10 pautas a entrenar si quieres ser una persona exitosa

Ha llegado el momento de gestionar tu mundo emocional. Si sigues nuestros consejos mejorarán muchos aspectos de tu vida. Seguro.

Ana Villarrubia. 30/03/2017

En un post anterior repasábamos con lupa las consecuencias que lleva aparejadas el hecho de ser una persona con una alta Inteligencia Emocional. Quedaba sobradamente demostrado que nos compensa, a todos, entrenar un poco todas las habilidades que se engloban bajo la etiqueta de la Inteligencia Emocional porque son las mismas que, en última instancia, nos permiten ser exitosos, alcanzar nuestros objetivos y vivir una vida colmada de satisfacciones personales.

Las personas emocionalmente inteligentes saben gestionar su propias emociones, son empáticas con quienes les rodean, se comunican y relacionan con los demás de manera eficaz y provechosa y además saben cómo motivarse para orientarse hacia sus objetivos sin desviarse por el camino. En definitiva, las personas con un buen manejo de su mundo emocional son personas triunfadoras porque poseen todas las competencias para alcanzar el éxito. ¿Tú también quieres llevar una vida plena? Adelante, entrénate poniendo en marcha estas sencillas pautas, y descubre lo que significa moverse por el mundo como pez en el agua:

Escribe sobre lo que sientes y comienza a conocerte mejor

1. No huyas de tus emociones, vívelas. Recurre al papel y al bolígrafo para un entrenamiento realmente eficaz: escribe acerca de lo que sientes, especialmente en momentos de alta intensidad o agitación. Oblígate a ponerle palabras a tus sentimientos y también a identificar qué señales corporales denotan su aparición. Empieza, con ello, a conocerte mejor. Aprende cuáles son tus reacciones más típicas y tus inercias mas automáticas. Es posible que te falten incluso matices y términos adecuados para describir tus estados, rodéate para ello de guías y listados de palabras para nombrar emociones.

2. Busca espacios para la expresión emocional… y encuentra el equilibrio. Se trata de evitar que las emociones pueda apoderarse de ti, y para ello has de disponer de canales de expresión y canalización de tus inquietudes. Cuando hayas practicado lo suficiente sobre el papel y ya te hayas enfrentado tú solito a tus propias emociones, pasa a expresarlas de manera mas activa. Pasa de la palabra escrita a la oral, buscando alguien de confianza a quien confesar cómo te sientes, o hazlo a través del deporte.

Aprende a empatizar antes de juzgar a quien tienes delante

3. En lugar de ofenderte por la conducta de los demás, busca explicaciones alternativas que no tengan que ver contigo. Tendemos a personalizar aquellas cosas que los demás hacen o dicen -especialmente si se dirigen a nosotros- cuando la mayor parte de las veces todo lo que nos sienta mal no tiene nada que ver con nosotros. Las reacciones de los demás tiene más que ver con sus torpezas, miedos o debilidades que con nada que nosotros mismos hayamos podido provocar.

4. Empatiza: antes de juzgar a alguien, trata de interpretar las cosas desde su punto de vista. Trata de colocarte en la piel de quien tienes enfrente. Utiliza para ello todo lo que sabes sobre esa persona y las circunstancias que le rodean. Si te falta información, búscala antes de precipitarte y dar cosas por sentadas sin ningún tipo de aval.

Di no y no te sientas mal por ello

5. Persigue tus metas centrándote en lo positivo de cada experiencia. Y no para engañarte sino para no decaer ente las posibles frustraciones que puedan surgir y tener siempre una nueva oportunidad que explorar y un objetivo que perseguir.

6. Rechaza lo que no va contigo. Di ‘no’ sin culpa y sin tapujos, niégate a lo que atente contra tus valores y vaya a hacerte perder tu tiempo y tu autoestima. No temas el conflicto que venga después, es inherente a toda relación humana. Basta con que te expreses con claridad pero sin agresividad.

7. Aprovecha cada error. Puesto que es el mejor aprendizaje posible, una ocasión única para tratar de rectificar. Extrae de cada equivocación un nuevo plan de acción para remediar el desaguisado en el presente y prepararte para situaciones análogas en el futuro.

8. Sé flexible. Pues la rigidez es la mejor aliada del sufrimiento. La vida es tan compleja y en cada realidad hay tantos matices por contemplar que un pensamiento único e impenetrable rara vez te permitirá hacer una lectura adaptativa de tu situación.

Valora lo que tienes y disfrútalo

9. Acepta tus limitaciones. Porque todos las tenemos y negarlo te hace más frágil. Recuerda que los límites no los marca nadie a tu alrededor, los marcan tus debilidades (que las tienes), tus elecciones y tus preferencias. Ser consciente de tus límites te permitirá sacar el máximo partido a las habilidades y recursos de los que dispones, en lugar de recrearte en las dificultades y lamentarte por lo inalcanzable.

10. Valora lo que tienes, y disfrútalo. Perseguir metas sí, pero con mesura. Una ambición desmedida es también una fuente asegurada de permanente insatisfacción. Permítete un ratito cada día para echar la vista atrás, valorar lo que te rodea, y saborearlo al máximo.

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