La ropa de Clinton y Trump

Los análisis de los looks de los candidatos presidenciales son clásico electoral, ya que para los medios estadounidenses la imagen es esencial.

Dori Toribio. 07/11/2016

Los análisis de los looks de los candidatos presidenciales son un clásico electoral. Este 2016, también. No solo porque en unas elecciones reñidas cada detalle cuenta, en una arena política marcada por los medios de comunicación en la que la imagen es esencial. Sino porque los candidatos así lo propician. Voluntaria o involuntariamente.

Una de las polémicas surgió de la
El candidato republicano se viste «como un magnate de Wall Street durante la era Reagan»

En el caso de Donald Trump, su campaña quedó marcada desde sus inicios por la polémica en torno a los puntos de venta y fabricación de su línea de ropa masculina. Y la moda cobró así un protagonismo inesperado. El candidato republicano se viste «como un magnate de Wall Street durante la era Reagan», sentenciaba el pasado verano la revista Time. «Su look característico empieza con el traje. Siempre es un traje, nunca una chaqueta de sport con unos pantalones, algo que Trump consideraría probablamente demasiado propio de un directivo de nivel intermedio. Los colores pertenecen a una limitada paleta de gris, marengo y azul marino«. Una imagen tradicional que encaja en los cánones mentales que muchos tienen de cómo debe vestirse un empresario multimillonario de éxito.

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Los trajes de Trump pertenecen a una limitada paleta de gris, marengo y azul marino.

A Trump le hemos visto pocas veces sin sus trajes en tonos oscuros. A veces se quita la corbata en los mítines en estados sureños, donde aprieta el calor. Cuando la lleva, suele ser la clásica corbata roja y larga, asociada, además de al color del partido republicano, a la imagen de poder de los años 80. Con camisa blanca, gemelos y americana oscura desabrochada, un conjunto que se ha establecido ya como la marca Trump. Lo que nunca pierde es la gorra roja de campaña con su eslogan impreso: «Hacer América grande otra vez.»

Gorra roja de campaña con su eslogan impreso: "Hacer América grande otra vez."
Gorra roja de campaña con su eslogan impreso: «Hacer América grande otra vez.»

En cuanto a sus trajes, él mismo explica en su libro de 2004 «Trump, piensa como un billonario» (escrito por Meredith McIver) que es fiel a la marca de lujo italiana, Brioni, cuyos precios oscilan entre 5.000 y 7.000 dólares. Y lo sigue siendo hoy. Además de a otras marcas, como Martin Greenfield Clothiers, de Brooklyn. Pocas veces ha recibido comentarios críticos respecto al precio de su vestuario, dado que son marcas que se asocian a su estilo desde hace décadas.

Su estilo es clásico y recibe pocas críticas
Su estilo es clásico y recibe pocas críticas

La imagen de Hillary Clinton también lleva décadas bajo escrutino público. Pero con muchas más críticas. Algo que ocurre a menudo con las mujeres que se dedican a la política. Desde Angela Merkel a Theresa May, pasando por Sarah Palin. Clinton no iba a ser menos. Si se peina o no, de qué color son sus mechas, por qué lleva lentillas o dónde compra sus famosos trajes pantalón. Los pansuits se han convertido en su sello de marca. A modo de uniforme, los luce desde hace años en una amplia gama de colores vivos.

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Los pansuits se han convertido en su sello de marca

En su día generó abundantes críticas y bromas. Pero llegó un momento en el que todos se acostumbraron. También en esta campaña presidencial. Es una cuestión de comodidad. De la misma manera que el presidente Obama explicó en su día que él solo lleva trajes azules o grises para limitar «el número de decisiones que tiene que tomar cada día.»

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Clinton consultó en su día a Anna Wintour, para definir su guardarropa en los momentos clave de campaña

Clinton consultó en su día con la todopoderosa directora de Vogue, Anna Wintour, para definir su guardarropa en los momentos clave de campaña, según asegura la publicación Business of Fashion. El presupuesto de su vestuario sale de la campaña. Y cuenta a menudo con la diseñadora estadounidense Nina McLemore. También hace excepciones, como la chaqueta de Armani por la que recibió abundantes críticas el pasado verano, porque costaba alrededor de 12.000 dólares y la llevaba para pronunciar un discurso sobre la desigualdad social.

Traje chaqueta blanco de Ralph Lauren que lució en el tercer y último debate presidencial en Las Vegas
Traje chaqueta blanco de Ralph Lauren que lució en el tercer y último debate presidencial en Las Vegas

O el traje chaqueta blanco de Ralph Lauren que lució en el tercer y último debate presidencial en Las Vegas y arrasó en las redes sociales. Esta vez por otras razones: las múltiples comparaciones del traje con la imaginería de la cultura pop, desde los atuendos de los Backstreet Boys en el video «I Want it That Way», al de John Travolta en «Fiebre del Sábado Noche.»

U.S. presidential candidate and former Secretary of State Hillary Clinton talks to reporters in an auto shop as she campaigns for the 2016 Democratic presidential nomination at Kirkwood Community College in Monticello
Los pantsuits de Hillary Clinton se han convertido ya en todo un clásico.

Los pantsuits de Hillary Clinton se han convertido ya en todo un clásico. Y en un símbolo de poder. No olvidemos que hasta 1993, las mujeres no podían llevar trajes pantalón en el hemiciclo del Senado. Pero también son una manera de no generar más habladurías sobre su imagen. Los trajes están aquí para quedarse, advierte en silencio Clinton. Y Nancy Pelosi. Y Elizabeth Warren. Y Madelein Albright.

Los pantsuits se han convertido en un símbolo de poder

El 8 de noviembre sabremos quién tendrá el privilegio de colgarlos en el armario del dormitorio presidencial, el Master Bedroom, de la Casa Blanca.

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