El arma secreta de Rafa Nadal

“Ganar y ganar y ganar, y volver a ganar, y ganar, y ganar». La famosa frase de Luis Aragonés define, en pocas palabras, la realidad de un campeón del deporte, de un número uno. Pero detrás de cada campeón hay un gran trabajo, unas condiciones, un equipo, una forma de entender el deporte y la vida y un material sofisticado que ayuda al atleta a conseguir los resultados.

Hoy en The Luxonomist nos hacemos eco de este último apartado, el material con el que Rafa Nadal se expresa en la pista. La tecnología más avanzada puesta al servicio del mejor deportista español de todos los tiempos. Hoy les presento, la raqueta de Nadal. A mediados de los años 90, Rafa Nadal, con apenas 10 años de edad, recibía de su tío Toni un regalo muy especial, una raqueta Babolat, muy sencilla, un modelo de serie, con el que aquel niño vivaracho iniciaba una carrera meteórica al estrellato, que nadie hubiera pensado le llevaría al lugar en el que estamos.

21 años después, la carrera de Nadal está jalonada de éxitos, de trofeos, de fama y dinero; pero Rafa sigue siendo fiel a aquella marca de raqueta con la que comenzó todo. Babolat, la compañía francesa, fundada en 1875, con sede en Lyon, es la encargada de dotar a Nadal de la más avanzada tecnología, que vaya acorde con sus éxitos y la calidad de su tenis. La pure aero play y la aeropro drive con las que Nadal juega sus partidos, se pueden encontrar en tienda por 350 euros, pero el modelo personalizado que utiliza Rafa es de un valor incalculable, una máquina perfectamente engrasada y que no deja indiferente a nadie.

La raqueta que luce Nadal en sus partidos es el modelo de toda la vida, pero con más peso en la cabeza; unas cintas de plomo colocadas en el marco permite golpear la bola con más potencia y aceleración. Es pura física, a más masa, más potencia, la raqueta pasa más rápido y la pelota corre más. Se busca una inercia que le ayude a golpear la bola sin tener que forzar el brazo y, de esta forma, Nadal lanza su famosa bola liftada “banana shot“ en un prodigio de velocidad y efecto, que llega a alcanzar las 83 vueltas por segundo. Su primer servicio así se hace demoledor, llegando a los 205 Km/h y con una efectividad por encima del 59% de acierto.

Junto al cambio de peso que permite mayor potencia, la raqueta incorpora en la parte superior del mango la nueva cortex active technology, que proporciona una mayor sensación de solidez en el agarre y un encordado con tecnología frame string interaction (fsi) que proporciona un espacio más ancho entre las cuerdas para un mayor control en cada golpe (Rafa suele cambiar de raqueta cada ocho juegos, porque el cordaje va perdiendo propiedades). Pero el factor estrella de la raqueta de Nadal es el big data que recurre a la telemetría para conocer mejor su juego, fuerza del impacto, dirección de la bola, efectos etc.

Tres sensores, situados en el mango, transmiten a través de Bluetooth toda la información a una aplicación. Un vibrador piezoeléctrico, un acelerómetro y un giroscopio, registran la zona de la raqueta en la que se golpea, la velocidad, el índice de inclinación, cotejando y comparando estadísticas que ayudan a calcular al milímetro cada golpe. El sistema es capaz de grabar 15 horas de juego y almacenar en su memoria 257 millones de golpes. Con un peso de 350 gramos y en color negro y amarillo, la raqueta de Nadal se ha convertido en su mejor aliado, ese mudo compañero de viaje que nunca sale en la foto pero que resulta un factor indispensable en la vieja teoría de ganar y ganar y volver a ganar y ganar…