado. Y no veo por parte de los profesionales de la moda concienciación de ello. Las temperaturas no son como antes. Primavera/Verano no es la temporada que empezaba a primeros de marzo y terminaba a la vuelta de vacaciones estivales. Antes septiembre tenía tiempo otoñal y octubre un frío donde vendíamos prendas de abrigo.
Ahora el verano se extiende hasta octubre (y hasta bien entrado noviembre), con la consecuente bajada de facturación y por ende, atacando directamente a la cuenta de resultados. Por no hablar de que en octubre cambiamos la hora adaptándonos al nuevo horario de invierno. Otra medida que no comparto ni entiendo. No creo que se ahorre luz, hacemos los días más cortos, apetece menos salir de casa si a las 17:30 horas anochece…
Esta escenificación ha traído que no se presenten dos colecciones (primavera/verano y otoño/invierno). Ahora tenemos que reinventarnos e innovar planificando las temporadas de otra manera. Presentar tres o cuatro colecciones por temporada.
Pero unido a esta reinvención, deberíamos ser más eficientes en nuestra gestión de negocios. Y aquí meto a fabricantes, diseñadores, marcas y tiendas. Llega el mes de enero y montamos el primer escaparate de primavera habiendo vendido a duras penas el 20 % de las prendas de abrigo. El invierno se alarga, se alarga y se alarga cada año más llegando en algunos casos hasta abril o mayo.
Los escaparates con prendas primaverales, las temperaturas frías o muy frías y nosotros haciendo carreras para ver quién pone antes el escaparate estival. ¿No nos damos cuenta de que los hábitos de compra están cambiando por los cambios meteorológicos? ¿De que estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado por seguir a los grandes operadores?
Este invierno se ha batido el récord de altas temperaturas desde 1952 y en octubre se llegó a los 36,6 y 37,5 grados en algunas ciudades. Algunos compañeros del sector me han llegado a decir que está siendo su ruina económica por las escasas ventas debido a los rigores del calor. Y asomándome a sus tiendas, ¡no me extraña!
Los fabricantes nos presionan para firmar contratos de suministros de prendas muy pronto porque también tienen tensiones de tesorería y no pueden soportar tanta financiación. En definitiva, seamos más ‘listos’, cambiemos como el clima y modernicemos nuestros modelos de gestión.
No acostumbremos a los clientes a comprar permanentemente con agresivos descuentos para sacar la mercancía parada, puesto que estas prácticas son nocivas para nuestros negocios y no hay punto de retorno. El cliente sí es ‘listo’y no da un paso atrás. Si sabe que pondremos ofertas a la primera de cambio, estará esperando hasta entonces para comprar.
Deberíamos cambiar las temporadas, empezar más tarde las ventas, cambiar los escaparates cuando de verdad lo pida el tiempo y acompasar nuestros movimientos a la demanda del clima. Seríamos más fuertes, aseguraríamos nuestras empresas y saldríamos todos beneficiados.