Angelina Jolie se pasa a la docencia
La llegada de la activista, actriz y directora de cine a la London School of Economics no parece un simple gesto publicitario.
La presencia de Angelina Jolie como profesora en prácticas en la London School of Economics ha puesto el foco en una de las instituciones académicas más prestigiosas del mundo. La actriz formará parte del plantel de profesores que el próximo otoño compartirán sus experiencias con los alumnos del Centro de la Mujer, la Paz y la Seguridad. Un espacio académico en el que se reúnen profesores, profesionales, activistas, responsables políticos y estudiantes para desarrollar estrategias que promuevan la justicia, los derechos humanos y la participación de las mujeres en situaciones de conflicto en todo el mundo.
Este centro comenzó su andadura en 2015 con el impulso de Lord William Hague, ex ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, y la propia Angelina Jolie, dentro de la Iniciativa para la Prevención de la Violencia Sexual en Conflictos creada por ambos. Una iniciativa que logró sentar a representantes de más de cien países en una cumbre celebrada hace dos años.
Jolie compagina desde hace tiempo su labor como madre, actriz y directora de cine con su activismo social. Su cargo como embajadora del Alto comisionado de la ONU para los refugiados (ACNUR) la ha llevado a estar presente en numerosos conflictos, siempre al lado de los que sufren directamente las consecuencias. Su percepción del mundo cambió cuando el rodaje de Lara Croft: Tomb Raider la llevó hasta Camboya hace más de una década. Cuando regresó, cargada de cruda realidad, comenzó su estrecha colaboración con Naciones Unidas para encontrar respuestas a muchas preguntas. Su presencia ahora en la LSE no parece casual.
‘Entender las causas de las cosas’ es el lema que rige en el escudo de la London School of Economics. La prestigiosa escuela británica fue creada en 1895 después de un desayuno en el que participaron Beatrice y Sidney Webb (ambos miembros de la Sociedad Fabiana) junto a Graham Wallas y George Bernard Shaw. El debate se centró en la necesidad de crear una institución que buscara mejorar la sociedad a través del análisis de las desigualdades y el estudio de los problemas que genera la pobreza. Y se pusieron manos a la obra. La financiación se la proporcionó Henry Hunt Hutchinson.
Desde entonces, su misión fundacional ha estado presente en la escuela a lo largo de su historia. Baste recordar que en la década de los treinta y ante el avance del fascismo, la LSE creó un Consejo de Asistencia Académica, que ayudó a miles de profesores y estudiosos de la Europa Central a escapar de los nazis. Un trabajo reconocido por el propio Albert Einstein, que también tuvo que huir del acoso fascista. La labor de ese consejo persiste hoy en día, a través del Consejo de Asistencia a los Refugiados Académicos.
Desde sus inicios y por sus aulas, o bien como estudiantes o como profesores, han pasado un total de 16 premios Nobel. Los dos primeros, de Literatura: Bertrand Russell y George Bernard Shaw. Los dos siguientes, de la paz: Lord Noel-Baker y Ralph Bunche. El resto, doce, de ciencias económicas. Uno de los más conocidos, Paul Krugman, en 2008 y el último, Christopher Pissarides, en 2010. La London School of Economics estima que a lo largo de su historia, al menos 37 líderes mundiales han pasado por sus aulas, o bien como estudiantes o como profesores.
En la actualidad, la London School of Economics comparte protagonismo como uno de los centros educativos más prestigiosos del mundo en materia de ciencias sociales, junto a Harvard, UC Berkeley o Stanford. En el duro proceso de adminisión, la escuela londinense siempre mantiene un alto nivel de estudiantes procedentes de todo el mundo. Casi diez mil están presentes a tiempo completo todo el año y representan a más de 140 países. Ambiente cosmopolita que es una de las recetas de su éxito y que también se mantiene en el lado académico: algo más de tres mil profesores, la mitad de ellos procedentes de países fuera del Reino Unido.
Ante el reto que supone enseñar en esta institución, Angelina Jolie se siente muy ilusionada y espera que el trabajo dentro de este proyecto «impulse a otras instituciones académicas a seguir este ejemplo, ya que es vital que se amplíe el debate sobre los derechos de la mujer y así eliminar la impunidad de los crímenes que las afectan de manera desproporcionada, como la violencia sexual en los conflictos.»