Con B de Boda
Más de 80.000 millones de dólares es la cifra que alcanzará el negocio de la moda nupcial en 2020, según Global Industry Analyst.
Los últimos datos emitidos por el Instituto Nacional de Estadística (Ine) indican que la tasa de nupcialidad en España es del 3,53. En 2015 se celebraron un total de 166.248 matrimonio. Desde 1960, el año que se registró el mayor número de matrimonios fue en 1975 con 271.347 matrimonios. Volumen de datos que queda avalado por su protagonismo en los contenidos de los medios de comunicación del corazón. Suelen abarcar desde los indicios de noviazgo, la negación-confirmación del mismo, el noviazgo propiamente dicho, boda en todas sus etapas, matrimonio en todas sus etapas, divorcios y otras modalidades.
Lo curioso, como decía en el post de la semana pasada, es que si se logra cambiar la demografía, se consigue todo. Y esto, pasa también por la transformación del concepto boda. Al introducir los términos boda y novias en diferentes buscadores de Internet encontré algunas sugerencias: “Peinados para Bodas, Regalos para Bodas, Vestidos Largos para Bodas, Bodas Originales, Vestidos para Bodas de Día, Musical Bodas Madrid, Las Bodas de Tatin, Vestidos para Ir de Boda, Detalles de Boda, Regalos de Boda, Alianzas de Boda, Boda Jaime Cantizano Javi Navarro, Boda de Cristina Pedroche, Boda en Ingles, De Boda en Boda; boda marta hazas, organizar boda, ideas boda, boda civil, detalles de boda, invitaciones boda, boda blog, foro boda, etc”.
Podría haber seguido, pero creo que la muestra es suficiente. Como se puede ver, predominan los elementos materiales y las bodas de famosos, presentadas como referente para el resto de los mortales. Mientras pienso sobre el tema, tengo delante la foto de boda de mis abuelos paternos. ¡Me encanta mirarla! Su particularidad es que el traje de la novia es negro, mi abuela estaba de luto. Hecho paradójico por tratarse de una boda.
En aquel tiempo, los fallecimientos de familiares, limitaban los planes de boda; los lutos eran largos, como mínimo dos años, luego se pasaba al medio luto. Y había mucha probabilidad de enlazar unos con otros, por lo que el negro en las mujeres era muy frecuente, llegando a ser eterno… Mis abuelos pudieron haber considerado una dificultad infranqueable el periodo de luto familiar en el que se encontraban, pero debieron pensar que las reglas están para romperlas.
Hace poco se ha casado una amiga mía, la boda ha sido íntima, tan íntima que sólo han asistido los novios, los padrinos y tres personas más, siete en total. La novia aspiraba a ir con mocasines y pantalones de loneta color arena. Al final llevó pantalón y chaqueta azul marino. La madrina eligió traje pantalón amarillo dorado. Eso sí, no faltó el ramo, ni un maravilloso recogido. Una boda íntima, muy preparada, con mucha intensidad. Se podría decir, que quien se complica es porque quiere.
Una simple reflexión: ¿están hechas las bodas para durar? Me dirán que es la pregunta del millón o quizás más bien prevalece el concepto de negocio, donde lo importante es la capacidad de rotación del producto. Me da la impresión que va más por aquí la cosa. Una simple observación, el despliegue del evento-boda suele ir en proporción de la durabilidad del vínculo. A mayor despliegue de medios y gasto, menor tiempo de duración del compromiso.
Sobre este aspecto puedo aportar otra anécdota familiar, mis padres acaban de celebrar las bodas de oro y en ellos no se ha cumplido el refrán de ‘Martes trece, ni te cases, ni te embarques’. No sé si por casualidad o por desafiar al mal fario, se casaron en martes y trece. Por otra parte, sí se ha cumplido la proporcionalidad expresada anteriormente, a menor despliegue de medios, mayor durabilidad. El vestido de novia de mi madre era de piqué blanco. Y siempre que le preguntamos a mi madre por él, nos dice: “Uy, lo reciclé rápidamente a la temporada siguiente lo transformé en un abrigo de verano”.
La moda, como escribe Encarnita Ortega en su libro ‘Moda: ¿La conoces en toda su dimensión?’, es un fiel reflejo del estilo de vida del momento histórico. “Si se quiere llevar a cabo un análisis del cambio de la historia, la moda puede constituir uno de los modelos más adecuados, porque todos los fenómenos cambiantes están presentes en ella. Moda es el proceso de lo viejo a lo nuevo. El momento en que algo cesa y otra cosa aparece”. Las bodas de hoy y del ayer, al igual que la moda, son un reflejo del cambio, donde lo viejo y lo nuevo se funden. Donde el presente tira del pasado y lo lanza hacia el futuro.
Referencias:
– Ortega, E. (1993). Moda ¿la conoces en toda su dimensión? Asturias: Auto-edición.
– Moda nupcial: qué, cuánto, cómo y dónde en un sector de suma cero. (2016). Modaes.es. Disponible aquí.