Zilli, una boutique pionera en Rusia
La compañía francesa, que abrió su primera tienda en Rusia en 1991, se ha visto superada por la difícil situación económica del país.
Zilli es una marca francesa ‘pret a porter’ reconocida por sus abrigos y chaquetas en cuero y cachemira que cuenta con 340 empleados, incluyendo 100 en Italia y 180 en Francia: el 81 % de la producción se realiza en sus talleres de Lyon. En 2013, la marca estaba ya presente en 23 países con 64 boutiques propias y diversas tiendas multimarca. Compañía pionera en Rusia tras la caída del comunismo, abrió su primera boutique allí en 1991. En España la compañía cuenta con una tienda en Marbella, un lugar muy popular entre los turistas rusos.
En 2006, la empresa recibió el premio de manos de la entonces ministra de Comercio Christine Lagarde, por ser la principal compañía francesa exportadora a Rusia. Ha sido de las firmas de ropa más admiradas por la nueva clase rusa más pudiente. Por ejemplo, destacan algunas de sus cazadoras de piel de cocodrilo, de un precio alrededor de 100.000 euros o sus muy valoradas chaquetas de cachemira. La fabricación se realiza tanto en Francia (en sus talleres en Lyon) como en Italia (en concreto, en Milan).
Difícil coyuntura geopolítica
Sin embargo, la difícil situación geopolítica de los países de la CEI (antigua URSS) han hecho que a compañía tenga que restructurarse, tras pasar de tener unas ventas superiores a 90 millones de euros en 2013 a los 60 millones facturados en el pasado año. La devaluacion del rublo, la caída del nivel de vida en Rusia y países satélites, así como las sanciones emprendidas tanto por la UE como por los EEUU, se han hecho notar seriamente en la facturación y resultados de compañías como Zilli.
La caída del turismo en la capital francesa por los atentados sufridos también ha afectado a las ventas de su tienda insignia en París. La marca, que emplea a 180 personas en Francia, planea reducir plantilla, sobre todo en sus talleres de Lyon, donde se encuentra su sede. Debilitada desde principios de 2014 por los acontecimientos geopolíticos en los países de la CEI (ex Unión Soviética), donde se estaba llevando a cabo más del 50% de sus ventas, entra en los planes de la compañía intentar realizar parte de sus bienes inmobiliarios para reducir la deuda.
Estrategia para salir de la crisis
En este contexto de desacelaración económica en sus principados mercados, la compañía busca reducir gastos hasta en un millón de euros, para lo que posiblemente tenga que reducir su plantilla en 36 empleados. Por otro lado, busca una consolidación comercial en las principales ciudades rusas y para ello ha firmado un acuerdo de distribución con Grupo Mercure con el que esperan, en un plazo de tres años, abrir nuevas tiendas y fortalecer su presencia, sobre todo, en Moscú. Entre sus planes está lanzar en breve una tienda online para 2017.
«Aguantaremos el impacto y los bancos están siendo compresivos al respecto», reconoció Alain Schimel, Presidente del grupo, en una conferencia de prensa la pasada semana. En el plan de choque, cuya implementación se espera para principios de octubre, Schimel estima una reducción del gasto de un millón de euros. Por otra parte, el grupo Zilli continuará vendiendo algunos de sus activos.
“Hace cincuenta años tuvimos la oportunidad de invertir en las tiendas y talleres en Francia e Italia. Y hoy nos vemos obligados a vender algunos de ellos», confirmó. De las 64 tiendas enseña en todo el mundo, la compañía todavía tiene 12 en directo, pero el número debe ser reducido a ocho. De momento, quieren mantener la tienda principal en Rue François 1 (París) y las de Mónaco, Londres, Milán y Nueva York.
El mercado de los países de la CEI representaba más del 70% de la facturación total del grupo antes de 2013. Sin embargo, desde septiembre de 2014, Zilli ha sufrido un descenso del 40% de las ventas allí. «En los años 90, desde que estos países abrieron su economía, abandonamos prácticamente el mercado americano para centrarnos en la ex URSS. El alto nivel de calidad de nuestros productos está en consonancia con la alta exigencia de la clase rusa más pudiente y ahora quedamos atrapados por el desarrollo de los acontecimientos en este país», afirmó el Presidente del grupo. Una apuesta que seguro que será positiva en cuanto se recupere la actividad económica en Rusia.
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