¡Cuidado! Tienes un psicópata muy cerca

La asociación necesaria entre psicópata y asesino es falsa. Puedes taner a alguno a tu alrededor y la inmensa mayoría son personajes de éxito.

Ana Villarrubia. 22/09/2016

El de la psicopatía es un tema tan recurrente como generador de interés. Se habla mucho de qué es y cómo actúa un psicópata en los medios de comunicación, especialmente cuando saltan a la luz pública noticias de sucesos tan escabrosos como asesinatos a sangre fría, violentas agresiones o violaciones. Sin embargo, el psicópata no acaba siempre cometiendo tales atrocidades. Psicópatas hay muchos en distintas esferas de la sociedad y seguro que tú mismo tienes alguno a tu alrededor. Porque la psicopatía no es una enfermedad, es una forma de comprender y de estar en el mundo.

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La psicopatía no es una enfermedad

El concepto mediático de la psicopatía recoge solo los aspectos más llamativos de las conductas más desviadas, pero no es del todo exacto. Hablamos comúnmente de psicópata cuando psicológicamente nos encontramos frente a alguien con una personalidad antisocial. Como en todo en la psicología humana, también existen grados de severidad o grados de psicopatía y una persona puede tener rasgos más o menos marcados de personalidad psicopática, tanto dentro del espectro de la normalidad como dentro ya del diagnóstico de trastorno de personalidad antisocial. Las características más básicas y más comunes de este tipo de personalidad son, por lo tanto, las que verdaderamente definen y diferencian al psicópata. Profundicemos un poco más en ellas.

Las personas con rasgos psicopáticos tienen enormes dificultades para colocarse en el lugar del otro
Las personas con rasgos psicopáticos tienen enormes dificultades para colocarse en el lugar del otro

Una personalidad psicopática es una personalidad carente de empatía. Las personas con rasgos psicopáticos tienen enormes dificultades, llegando incluso a la incapacidad más absoluta, para colocarse en el lugar del otro, leer sus emociones y que estas le emocionen o le remuevan las suyas propias. El psicópata no siente contigo, porque es ajeno e indiferente a tus emociones. Además, existe en el antisocial una marcada tendencia a incumplir las normas sociales establecidas. Desde la falta de atención depositada en el otro es fácil que estas personas vulneren con facilidad los derechos de quienes tienen a su alrededor.

Sin empatía no hay remordimiento, y por lo tanto actúa impunemente
Sin empatía no hay remordimiento y por lo tanto actúa impunemente

Así, el engaño o la manipulación se instauran en el psicópata como forma válida de relación social y como mecanismo eficaz para alcanzar los propios objetivos sin importar qué o a quién haya que dañar por el camino. Sin empatía no hay remordimiento y por lo tanto el psicópata actúa impunemente, comete todo tipo de irresponsabilidades o vejaciones sin sentir culpa por ello y siendo perfectamente capaz de racionalizar y justificar sus actos. Y todo ello siendo perfectamente capaz de distinguir entre el bien y el mal, porque aunque la personalidad antisocial conlleva un alto grado de impulsividad, lo cierto es que no es una enfermedad mental, no afecta de modo alguno a la capacidad para razonar, para percibir la realidad o para tomar decisiones.

¿El psicópata es entonces un delincuente? No necesariamente. Existen multitud de psicópatas funcionales, esto es, personas perfectamente integradas en la sociedad que resultan más o menos dañinas en su entorno más cercano (principalmente debido a su falta de ética o de moralidad en el trato con el otro), pero que desempeñan trabajos reconocidos y son incluso personas de éxito. De hecho, un porcentaje no desdeñable de grandes triunfadores de nuestra sociedad, personajes que destacan en el mundo de la empresa o de las finanzas, comparten en mayor o menor medida las características de una personalidad psicopática.

1 de cada 5 altos directivos norteamericanos tiene una personalidad psicopática
Uno de cada cinco altos directivos norteamericanos tiene una personalidad psicopática

La manipulación y la persecución despiadada y sin escrúpulos de los objetivos tanto personales como profesionales se cofunde con la valía personal, el mérito profesional, las dotes de liderazgo o la fortuna. Por decirlo de manera muy sencilla, el psicópata lo tiene más fácil para triunfar en determinados contextos porque las normas, la ética, los valores y el respeto a los demás no se interponen nunca en su camino.

Un estudio reciente coordinado conjuntamente por la Universidad de San Diego en Estados Unidos y la Bond Univsersity en Australia, ha concluido que 1 de cada 5 altos directivos norteamericanos tiene una personalidad psicopática. ¡Existe la misma prevalencia de psicópatas en el mundo empresarial que en las cárceles norteamericanas! Tan impactante como real: el 21% de las grandes empresas en EEUU están dirigidas o presididas por personalidades antisociales. La explicación ya la apuntábamos un poco más arriba: un psicópata sin escrúpulos ni cortapisas morales maneja mejor que nadie el arte de del control, del sometimiento y de la manipulación con tal de conseguir lo que se le ha metido entre ceja y ceja.

El psicópata es frío y somete al otro a abuso y vejaciones
El psicópata es frío y somete al otro a abuso y vejaciones

Ahora bien, el éxito queda relegado al ámbito puramente profesional. En lo personal el psicópata resulta frío, suele someter al otro y establecer relaciones de abuso y maltrato y muchas veces comete torpezas precisamente por su impulsividad y por su falta de consideración a al hora de tomar decisiones. Los psicópatas son, en le terreno personal, personalidades incómodas y tóxicas, que solo mantienen sus relaciones en el corto plazo o mientras les sean de utilidad para perseguir sus fines.

El antisocial jamás te tratará como a un igual, jamás reconocerá un error, jamás rectificará y jamás sentirá por ti un afecto deseable y genuino. No importa lo bien que le vaya en los negocios, nada a su alrededor dura sano demasiado tiempo. Si tienes alguno ya localizado, mantenlo a una distancia prudencial.

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