Órbita 9. ¿Puede un científico enamorarse de su cobaya?

Sí, puede. Y un espectador también puede enamorarse de la banda sonora de una película. Y más, si corre a cargo de Federico Jusid.

Amalia Enríquez. 06/04/2017

No es ciencia ficción, por mucho que se empeñen algunos. Es una historia ¿premonitoria?, tal vez impensable, de difícil digestión pero que, con el tiempo, puede acabar convirtiéndose en realidad. Órbita 9 es un thriller romántico con el que Hatem Khraiche, un zamorano de padre libanés, debuta en la dirección. Licenciado en Periodismo, cambió hacer preguntas por que se las hagan. Un director novel que ya había escrito ‘Retornados’ y ‘La cara oculta’ para otros directores. Haz clic aquí para ver su entrevista completa.

‘Órbita 9’ es un trepidante thriller romántico. Una historia de amor que se desarrolla en el contexto de un experimento científico a escala planetaria. Impulsada por las difíciles decisiones que deben tomar sus protagonistas, la película reflexiona sobre el estado al que hemos llevado al planeta Tierra y se pregunta cómo nos afectará traspasar su punto de no retorno.

Clara Lago es Helena. Haz clic para ver su entrevista

Sinopsis: Helena (Clara Lago) lleva toda la vida preparándose para una misión de supervivencia. Ella forma parte de un gran ensayo científico, aunque lo desconoce por completo. Su visión de la realidad cambia cuando se cruza con Álex (Álex González), el primer ser humano al que conoce en su vida. Álex se enamora de ella y le enseña que el mundo no es como había imaginado, pero este amor prohibido pondrá en riesgo todo el experimento…

Álex González se enamora de su cobaya en Órbita 9. Haz clic para ver su entrevista

En toda película hay un factor que puede resultar determinante, al que no siempre se le da el sitio que merece. En la época del cine mudo, la música era tan fundamental como la imagen. Ahora también, porque una banda sonora inapropiada puede destrozar una historia, y la correcta puede lograr un plus en el resultado final. El autor de la música de Órbita 9 es Federico Jusid, argentino que vive “a caballo” entre Los Ángeles y Madrid.

Su currículum es desorbitante (40 películas, 23 series de televisión e incontables conciertos por todo el mundo). Películas como ‘El secreto de sus ojos’ o series como ‘Isabel’, ‘Hispania’, ‘Gran Reserva’ o ‘Los misterios de Laura’ llevan su sello. Sus premios son casi directamente proporcionales a los trabajos que ha realizado. Hijo de importante director de cine y destacada actriz argentinos, Fede eligió la música clásica y cinematográfica antes que la interpretación…

Federico Jusid firma la banda sonora de Órbita 9

The Luxonomist: ¿Cómo aterriza un chico como tú en esta profesión?
Federico Jusid: “Ni me acuerdo porque, desde muy niño, me recuerdo aporreando un piano. Es algo que se fue dando un poco de manera natural. Mi madre, que es actriz, tocaba el piano antes y por eso había uno en casa. Mi padre, aunque es director de cine, es un melómano total, así que en mi casa había música todos los días. Yo me acercaba al piano a hacer ruido (risas) y cuando mis padres vieron mi insistencia, me mandaron a un muy buen profesor. Yo tenía seis años cuando empecé a tocar el piano y ¡a escribir música!.

TL: ¿Con esa edad?
FJ: ‘Órbita 9’ es un trepidante thriller romántico. Una historia de amor que se desarrolla en el contexto de un experimento científico a escala planetaria. Impulsada por las difíciles decisiones que deben tomar sus protagonistas, la película reflexiona sobre el estado al que hemos llevado al planeta Tierra y se pregunta cómo nos afectará traspasar su punto de no retorno.Sí (risas) Yo no era Mendelson ni Mozart, era un niño normal. Mi sistema era por colores, en vez de usar el pentagrama, las notas tenían un color. Es un sistema que se está desarrollando hoy en día y estuve con él un par de años. Luego ya me pasé al de partituras y pentagramas que conocemos hoy en día.

Comenzó a componer a los seis años. Foto: Julián Rodríguez

TL: Autodidacta total…
FJ: Había mucha improvisación y mucho juego con el profesor. Tocaba el piano, la guitarra y descubría los distintos sonidos de los instrumentos. Fue muy bueno ese comienzo, un poco lúdico.

TL: Con padres directamente ligados al cine, habría sido más lógico que llevaras por ahí tu camino…
FJ: Lo normal o todo lo contrario. Cuando uno ve por lo que pasan ellos… prefiero otra cosa, por aquí no. Lo bueno que me aportó su profesión es que me sentía como en casa en un set de rodaje, una sala de edición, con bambalinas de teatro. De alguna manera, el tema de la música de cine que hago es la consecuencia de unir la historia familiar de la propia.

