Cómo resolver los conflictos de pareja

No importa lo glamurosa que sea la pareja desde fuera, de puertas para dentro todos discutimos por las mismas cosas. No le tengas miedo a discutir: hazlo de manera que mejore vuestra relación.

Ana Villarrubia. 06/10/2016

Las parejas más satisfechas y más felices no son las que menos discuten sino las que resuelven cada una de esas discusiones de la manera más eficaz y por lo tanto no arrastran sus problemas a lo largo del tiempo ni almacenan resignaciones o rencores. Nos lo dice la teoría, pero cualquiera que haya convivido en pareja sabe que esto es una verdad como un templo. La teoría en psicología no hace más que reflejar la realidad de nuestro día a día. No discutir no es siquiera una posibilidad. No es verosímil pensar que dos personas distintas -con costumbres, esquemas, normas, valores e ideas que no son necesariamente idénticos- nunca vayan a tener intereses contrarios.

Pareja discutiendo
Todas las parejas discuten, pero saber solucionar los problemas es básico

Y, ¿por qué discuten las parejas? Pues por todo lo que forme parte del día a día. Afortunadamente los conflictos graves y profundos no son nada frecuentes en comparación con la enorme cantidad de discusiones en las que podemos incurrir cada día. Los temas más importantes, eso sí, son los que generan las crisis más decisivas.

Pero en la vida cotidiana, los enfrentamientos versan sobre cuestiones aparentemente tontas, como que uno quiera visitar a su familia y el otro desee un plan en pareja, que uno quiera salir y el otro quedarse, que uno quiera acostarse y el otro seguir viendo la tele o que uno encuentre la limpieza de la casa aceptable y el otro considere que es un desastre… Las discusiones más habituales son de lo más ordinarias. Porque lo mundano es también lo más frecuente.

Pareja discutiendo
Los motivos más tontos, los que más nos hacen discutir

En pareja discutimos, sí, y lejos de ser un drama significa que seguimos juntos, ajustando y mejorando la convivencia cada día. Ese ajuste es la garantía de que la pareja perdura, y nuestro bienestar también. Un estudio reciente llevado a cabo por la conocida marca Phillips refleja esta realidad con la que los psicólogos y terapeutas nos encontramos cada día en consulta: los desencuentros más frecuentes en las parejas vienen determinados  por pequeños comportamientos y actitudes cotidianas.

De hecho, después de recabar información de 1.200 hombres y mujeres españoles, el estudio concluye que el 60% de las discusiones de pareja se originan por comportamientos que uno repite en la convivencia y que molestan al otro. Así es, la convivencia saca a relucir nuestros más inconfesables defectos. Y estos, como no podía ser de otra manera, a quien más, y más directamente, afectan es a quien comparte con nosotros nuestro espacio y nuestra rutina más íntimos: nuestra pareja.

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El desorden y la limpieza, clave en las discusiones caseras

La organización y el reparto de las tareas domésticas, junto con las pautas y normas en la educación de los hijos suponen el siguiente gran bloque temático de discusiones familiares, según el estudio encargado por Phillips.

  • El 45% de ellas tienen que ver -lógicamente- con este tipo de asuntos en los que el ajuste es necesario para romper con inercias e ideas que normalmente se forjaron mucho antes de que la pareja existiera.
  • Y, por otro lado, las dificultades económicas, que ya a nivel individual son una gran fuente de preocupación, entran también en el tercer puesto del ranking de asuntos que más nos hacen discutir en pareja. El 26% de las discusiones versa sobre la situación económica familiar.
  • Tampoco se quedan atrás el trabajo (18% de las discusiones) y las amistades (14,8% de los conflictos), dos de los ámbitos que teóricamente son más privados son pero cuyo manejo afecta directamente a la persona que tenemos al lado. Cómo gestionamos el trabajo y cómo organizamos nuestras relaciones sociales son dos cuestiones que se prestan asiduamente al juicio y a la queja de nuestra pareja.
Pareja discutiendo
Los conflictos hay que solucionarlos, sino se enquistan

Una vez ya elaborada la radiografía de las causas de discusión en pareja, veamos uno de los datos más llamativos. Porque de ese bloque estrella que implica comportamientos y actitudes que irritan al de al lado, nuevamente lo más ordinario es lo que más nos enciende: ¡El estado del baño es lo que más nos enfrenta! Y las mujeres parece que somos mucho mas exigentes en este asunto, pues nos hierve la sangre cuando ellos no bajan la tapa del inodoro, cuando olvidan sacar la basura o cuando no limpian bien los pelos después del afeitado. Tan real como la vida misma.

Pues bien, ante tal panorama de desavenencias cotidianas, y visto que el conflicto nace con la misma facilidad con la que lo imaginamos, ¿qué hacer para que las discusiones cotidianas no hagan de nuestra casa un nido de insatisfacción? Una vez más, la solución está en tus manos.

Pareja discutiendo con movil
Las amistades y el dinero, otras de las causas de discusión
  • No obvies la realidad. Si algo te ha molestado, no tiene sentido que trates de disimularlo. La rabia que te ha suscitado acabará saliendo por los poros de tu piel, y siempre es mejor que tú elijas y controles la forma de expresarla antes de que ella te domine a ti.
  • Define el problema sin juicios ni inferencias. Habla de la conducta o de la actitud que, en concreto, te han molestado. Habla de lo que tu pareja ha hecho, no de cómo es. No le etiquetes ni incluyas juicios generales que sólo consiguen ofender y poner al otro a la defensiva.
  • Expresa cómo te has sentido al respecto. Quizá esa situación no es tan grave para el otro, por eso es importante que expliques por qué para ti sí lo es, y por qué te hace sentir de tal modo.
Pareja de espaldas
Debes hablar y decirle a tu pareja lo que te ha hecho enfadar
  • Propón soluciones. No te limites a exponer lo negativo. Si hay algo que hace que no te gusta es porque existe un modo ‘mejor’ de hacer eso mismo (mejor, al menos, desde tu punto de vista, que es el que aquí importa). Una vez puesto de manifiesto lo que te disgusta, da alternativas eficaces y realistas.
  • Llegad a un acuerdo. Asegúrate de que ambos estáis de acuerdo en el cambio propuesto, y que ambos habéis llegado a un punto de acuerdo y de entendimiento que os satisface. No vale guardar ases bajo la manga o acumular rencores innecesarios. Cuando no se pone un remedio eficaz y definitivo para cada conflicto, es cuando surgen verdaderos problemas en la pareja.

Y, para que el estado del cuarto de baño no sea un inconveniente, he aquí la loable finalidad del estudio llevado a cabo por Phillips: su nuevo barbero con aspirador integrado (ver vídeo arriba), para que todo quede impecable después del afeitado y los pelos olvidados y desperdigados por el lavabo no generen un cisma cotidianos en las parejas. Un ejemplo más de cómo la tecnología se pone al servicio de nuestra calidad de vida. Eso sí, como garantía de futuro, vaya por delante el manejo emocional y la adecuada resolución de cada discusión.

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