Derroche de looks imposibles en la Gala MET
Taylor Swift, Madonna, Lady Gaga o Kim Kardashian destacaron por sus estilismos robóticos llenos de brillos y tonos metalizados.
Una vez más, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York se engalana para acoger la fiesta más importante del mundo de la moda. Hablamos de la gala benéfica del MET que este año ha celebrado su edición Manus x Machina: Fashion in an Age of Technology, dejándonos todo un despliegue de proezas en una alfombra que nada tiene que envidiar a la de los Oscar. “El Met Ball es como la Super Bowl de los eventos sociales de moda”, dice André Talley, ex editor de Vogue Estados Unidos. Y lo cierto es que anoche, así volvió a ser.
Blancos impolutos de Ralph Lauren ayudaron a lucir espectacular (más todavía si cabe) a la modelo de Victoria’s Secret, Rosie Huntington-Whiteley; diseños metalizados apuntalaron el protagonismo de una siempre preciosa Cindy Crawford vestida por Balmain. Sarah Jessica Parker de Monse Maison, Nicole Kidman de Alexander McQueen, Adriana Lima de Giambattista Valli, o Alicia Vikander de Louis Viutton, fueron de las que más aplausos arrancaron. No solo por parte de las decenas de personas que se agolpaban en las calles aledañas del MET, también por parte de la prensa especializada que allí se encontraba y que entre las redes sociales y los envíos a sus respectivos medios coincidían en señalarlas como las más elegantes.
Aunque ya saben como es el arte, porque la moda lo es: “Sobre gustos pintan colores”. Algunos preferirán los diseños de látex de Beyoncé vestida por Givenchy, Lady Gaga por Versace, Madonna muy atrevida con un diseño de Riccardo Tisci, o Kim Kardashian de Balmain. Ellas fueron las que más dieron que hablar, tanto para bien, como para mal.
Sea como fuere, el espectáculo estaba asegurado, ya no solo porque el evento concentra a las celebrities más importantes del momento (Kendall Jenner, Taylor Swift, Alessandra Ambrosio, Selena Gómez, Clair Danes, Orlando Bloom, Ben Stiller, Donatella Versace y un largo etcétera), sino por todo lo que se mueve alrededor de esta fiesta. Patrocinada por Apple, la gala es una de las más exclusivas del mundo. No es suficiente con que pagues el cubierto por valor de 25.000 dólares, la misma organizadora, Anna Wintour, editora de la revista Vogue, tiene que autorizar uno por uno la entrada del solicitante. Ella, como buena anfitriona, fue la primera en llegar.
Lo hizo con paso firme y decidido, con una postura impecable, elegante, recta y de la mano de una hija que ya pisa fuerte, como su madre. Ambas formaron parte de una noche llena de estrellas, lujo, mucha belleza y en la que hemos comprobado cómo Irina Shayk y Bradley Cooper siguen siendo los dueños de cientos de corazones, a juzgar por los gritos escuchados entre los curiosos y a pesar eso sí, de que la pareja nos siga haciendo esperar con su primer posado juntos.
De momento, lo que no vamos a dejar pasar es la posibilidad de recomendaros la exhibición que da nombre a la gala en el Museo Metropolitan de Nueva York: «La moda y la tecnología están íntimamente conectados, ahora más que nunca”, insistió Tomas P. Campbell director del museo. Así lo pudimos comprobar en la presentación a la prensa de los diseños más espectaculares de maestros como Karl Lagerfeld, Yves Saint Laurent o Iris van Herpen. A partir del 5 de mayo y hasta el 14 de agosto podréis ver el resultado del trabajo conjunto entre el hombre y la maquina.