Eva Castro, arquitecta de la geometría
Junto a su compañero del Plasmastudio, el alemán Holger Kehne, esta arquitecta argentina afincada en Londres tiene mucho que decir.
Eva Castro Iraola es un nombre que conviene retener. Eva Castro (Argentina, 1969) estudió arquitectura y urbanismo en la Universidad Central de Venezuela (1888-1894) y se graduó en diseño en la Asociación Arquitectónica de Londres (1994-1996). Antes de asociarse con Holger Kehne para fundar el Estudio Plasma en 1999, trabajó para el Chora Institute of Urbanism y en Ocean. En 2002 obtuvo el premio YAYA (Young Architect of the Year Award) en el que concursan proyectos de arquitectos con menos de 35 años, aunque no necesariamente noveles.
Hasta el momento su estudio se ha identificado por el carácter innovador de todos sus proyectos, entre los que destacan la calle de Minerva, la Casa de Circo, la Casa del Músico, el número 186 de Camden High Street o el número 136 de Old Street, todos en Londres (Inglaterra); la rehabilitación de la Performing Arts Academy de Salzburg (Austria) y el Ozeaneum, el aquarium y el German Oceanographic Museum en Stralsund (Alemania). Su trabajo ha sido ampliamente exhibido en toda Europa, recientemente Nodal Paisajes (2010) en el Deutsches Architekturzentrum en Berlín y territorios críticos (2011) en la Architectural Association Gallery de Londres.
Su inmersión en el diseño de hoteles de vanguardia se inició con el hotel Cristall de Sesto (Italia), perfectamente integrado en el paisaje rocoso de los Dolomitas. Su estructura resulta delirante: una planta elevada en varios estratos que van tomando altura formando una línea serpenteante y una fachada envolvente de cristal, que ofrece unas vistas caleidoscópicas de las montañas desde el lobby.
Hace una década diseñó junto a Kehne una planta entera del proyecto multinacional del hotel Puerta América, en Madrid, junto a figuras consagradas de la arquitectura contemporánea internacional como Norman Foster, Jean Nouvel, John Pawson o Zaha Hadid.
Castro y Plasmastudio apuestan por un modelo arquitectónico que enfatiza la capacidad tridimensional del espacio mediante el uso libre de la geometría y de la luz. Como resultado, muchos de sus proyectos desafían la ley de la gravedad, pero sólo en apariencia, pues otra de las características fundamentales de sus obras es su intención cognoscitiva, su deseo de ser arquitecturas útiles que se comprendan racionalmente, por muy inusuales que resulten en el primer impacto visual.
Sus diseños pretenden alejarse de cualquier estereotipo. En las remodelaciones emprendidas por Plasmastudio en estudios de artistas londinenses, esa limitación se suple con un derroche de imaginación trasgresor y sumamente atractivo. Paredes que son unas veces armarios y otras espejos, escaleras o ventanas y que añaden un factor sorpresa a la cotidianidad.
Por otro lado, esos rediseños delatan una obsesión por contextualizar la esfera de lo privado en la res pública. De ahí el uso de tabiques de cristal en lugar de otros materiales opacos para facilitar la interacción social. Nada de estar dentro o estar fuera, sino simplemente estar.