Un hotel sin estrellas

Una, dos, tres, cuatro, cinco, siete… Y cero. Así lucen hoy las estrellas en el firmamento hotelero mundial. En países que apliquen este polémico sistema de clasificación, claro está. En otros, los alojamientos turísticos se hacen clasificar por aceitunas, espigas y berzas. Y si Dubai estrenó la lujosa tipología de las siete estrellas, en Suiza han sido aún más avanzados creando la tipología cero… Porque todas las demás estrellas están en ti.

La imaginación no tiene límites cuando se trata de publicidad. Los artistas suizos Frank y Patrik Rikli fueron capaces en 2010 de provocar algo más que una mirada conceptual con la transformación de un refugio nuclear en desuso en un hotel de… cero estrellas, lógicamente. Null Stern Hotel (hotel sin estrellas) es su nombre y se puede visitar en la localidad suiza de Sevelen, cantón de St. Gallen. Ya no como alojamiento hotelero, pues el experimento era en realidad una performance, sino como museo dedicado a las naderías del espacio interestelar.

Salvo para algunas maniobras especiales del ejército, el búnker nunca fue utilizado para aquello que fue construido, por lo que estos gemelos fundadores del Atelier für Sonderaufgaben (Taller para Tareas Especiales) decidieron adquirirlo y hacer vivir a los sabuesos del turismo experiencial una estancia cartujana sin ventanas, baño privado, ni otras comodidades al uso. Eso sí, con máxima seguridad y a un precio razonable: entre 25 y 30 francos suizos (16,50  y 19,50 euros respectivamente). Habrá que esperar nuevos tiempos siderales para que los Rikki se animen a aceptar huéspedes sin cama y sin aspavientos cosmogónicos.