Chenoa: «No pensé que la cosa fuera definitiva, pero lo era»

La cantante juega con el silencio de David Bisbal tras relatar en una biografía los detalles de su ruptura.

Aurelio Manzano. 29/09/2017

Muy segura, altiva y hasta en guardia (muy diferente al victimismo que quiere reflejar en su biografía) Chenoa presentaba este jueves su libro “Defectos perfectos” de Martínez Roca. Un libro que en el que la cantante relata cómo fue su ruptura con Bisbal. Bueno, cuenta su historia y como lo vivió ella, aunque esto no corresponda en su totalidad a la realidad, como así se desprende al leer algunos extractos del libro…

“Una semana antes de regresar de su viaje, David me envió un ramo precioso con una nota que decía algo así como ‘Ya llego’. Yo seguía flotando en mi nube de amor y flores blancas, cómo no iba a hacerlo. Cuando regresó, yo estaba trabajando y, al volver a casa, me lo encontré con la maleta hecha. ‘Tengo que pensar, necesito tiempo, mejor lo dejamos’.

«Aquello tenía que ser una broma de mal gusto, pero no: era el peor día de mi vida» dice Chenoa en su biografía

“Ya había pasado otra vez y él había vuelto al poco tiempo, arrepentido y con las cosas claras: Él me quería. Y punto. ‘Tómate tu tiempo. No hay problema. Veremos qué pasa’. Cuando le llamé al día siguiente, no noté nada raro. Estaba viendo la tele con sus padres. No pensé que la cosa fuera definitiva, pero lo era, al parecer. Unos días más tarde, alguien me llamó por teléfono. No soy capaz de recordar quién fue. ‘Pon la tele’. Allí estaba David, en una rueda de prensa en Caracas, encantado de la vida, diciendo que no estaba con nadie”.

“No podía respirar. Su ropa estaba en el armario. Desde el sofá donde me sentaba podía ver sus cosas, que aún estaban por toda la casa. Aquello tenía que ser una broma de mal gusto, pero no: era el peor día de mi vida. Le llamé y una voz contestó que aquel número no correspondía a ningún usuario. Él no estaba con nadie y el teléfono no era de nadie. Volví a marcar. Nada”… cuenta la cantante en su biografía.

Su biografía no tiene desperdicio

En una entrevista que la artista daba en la revista 40 principales en 2009 la cantante afirmó que se había enterado por la prensa de su ruptura. Pues bien, en su libro ha tenido que reconocer lo que quien escribe esta crónica había publicado en varios medios “Ella se enteró de la ruptura porque David se lo dijo personalmente”. Otra cosa es que las declaraciones de Bisbal en aquella rueda de prensa le sorprendieran. Eso es harina de otro costal. Pero David nunca le mintió.

Chenoa, una vez más y no sé por qué razón, ha querido, en ciertas partes de tu libro, actuar como la victima de esta historia e incluso ha jugado al despiste cuando dice que “Bisbal me dijo algo al oído en el reencuentro, que nunca contaré” dejando a la libre imaginación algo muy íntimo, que seguramente no seria nada más que una frase del tipo “Tranquila, todo saldrá bien” o algo así. De sus palabras hacia David se puede intuir que aún, a pesar de haber pasado muchos años, Laura, la mujer, sigue sintiendo algo por David, algo que ella ha negado pero que con este libro queda en evidente duda.  

No hay dudas sobre su carrera profesional

Querida Chenoa, sabes que como artista te respeto porque tiene un gran talento pero creo que, teniendo el derecho que tienes, de contar tu historia, faltaría más, no es bonito soltar ciertas cosas, cuando sabes que la otra persona, Bisbal, no se defenderá, mas allá de… “en una relación siempre hay muchas versiones, en este caso habrá dos y nada más”… dos versiones. La historia verdadera está escrita y no la puedes endulzar ni cambiar.

‘Si me has querido, aunque sea un poco, ¡protégeme, coño!’

Los días posteriores a la ruptura.
“No habíamos hablado de cómo hacer aquello público. De hecho, no habíamos hablado de absolutamente nada durante varios días, después de tres años juntos. No pude decidir cómo afrontarlo. No avisé a mi familia ni a mis amigos para que estuvieran conmigo. ‘Si me has querido, aunque sea un poco, ¡protégeme, coño!”.

El momento chándal.
“En ese infierno andaba, cuando vi que mi portal estaba lleno de cámaras y, que nadie me pregunte por qué, se me ocurrió bajar de aquella guisa. Nadie en mi situación sabría contestar. Imagino la cara de mi amiga cuando me vio, lacrimógena perdida, ante las cámaras. Vino volando a rescatarme, metió algo de ropa en una bolsa y me llevó a su casa para atiborrarme de valerianas y vino”.

El reencuentro con Bisbal.
“Me llamó la hermana de David y me dijo que vendrían de una empresa de transportes a dejar unas cajas para que metiéramos sus cosas dentro. ¡Ah, por cierto… cuidado con los premios! ¡Sus putos premios! Recuerdo a mi madre mirando aquellas cajas que nosotras debíamos montar, toda aquella ropa que nosotras debíamos doblar y todos aquellos premios que debíamos tratar con cuidado. Otra madre lo habría tirado por la ventana sin ningún miramiento. Y que lo recogiera el mismo señor que vino a buscar su coche, pero ella no es así”.

Elena Tablada.
“Cuando al cabo de un par de meses salió a la luz su relación con Elena Tablada, no tenía fuerzas ni para enfadarme. Solo me flagelaba. El abandono, el rechazo, la tristeza inmensa, todo era culpa mía. O, al menos, eso creía yo. Qué manía esta nuestra de culpabilizarnos por los comportamientos de otros. Qué gran error”.

¿Infidelidad?
“Dos años después de nuestra ruptura, se dio un ‘expediente X’ de lo más curioso: una colaboradora suya se me sentó al lado en un avión para contarme los detalles pormenorizados de su historia con mi ex. Yo pensé que me encontraba en un programa de ‘Cuarto Milenio’, todo muy surrealista. Para entonces, yo ya no lloraba las penas y no veía la necesidad de semejante confesión”. Querida, si necesitabas desahogarte o limpiar tu conciencia, ahí están los confesionarios.


El momento ‘cobra’.
“Si yo no hubiera creído que David lo daría todo en la canción, me habría negado a hacerla. Aquella noche estaba desbordada por la emoción, pero también muy preparada. Sabía que cualquier microgesto sería analizado con lupa, como así fue. Yo sé lo que la gente vio y sé lo que yo viví, sé que David me dijo algo al oído que jamás desvelaré y que la actuación fue maravillosa, como tenía que ser. Cuando, al terminar de cantar, fui a mi camerino para quitarme los tacones, que me estaban matando, Javián abrió la puerta y me dijo que no leyera Twitter, por lo de la cobra. ¿Qué cobra de qué? No tenía ni puñetera idea de lo que estaba hablando. Ni yo ni nadie que estuviera allí y hubiera visto la actuación. A partir de ahí, la nube inmensa de comentarios, que me la trae al pario no, lo siguiente”.

Relacionados

Últimas noticias

Subir arriba

Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.

MÁS INFORMACIÓN.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Versión Escritorio