Alójate en un palacio
Ocho hoteles en palacios donde sentirse como un rey o una reina.
Sin duda los hoteles de nueva construcción tienen grandes ventajas, pero reconozco sentir predilección por aquellos que se alojan en edificios con historia, cuyas paredes atesoran las vidas de los personajes que pasaron por ellos en otros tiempos. De todos estos, hoy quiero hablaros de los palacios.
Lugares especiales donde sentirnos como reyes por un día. ¿Os imagináis dormir en uno? Podéis hacerlo en estos 8 palacios reconvertidos en hoteles, con sus imponentes fachadas, su aire aristocrático y exquisita decoración, pero con todas las comodidades de nuestro siglo.
Hotel Palacio Carvajal Girón (Plasencia, Cáceres).
En pleno corazón de Plasencia, a escasos metros de la Plaza Mayor, se levanta este palacio renacentista del siglo XVI, declarado Bien de Interés Cultural. Tras una concienzuda recuperación, hoy podemos traspasar su sobria fachada y disfrutar de sus interiores, que combinan historia, tradición y confort. El patio, los salones artesonados o las escalinatas nos trasladan al modo de vida palaciego de antaño. Sus habitaciones aprovechan los elementos originales para crear unos espacios acogedores y sus baños son auténticos spa. Para redondear la estancia, dejaros sorprender en el restaurante del Carvajal Girón, que también conjuga tradición y vanguardia.
Hotel Iriarte Jauregia (Bidania-Goiatz, Guipúzcoa).
Otro hotel que parece sacado de un cuento de hadas es el Hotel Iriarte Jauregia, situado en una zona rural del interior del País Vasco. Este palacio del siglo XVII, al que no le falta su escudo heráldico, ha sido restaurado para ofrecer el máximo confort. Su diseño interior es producto de la fusión del pasado y el presente. En su interior veréis cómo el mobiliario antiguo y los elementos nobles como la madera, la piedra, el cristal y el hierro, se combinan a la perfección con piezas actuales. Su restaurante, Bailara, es también uno de sus mejores rincones, con cocina de autor llena de sabor y creatividad.
Hotel Palacio San Facundo (Segovia).
Entre el Acueducto y la Plaza Mayor, este hotel con encanto presume de una ubicación excelente para recorrer a pie la ciudad de Segovia. Este palacete del siglo XVI preside la Plaza San Facundo y posee una decoración única en la que tradición y vanguardia se dan la mano en cada uno de sus espacios. Os encantará el patio central, actual cafetería, cubierto con claraboya de madera y cristal y flanqueado por seis robustas columnas de piedra. Las habitaciones aprovechan los antiguos muros y vigas, siendo algunas abuhardilladas y otras con ventanas con vistas a las estrechas calles típicas de Segovia.
Torre Maestre Hotel Rural (Villar del Maestre, Cuenca).
Para los que busquéis un entorno más aislado y rural, os recomiendo el hotel Torre Maestre, en el pueblecito de Villar del Maestre, en plena Alcarria Conquense. Se levanta sobre los restos de una construcción del siglo XVII, y aunque su origen no está claro, posiblemente fuera la casa-palacio del Maestre de la Orden de Santiago, miembro de la familia Gil de Albornoz, fundador de esta localidad. Sus 6 habitaciones estén dedicadas a personajes que han dejado huella por su vitalidad y valentía. La más espectacular es la suite Leonardo Da Vinci, ubicada en la torre renacentista.
Gar-Anat Hotel Boutique (Granada).
En el barrio de El Realejo, al pie de La Alhambra, encontraréis este hotel alojado en un palacio del siglo XVII, que fue utilizado como Hospital de Peregrinos. Pero el Gar-Anat, que es nombre primitivo de Granada, esconde muchos secretos más. Su patio con forma de corrala del Siglo de Oro ha sido la clave para convertirlo en un espacio literario, escenario de obras escritas por peregrinos viajeros vinculados con esta ciudad. Sus habitaciones están ambientadas en libros, poesía, piezas musicales… Tal vez os adentréis en la «Balada del Jardín Eterno», en «Don Alhambro» o en «Ítaca».
Hospedería Señorío de Briñas (Briñas, La Rioja).
Este palacete del siglo XVIII, al que, durante la guerra civil, se le dio el uso de cuartel general de las tropas italianas, hoy alberga un pequeño hotel con encanto que muestra toda la nobleza y el esplendor de sus tiempos pasados. La restauración ha cuidado sus espacios interiores de piedra y barro, combinándolos con muebles antiguos, cerámicas, alfombras, frescos y murales. Sus habitaciones son luminosas y cálidas, decoradas al detalle, e ideales para descansar después de visitar algunas de las bodegas de la zona y probar los excepcionales vinos Rioja.
Casa de los Bates (Motril-Salobreña, Granada).
La Casa de los Bates está alojada en esta singular casa del siglo XIX, en el corazón de la Costa Tropical de Granada. Al situarse en una colina, goza de unas vistas espectaculares al mar, Sierra Nevada, Vega de Motril y Salobreña. Aquí te sentirás como un rey contemplando sus tierras. Y es que este hotel está rodeado de un amplísimo terreno donde destaca un Jardín Romántico del siglo XVIII y otro Botánico del siglo XIX, comunicados por una escalinata de mármol travertino y fuentes de coral. El ambiente que se respira es aristocrático, son suelos de mármol, colores pasteles y zonas cálidas muy cuidadas.
Hotel Casa Palacio Conde de la Corte (Zafra, Badajoz).
Por último, si os encontráis por tierras de Badajoz, no os podéis perder la experiencia de dormir en el Hotel Casa Palacio Conde de la Corte, en la emblemática y señorial ciudad de Zafra. Se trata de un palacio del siglo XIX que unat vez fue residencia de Don Agustín Mendoza y Montero, Conde de la Corte, y poseedor de la ganadería del mismo nombre. Y tomando como referente su figura, la decoración del hotel está inspirada en el mundo de la tauromaquia, con un toque clásico y palaciego que hace de las habitaciones muy acogedoras. Otros espacios con encanto son su patio interior y el jardín con piscina y mobiliario imitando la época victoriana.