Chanel contra el ‘mercado gris’

Dos son las cuestiones que más preocupan en este momento a las grandes compañías de lujo: por un lado, el mercado negro y, por otro, el ‘mercado gris’. Aunque parezca un juego de palabras, se trata de dos cosas radicalmente distintas y que afecta de forma particular a compañías como la segunda mayor del mundo: Chanel.

La compañía ha presentado algunas de las líneas fundamentales de su estrategia renovada para 2016 y en adelante. Especialmente, prevé una recuperación destacada del importe neto de la cifra de negocios y, a su vez, un mayor margen bruto sobre ventas. Para conseguir este objetivo, Chanel está acelerando su estrategia de lucha contra el ‘mercado gris’, consistente en la existencia de canales de distribución diferentes de los autorizados por la firma.

En este sentido, Chanel persigue aumentar sus ventas oficiales aflorando todas estas redes en aquellos países en los que la demanda se ha reducido. Es el caso de China, donde Chanel tiene un gran ‘patio trasero’ (consumidores fieles a la marca) y donde se da la mayor parte de las ventas por canales extraoficiales, tanto por las restricciones a bienes de lujo como por la reventa de las marcas dentro de China Continental.

Mientras la compañía asegura que el crecimiento de sus ventas en tienda física de China alcanza tasas de doble dígito, Chanel se sube al carro del restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos. El primer desfile oficial de la compañía para presentar la colección de entretiempo Cruise se produjo hace una semana, algo que no sucedía desde la Revolución comunista de 1959.

A juicio del presidente Bruno Pavlovsky, la apuesta por Cuba es una vuelta a los orígenes de la compañía. La voluntad de la fundadora, Coco Chanel, en París en 1909, era satisfacer las necesidades de los consumidores clase alta americana y caribeña. En aquella época, Cuba era el país más próspero de la América española hasta su conversión en el segundo país más pobre del continente.

La internacionalización de Cuba y la apertura lenta hacia un regimen de libertades, hace que sea una oportunidad de oro con unas condiciones turísticas extraordinarias y una posición geográfica envidiable para convertirse de nuevo en un gran centro del turismo de lujo mundial.

Chanel, al igual que el resto de grandes marcas de lujo, se extenderá en el Caribe en los próximos años, mientras en Cuba continúan los esfuerzos de los cubanos por prosperar y tener un mejor futuro a pesar del régimen de los Castro. El número de empresarios que pueden contratar a personas (llamados en Cuba ‘cuentapropistas’) se ha incrementado de forma sustancial. Vuelve a comprobarse que por muy pocos que sean los resquicios de libertad, siempre hay algún emprendedor dispuesto a salir adelante.

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