El móvil también sigue el protocolo
Te enseñamos a usar tu teléfono con lógica y respeto por los demás en determinadas situaciones cotidianas.
¿Quién no ha estado en una reunión laboral o con amigos viendo cómo alguno de los presentes no hacían más que hablar por el móvil o contestar mensajes? ¿Quién no se ha sentado a comer con alguien que con una mano sostiene su teléfono y con la otra come sin importarle su compañero de mesa? ¿Quién no ha escuchado la frase “sigue hablando que yo te escucho” mientras su interlocutor no hace más que leer mensajes o escribir correos? ¿Quién no ha escuchado un estruendoso ring tone en medio de una sala de cine o conferencia? ¿Quién no ha tenido que enterarse de la vida ajena porque una persona decidió hablar por el móvil gritando?
Ahora pregúntate cuántas veces has sido tú el protagonista de por lo menos una de estas situaciones. Entendiendo que nuestros padres cuando nos educaron y nos dieron pautas de comportamiento no pudieron hacerlo sobre la utilización de un móvil y que la lógica común de respeto no lo es igual para todo el mundo, para no hacer engordar esa lista de personas molestas, ten en cuenta estas reglas de protocolo cuando uses tu móvil.
Lugares públicos o recintos. No es correcto hablar por el móvil en teatros, cines y otros espectáculos, ceremonias, conferencias. Salvo para llamadas importantes, tampoco es correcto hablar dentro de los ascensores, en vagones de metro o tren, en el autobús… Para evitar problemas, lo mejor es que el móvil permanezca silenciado en la mayor parte de todas estas situaciones.
Encendido, modo vibración o apagado. El buen criterio y sentido común de las personas deberían valer para saber cuándo tener un móvil operativo o no. Pero como en algunos casos las personas no saben prescindir de su móvil, es por ello que, en muchas ocasiones, los propios recintos indican con carteles u otros avisos (sonoros o escritos) la conveniencia e incluso obligación de apagar los móviles. Apágalo o ponlo en modo silencioso si estás en una reunión. Parece lógico, pero la mayoría no lo hace. No queda uno como el gran ejecutivo si contesta para decir «ahora te llamo, estoy en una reunión».
Si esperas una llamada muy importante, ponlo en modo vibrador, pide permiso y sal para contestar. Igualmente desconecta las notificaciones de tu móvil para evitar interrupciones. Concéntrate en lo que estás haciendo y recuerda que nada es tan importante como para que decidas escribir un correo o enviar un mensaje mientras sostienes una conversación. Esto es de muy mal gusto. Mantenlo apagado si está visitando a un cliente, esta persona ha sacado de su tiempo para atenderte y merece toda tu atención.
Revisar el teléfono. Cuando estás acompañado, procura no estar consultando constantemente el móvil. Se pueden revisar las llamadas o mensajes entrantes con cierta periodicidad, ahora bien, no es correcto estar mirando la pantalla como si sólo existiera esto a tu alrededor mientras descuidas a la persona con la que estás.
Tiempo de conversación. Si es ineludible contestar al móvil cuando se está acompañado, lo mejor es que seas breve y conciso, sin alargar demasiado la conversación y primero deberás excusarte con la persona que estás antes de atender la llamada. Una buena opción es decirle a quien te llama que tan pronto como te desocupes, le devolverás la llamada.
El tono de voz. Cuando se habla por el móvil tiene lugar una conversación con otra persona, no con todas las personas de su entorno. El tono de voz debe ser el necesario para que te escuche tu interlocutor. Si las condiciones no son las óptimas por culpa del ruido ambiental o mala cobertura, lo mejor es posponer esa conversación para un momento más adecuado.
Si debes contestar en un lugar con muchas personas alrededor, procura no tocar temas muy personales y que el audífono se encuentre en un volumen adecuado para que la gente que te rodea no pueda escuchar.
El altavoz y el manos libres del coche. Jamás contestes usando el altavoz del teléfono. Si vas en el coche y se activa el manos libres, al contestar la llamada deberás indicarle al interlocutor que vas conduciendo y, si estás acompañado, para que así pueda medir sus palabras o declinar la llamada y hacerla en otro momento.
Mensajes de texto. No se debe utilizar el moderno lenguaje de las abreviaturas en sus mensajes. Haría falta contar con los servicios de un ‘traductor’ a la última para poder descifrarlo. Aunque lleve más tiempo, es mejor que el mensaje sea perfectamente legible y comprensible. Mandar infinidad de mensajes con monosílabos hacen desesperar a quien lo está recibiendo, así que es mejor enviar una frase con sentido, pudiendo usar los emoticonos.
Los temas de trabajo jamás se tratan por mensaje. No puedes saber si la otra persona lo ha leído, lo ha entendido y además ha hecho lo que necesitabas a tiempo. En cualquier tipo de comunicación eficiente siempre se necesita un emisor, un receptor y un feedbak entre ambos.
Insistencia. Si realiza una llamada de móvil a la que no contestan, salvo que sea de gran importancia, no la repitas. El destinatario de la misma puede no haberla contestado por no encontrarse en el sitio adecuado o en el momento más oportuno. Incluso, si no la ha escuchado, él mismo se pondrá en contacto contigo en cuanto revise su móvil.
Optimización de las llamadas. Si coges una llamada importante o haces una llamada urgente, no lo tomes como excusa para hacer una ronda de llamadas triviales o de poca importancia, sobre todo si estás acompañado. Además, permítete apagarlo para poder concentrarse en su trabajo. Cuando el cerebro está concentrado y se le desconcentra, tarda 25 minutos en volver a estar al mismo nivel de concentración, dejando de ser efectivo en su trabajo si estás recibiendo continuamente llamadas o mails. Dedica un tiempo al día para contestar y el resto a ser productivo.
El móvil no es una joya. Aunque para muchos lo sea, no es una joya o complemento del vestuario. El móvil siempre bien guardado en el bolso, en el maletín, en el bolsillo del pantalón o de la chaqueta del traje o en cualquier otro lugar. No es elegante estar todo el día con el móvil encima de la mesa de reuniones o de comida, o bien simplemente teniéndolo a la vista de los demás.
Sé respetuoso. Siempre que se haga una llamada, después de saludar, pregunta a la persona si dispone de algunos minutos para hablar. Es la mejor manera de no molestar y saber cuándo tu interlocutor está dedicándote toda su atención. No llames por asuntos de trabajo fuera de horarios de oficina y respeta las horas de sueño y las de comida. Si tienes alertas en el móvil, apágalo por las noches para que no sean molestas para la persona que duerme contigo.