TL: Al haber empezado tan pequeño ¿tienes la sensación de haberte perdido etapas importantes en relación con los niños de tu edad?
FJ: Yo no fui un niño prodigio que, a los doce años, toca todo el repertorio de Beethoven. No fue mi caso, para bien o para mal. Yo sufría también con eso. Recuerdo que, a los 13/14 años, veía niños que tocaban fenomenal y eso me afectaba. Yo tocaba bien, pero no era brillante, así que me autoimpuse concentrarme mucho en la música. Empecé a salir menos, pero jugaba al fútbol e iba a fiestas. No era un niño socialmente apartado.

Órbita 9 es su último gran trabajo para el cine

TL: ¿Nunca te has arrepentido de no haber pasado por la universidad?
FJ: Arrepentirme no, porque mi vida es muy afortunada. Hice un máster de música en la universidad de Estados Unidos así que, en cierto modo, la conocí. Pero sí tengo una cierta añoranza de esos años del máster en Boston, donde uno se dedica a desarrollar una idea y con ella no tiene que llegar a ningún lado, mientras que en la vida real ocurre todo lo contrario. Esa no funcionalidad es fantástica y es lo único que echo de menos.

TL: Cuando uno lee tu currículum no puede menos que asombrarse. ¿Sueles echar la vista atrás y ver todo lo que has logrado?
FJ: No, no.. siempre miro hacia adelante, lo cual también es un error porque siempre voy como ansioso para ver lo que viene. Mi currículum lo veo muy poco. Hace unos meses, en Los Ángeles, me cogió una agencia nueva de representación y tuve que mostrárselo. Y ahí, al verlo, me di cuenta de lo inquieto que soy, que no paro un segundo (risas). Lo mío es producto de la insistencia y el tesón.

TL: ¿Qué parte hay de suerte, de destino, de casualidad?
FJ: Muchísima de suerte y de causalidad, de las dos cosas. El destino va decidiendo y uno tiene que aceptar esas decisiones porque solo tiene un 10% de fuerza para cambiar lo que está predestinado. También te debo reconocer que igual que mi CV es muy nutrido, también me han salido la misma cantidad, o más, de cosas mal pero esas no van en el curriculum.

Federico puso la música a ‘El Secreto de sus ojos’

TL: ¿Cómo funciona la inspiración?
FJ: Las fechas son una gran fuente de inspiración (risas). Para mi música de conciertos, los plazos son más dilatados pero, para el cine, saber que tienes que entregar una banda sonora en dos meses es inspirativo (risas). Ahí tienes que instalarte dentro de un marco temporal y, en ese plazo, a mí me sirve mucho ver cine (que no necesariamente tiene que ver con el tema de la película en cuestión), escuchar música y sentarme delante del piano. Y ahí empieza la búsqueda de sonoridades y melodías.

TL: ¿Alguna vez no te ha pillado trabajando?
FJ: La verdad es que eso me ha ocurrido muy poco. Soy un adicto del trabajo. Cuando, alguna vez, paro y me voy a pasear por la sierra de Madrid o por la playa, cuando estoy en Los Ángeles, es cuando de repente me vienen ideas, imágenes y se activa de nuevo la creatividad.

TL: ¿Los músicos os sentís “los hermanos pobres” de una producción cinematográfica?
FJ: Absolutamente de acuerdo contigo y aprovecho para lanzar este mensaje a los productores. Por fortuna, en los últimos años, creo que se ha ido revirtiendo un poco esa idea y se está revalorizando el trabajo que hacemos. El hecho de que tú me entrevistes, después de haberlo hecho con director y actores, revela un poco eso. Hay muchos cineastas (productores, directores) que no son conscientes de la importancia de la música en los dos sentidos, en el que puede revalorizar una película o destrozarla. Yo tengo mails muy cariñosos de productores, agradeciéndome la música de sus películas, pero mediáticamente se nos tiene poco en cuenta.

‘Gran Reserva’ ha sido uno de sus trabajos televisivos más exitosos

TL: ¿Cómo surgió Órbita 9?
FJ: Hace muchos años que colaboro con Hatem y tenemos muy buena relación. Cuando tuvo el guión de la película, con suficiente peso como para compartir, lo hizo y comenzamos a hablar. En esta película, uno de los elementos fundamentales fue el del ambiente sonoro, no tanto el de la melodía determinada o el lev motiv de tal o cual personaje. La música tenía que colaborar con la magnífica presencia estética de la película.

TL: ¿Alguna vez te has recriminado el no haberlo hecho mejor?
FJ: En todas las películas (risas). No lo hago de manera fatídica, pero es inevitable. No me torturo ni me paralizo, pero cualquier censura es para mejorar.

TL: De todas tus producciones… ¿si te hiciera elegir una?
FJ: ¡Madre mía! Eso siempre es muy difícil pero, si me pones en esa situación, te diría que ‘El secreto de sus ojos’. Fue para mí una experiencia increíble, no solo por la música sino por todo el viaje que tuvo esa película y el viaje que me permitió hacer a mí con ella y gracias a ella. Pero también debo decirte que Órbita 9 ha sido para mí un hito especial, porque no es el tipo de partitura que generalmente escribo. Esta película me ha puesto en una tesitura nueva y he tenido que resolver en otro registro.

*Localización: Hotel Indigo Madrid.

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