¿Gingivitis? ¡Evítala y sonríe!
Son enfermedades que pueden convertirse en graves, por lo que debes consultar con tu dentista de confianza para dejarte asesorar.
Las encías son una de las partes más sensibles de la boca. Por eso, no es extraño que se produzcan inflamaciones debido a las bacterias que se almacenan en los dientes, sobre todo cuando éstas se acumulan en forma de sarro. Los efectos de estas inflamaciones son los que originan las denominadas enfermedades periodontales, que en función de su gravedad pueden ser gingivitis o periodontitis.
La inflamación de las encías por la placa bacteriana puede ocasionar la llamada gingivitis. Si tienes las encías enrojecidas o incluso sangran tras el cepillado, es posible que la sufras. A menudo se confunde con una complicación menor y se trata con productos diseñados para encías sensibles, sin grandes resultados. Por eso, lo más efectivo es acudir al dentista, que diagnosticará la enfermedad con mayor precisión y recomendará el tratamiento indicado. No debe confundirse con la gingivectomía, que trata sobre la sonrisa gingival, de la cual hablamos previamente.
Una gingivitis no diagnosticada a tiempo o adecuadamente puede convertirse en periodontitis. La periodontitis es un problema mucho más grave, ya que desemboca en la pérdida del hueso debido a la gran cantidad de bacterias presentes en la cavidad bucal. Es una enfermedad irreversible porque los tejidos óseos en este caso no se pueden recuperar de ninguna forma. Además, no solo afecta a las encías, sino también a los ligamentos periodontales y a los alvéolos dentales, que se sitúan en la cavidad de la mandíbula donde los dientes tienen sus raíces.
La principal consecuencia es precisamente la pérdida de la base natural de la dentadura. A largo plazo puede ser solucionada mediante implantes; pero, evidentemente, siempre es recomendable que cada persona mantenga sus propias piezas dentales en la medida de lo posible, sobre todo si éstas se encuentran aún sanas.
El tratamiento de las enfermedades periodontales pasa necesariamente por recuperar la salud de las encías. Para ello, se debe eliminar la placa bacteriana de todas y cada una de las piezas dentales, tanto por debajo de la encía como en la línea entre ésta y el diente. En el caso de la periodontitis, además, habrá que frenar la pérdida del hueso para evitar que las piezas dentales se queden sin la sujeción que necesitan.
Por supuesto, proporcionar las facilidades al paciente para llevar una correcta higiene bucal será imprescindible. Se trata de frenar el avance de este tipo de enfermedades, pero también de impedir su reaparición y, con ello, la expansión al resto de la boca. Es importante recalcar que la periodontitis es para siempre, por este motivo las revisiones periódicas son siempre imprescindibles para mantenerla bajo control.
Si sufres alguno de estos problemas, tu dentista de confianza será tu mejor aliado para combatirlos. Recuerda que un diagnóstico rápido y preciso es siempre lo más eficaz para evitar este tipo de enfermedades. Acude a un especialista y ¡comienza a sonreír!