La adorable hija de Ivanka Trump
¡La familia es lo primero! Este debe ser el lema en casa de la familia de Ivanka Trump.
Si la semana pasada les mostrábamos la ostentosa vida de Barron Trump, el hijo pequeño de Donald Trump, ahora llega el turno de conocer el estilo de vida de los nietos del presidente de los Estados Unidos. Aunque tiene nietos de diferentes hijos, nos detendremos a analizar los retoños Arabella Rose, Joseph Frederick y Theodore James Kushner Trump, hijos de la pareja formada por Ivanka y su marido Jared Kushner.
Por sorprendete que parezca, Ivanka suele transmitir a través de sus redes sociales su vida familiar de una forma más sencilla de lo que posiblemente sea, dándole importancia a elementos rutinarios como el desayuno, momentos en casa con sus hijos, mientras se mezclan también con fotos que dejan claro su pasión por los negocios, la moda y su trabajo en la campaña electoral de su padre.
La alimentación de estos niños suele ser muy saludable y original, ya que le suelen preparar pancakes en forma de estrellas con frutas cortadas, con figuras decorativas… todo para que disfruten con la comida.
La alimentación ecológica es muy importante en casa de Ivanka, pero sin obsesionarse, porque según vemos pueden ir a comer una pizza en un restaurante italiano o acabar cenando en en casa con aguacate y pollo.
Arabella es la hermana mayor y con solo 5 años, ya tiene a todos enamorados por la empatía y alegría que muestra en cada fotografía o vídeo. A diferencia de su hermano Joseph que suele ser más tímido. Le encanta preparar cupcakes y galletitas, como le hizo el día de los enamorados a sus padres.
Además de la cocina, Arabella disfruta mucho de las fiestas y celebraciones, aunque no sean típicas de Estados Unidos, como la celebración del año chino… aunque todavía no conocemos qué opina el abuelo Trump acerca de festejar otras celebraciones que no sean nacionales.
Cada cumpleaños de Arabella es decorado con una temática de Disney. La hemos visto con disfraces de Blancanieves y Frozen. Del mismo modo, Joseph y Theodor disfrutan jugando como cualquier otro niño y sus padres apuestan por aportarles tanto a ella como a sus hermanitos juguetes clásicos como el hula hoop, peluches o leerles cuentos antes de dormir.
Aunque muchos de sus estilismos y juguetes los adquieren sus padres en el departamento de lujo de la quinta avenida, Bergdorf Goodman.
Eso sí la educación es lo primero. Estudia en un colegio privado con sede en Manhattan. Solo la matrícula supera los 33.000 dólares al año y por supuesto que en ese precio no viene incluido el transporte, que nada tiene que ver con el típico bus amarillo, sino que Arabella tiene su propio chófer.
Desde pequeños tienen clases particulares de piano y acompañan en determinadas ocasiones a la oficina a sus padres, para enseñarles desde niños el valor del trabajo o eso es lo que quieren hacernos llegar por sus redes sociales.