8 cosas que hacen las personas con buena autoestima

Podemos aprender mucho de las conductas y actitudes de quienes se sienten a gusto en su piel, para llegar a mejorar la forma en la que pensamos sobre nosotros mismos. 

Ana Villarrubia. 16/03/2017

Bajo eso que denominamos autoestima se esconden las percepciones, creencias y valoraciones, así como todas sus emociones subyacentes, que a lo largo de la vida –especialmente en las primeras etapas de nuestro desarrollo hasta llegar a la edad adulta- hemos ido construyendo sobre nosotros mismos. A su vez, todas las impresiones que conforman esa evaluación global sobre nuestra persona provienen de los afectos que hemos ido recibiendo, de los logros que hemos ido alcanzado, de las realidades que no hemos tenido mas remedio que ir aceptando, de las valoraciones que otras personas nos han ido haciendo llegar, etc. En definitiva, la autoestima en la edad adulta es un concepto relativamente global y también relativamente estable, pero no estático. Porque cada día estamos sujetos a nuevas influencias y expuestos a nuevas experiencias que puedan llegar a pulir, matizar o incluso modificar de manera más contundente la naturaleza de nuestra autoestima.

Para mejorarla, que es algo que todas las personas deseamos conseguir pues lo asociamos a la reconfortante sensación de sentirnos más a gusto en nuestra piel, no siempre es necesario un trabajo tremendamente costoso o profundo. A veces basta con modificar ciertos hábitos, corregir algunos de nuestros esquemas mentales y salir a la calle por la mañana con una actitud renovada.

Las personas con buena autoestima despliegan hábitos de vida más saludables que, a su vez, refuerzan de vuelta el concepto que tienen de sí mismas. Es una sana pescadilla que se muerde la cola: las personas con mayor salud emocional se comportan de tal modo que preservan y garantizan no solo su bienestar sino también el mantenimiento de esos niveles de fortaleza y robustez psicológicas.

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Copia las actitudes de las personas con autoestima y te sentirás mejor

Fijémonos, por lo tanto, en cuáles son las cosas que las personas con una óptima autoestima hacen, y esforcémonos por llevarlas a la práctica para mejorar nosotros también en este sentido. Adoptemos esas actitudes más saludables y más adaptativas para ser nosotros también más seguros y resolutivos a la hora de enfrentarnos al mundo. ¿Qué hábitos caracterizan a las personas con una buena autoestima? Las personas con una buena autoestima…

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Las personas con autoestima no se dejan someter
  1. Se comunican de forma asertiva con quienes les rodean. Es decir, velan por la defensa de sus intereses, la satisfacción de sus necesidades o la expresión de sus opiniones. Y lo hacen con un discurso claro y respetuoso, sin agresividad, sin necesidad de manipular al prójimo; de manera directa pero no ofensiva. No se dejan someter por quienes tratan de imponerles actitudes o normas que atenten contra algo que consideran básico e irrenunciable. No se callan sino que se expresan con tranquilidad y sin miedo: piden lo que desean, expresan lo que necesitan y dicen ‘no’ ante lo que consideran injusto o abusivo. Además, su comunicación no verbal es acorde a todo aquello a lo que sí ponen en palabras.
  1. No dejan para mañana los conflictos que pueden resolver hoy. Porque no temen el conflicto. Solo temen y rehúyen el conflicto aquellos que no saben manejarlo de manera adecuada y que temen someterse o bien perder la razón por sobrepasarse con las formas. En cambio, las personas con una sana autoestima son conscientes de que el conflicto es inherente a las relaciones humanas y que, como tal, es necesario afrontarlo con seguridad. Saben también que no puedan conseguir todo lo que desean, no sin conceder algunas renuncias; porque toda negociación interpersonal termina en un punto de encuentro en el que ambos ganan porque, a la vez, ambos comprenden que algo deben sacrificar a cambio.
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Las personas con autoestima cuidan activamente sus relaciones sociales
  1. No se arrugan ante los problemas. Ni se atoran ante situaciones de estrés. Aceptan que cada día han de surgir nuevas dificultades y no se indignan o bloquean ante ellas. Suelen actuar en lugar de reaccionar, es decir, se toman su tiempo para pensar racionalmente en las posibles soluciones y después no tiemblan a la hora de asumir la responsabilidad de llevarlas a la práctica, aún a riesgo de equivocarse. Precisamente porque equivocarse no les asusta demasiado: entienden que el fallo también forma parte de su condición humana, y tratarán de enmendar la situación en el momento en el que detecten un error por su parte.
  1. Invierten tiempo en sí mismas. Son bien consientes de que cultivar la autoestima pasa por cuidar el concepto que tenemos de nosotros mismos. Las personas con una óptima autoestima se cuidan todos los días y en diversos aspectos: desde un tiempo para el aprendizaje, el deporte, la relajación o la reflexión personal hasta un momento para el cuidado de su aspecto físico.
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Invertir tiempo en uno mismo es un signo de buena autoestima
  1. Cuidan activamente sus relaciones sociales. Porque de poco sirve cuidar de uno mismo si no queda nadie con quien compartirlo. Los demás enriquecen nuestros puntos de vista sobre el mundo, conforman una red de apoyo fundamental en distintos momentos vitales, nos permiten aliviar emociones incómodas y también potenciar la intensidad de emociones más agradables. Lo que los demás nos devuelven o la lectura mental que hacemos de lo que los demás piensan de nosotros forma parte del concepto que tenemos sobre nosotros mismos y es a menudo una referencia a tener en cuenta, tanto para decidir con humildad que tenemos que emprender ciertos cambios como para reafirmarnos en nuestra propia posición.
  1. Tienen una actitud eminentemente flexible. Sabiendo que el pensamiento rígido y único rara vez se adecúa a la complejidad del mundo que nos rodea. Por eso son personas resolutivas, comprensivas y empáticas, porque entienden que no todas las situaciones puedan ser analizadas o enjuiciadas desde un único prisma. Esto no significa que, en un momento dado, en algún ámbito que consideren básico no puedan llegar a mantener una posición mas firme e inamovible.
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Las personas con autoestima persiguen objetivos factibles
  1. Persiguen nuevos objetivos. Objetivos realistas y asequibles, por supuesto, pero nuevas metas al fin y al cabo. Porque confían en sus posibilidades y en que una secuencia de pasos concatenados y bien orquestados es infalible a la hora de alcanzar cualquier cosa que nos propongamos. Estas personas, además, tienen la reconfortante experiencia de haber sido ya capaces en el pasado de alcanzar más de un objetivo, y por eso no dudan en perseguir retos cada vez mas ambiciosos, rodeados de nuevas ilusiones.
  1. Pero a la vez son bien conscientes de sus limitaciones. No se han resignado sino que han peleado todo lo que han podido hasta que indefectiblemente se han tenido que chocar con alguna que otra barrea. Porque las personas con la autoestima sana no son las que menos defectos tienen sino las que más conciencia han tomado de ellos y más los han aceptado. Por supuesto que tiene limitaciones. La diferencia es que ellos saben dónde se encuentran, hasta dónde pueden llegar a pesar de ellas, y qué tipo de batallas no tiene sentido librar pues solo les conducirían a la frustración en un fútil intento de negación de la realidad.

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