La importancia de un buen tabaco

La semana pasada hablamos de los Eiroa, una historia de varias generaciones en torno al tabaco. La segunda parte de la entrevista se centra en dos marcas -Asylum 13 y Schizo- que ha puesto en marcha Christian Eiroa y que desde hace unos meses se han comenzado a vender en España, de la mano de La Casa del Tabaco. Aunque la vida de Eiroa está ligada fundamentalmente a Honduras -ahí fabrica CLE cigars-, tanto Asylum 13 como Schizo se hacen con tabaco nicaragüense.

The Luxonomist: Has venido a darnos a conocer dos de tus marcas. Antes de hablar de ellas ¿qué imagen te llevas de España?
Christian Eiroa: Me voy contento. Me ha alegrado mucho esta visita y estoy con muchas ganas de entrar en España, porque supone un reto que me recuerda a cuando tenía 25 años y era un don nadie en un mercado nuevo. Ahora mi pensamiento es ¿cómo uno puede hacerlo? Porque yo he venido aquí para quedarme. Entonces ¿cómo hacerlo? Aquí tenemos expertos [la Casa del Tabaco] pero eso no es suficiente: yo tengo la confianza de que si los fumadores prueban nuestros tabacos no quedarán decepcionados. Es nuestro reto. Pero sé que esto es un trabajo lento, pulgada a pulgada…

TL: ¿La baza de Asylum y Schizo es conseguir que el fumador los pruebe?
CE: Así es. Yo me pregunto una y otra vez: “¿cómo yo puedo hacer un impacto?” No tengo el presupuesto que puedan tener las grandes multinacionales del sector… pero así ha sido desde que empecé. La clave es cambiar el mercado de nuevo (como hicimos con Camacho, por ejemplo), se trata de ofrecerles un muy buen tabaco que ellos no sabían que existía.

De hecho, me voy muy contento con lo que he visto en España porque creo que podemos hacer algo grande, siento que está en el borde del cambio. Ya empezó. Lo sé. Lo veo. Lo siento. Y no lo digo como un inconsciente. Porque yo sé que el puro cubano es hoy mejor que lo que era hace 10 o 15 años… Es un reto y me gusta porque nadie quiere empezar un reto que sea fácil… yo quiero entrar en un mercado con los mejores tabacos de otras procedencias.

TL: Aunque “hacer un impacto” en un mundo donde ya todo se ha inventado es difícil…
CE: Sí. No se trata de innovar. En el sector del tabaco se parece todo mundialmente, no hay rotación de gente: podría decirte que todos nos conocemos. Sin embargo, se está introduciendo en los EEUU un giro; el giro del marketing. Cuando lanzas un nuevo cigarro al mercado, te animan a que inventes una historia sobre ese puro… pero a mí no me gusta hacerlo. La historia de cada puro es la que es. Y en lo que se debe competir es en el tabaco, en que sea como debe ser. Se trata de que los españoles que prueben Schizo o Asylum 13 quieran repetir porque aprecien el trabajo que hay detrás.

En esto no pienso como lo hace el mundo del mercado hoy. En ese sentido soy un viejo. La gente que me enseñó a mí eran también viejos. Pero yo cada vez que tomo una decisión lo hago a largo plazo. Yo pienso en dentro de 20 años, cuando estén mis hijos aquí, cuando ellos vengan a vender tabaco. Pienso en cómo es el camino que les estamos al mando… porque esta es una compañía a 30, 40 o 50 años… Por eso mi baza no es la de encontrar un atajo: hay que hacer los mejores puros posibles, ofrecerlos y tener paciencia. Cuidar todos los detalles, incluidos los trabajadores.

TL: ¿Cómo se cuida a los trabajadores?
CE: Con varios proyectos. Ahora estamos parados porque esperamos ver cómo se resuelven algunas legislaciones restrictivas en los Estados Unidos. Pero yo tengo el sueño de sacar adelante estos proyectos. Mi padre me contaba que Honduras al principio era una selva. Él llegó en el 62. Me contó que cuando llegaron tuvieron que tumbar árboles… y a uno le entra una tristeza… mi meta es llegar a un punto neutro. ¿Eso qué es? Recientemente nos han certificado que no le hacemos daño al medio ambiente, en eso es como si no hubiéramos existido. Pero a mí no me satisface el punto neutro: yo tengo que ser un punto positivo. Nosotros hemos sido el peor enemigo del medio ambiente en Honduras en cuanto a los árboles.

El daño que nosotros hemos hecho me gustaría enmendarlo; quisiera reemplazar los que cortamos multiplicados por tres, construir bosques… Además, quiero enfocarme mucho en la oportunidad de nuestra gente: Honduras sigue creciendo como país, pero aún hay pocas oportunidades para su gente; la única oportunidad que tienen los niños de Honduras es la formación; por eso yo quiero ayudarlos a conseguir becas universitarias a través del deporte. Igual que la República Dominicana es conocida por el baseball yo quisiera que Honduras fuera conocida también por algún deporte. Eso es un proyecto a largo plazo, es un sueño que yo confieso que ahora no puedo hacer pero que me gustaría que fuera mi legado…