El arte de compartir de la galerista Soledad Lorenzo

Acaba de cumplir 80 años y está viviendo uno de los momentos más dulces y relevantes de su vida. Soledad Lorenzo (Santander, 1937), la que ha sido una de las galeristas más importantes de nuestro país, ve expuesta parte de su colección de arte personal estos días en el Museo Reina Sofía de Madrid.

Su labor como galerista durante casi tres décadas le ha dado frutos ricos y diversos, entre otros, el haber ido forjando una valiosísima colección de piezas de arte que ha elegido ceder al museo madrileño con promesa de legado, es decir, las obras pasarán a ser propiedad del Estado español después de su muerte. Se trata de 400 obras de las que ahora mismo y hasta el próximo 27 de noviembre podrán contemplarse 58 de ellas de 15 artistas españoles.

En diciembre y bajo el título de ‘Cuestiones personales’ se exhibirá también en el Museo Reina Sofía de Madrid una exposición posterior de piezas correspondientes a la misma colección y en la que ya sí habrá presencia de obras de artistas internacionales. Un caramelo de incalculable valor que Soledad Lorenzo nos regala a todos con la modestia de la que siempre ha hecho gala. Opina Soledad Lorenzo sobre su propio gesto que la donación de su colección no es en sí un hecho generoso sino inteligente, dada la importancia que ella otorga al poder transformador del arte y que sólo puede manifestarse cuando este es expuesto.

Viuda desde los 38 años, poco después murieron sus padres y sus hermanos, unos hechos dramáticos que la lanzaron a los brazos del arte. Estas graves pérdidas personales fueron la semilla que la convirtieron no sólo en la galerista de sus artistas, sino también, en su mecenas y hasta en su propia familia. La devoción por sus artistas ha quedado siempre patente, su fascinación por la mente de los creadores que la han acompañado durante todos estos años.

En 2012 decidió cerrar la puerta de su galería, uno de los espacios más relevantes de la escena cultural de nuestro país. El espacio de la calle Orfila de Madrid se inauguró en plena movida madrileña siendo desde el principio un lugar de difusión del arte consagrado, como ya era en su momento el representado por la figura de Antoni Tàpies, y del arte que llegaba con aires de innovación al dar cabida, por ejemplo, a representantes de la Nueva Escultura Vasca como son Txomin Badiola o Pello Irazu, entre otros. En su cartera de artistas también contaba con la crème de la crème internacional.

Soledad Lorenzo no sólo exhibía sino que mantenía una relación cercana y cordial con Louise Bourgeois, una de las escultoras más importantes del siglo XX conocida sobre todo por sus fastuosas arañas entre las que podemos reconocer con facilidad la que se exhibe en el Museo Guggenheim de Bilbao. El norteamericano Julian Schnabel, una de las voces más importantes de la pintura actual estadounidense, también se encuentra entre los artistas en su día representados por la galerista.

Dice Soledad Lorenzo que se siente muy feliz al pensar que su legado puede ayudar a enriquecer un poco la colección del Reina Sofía. La santanderina ha subrayado siempre la importancia del arte como resorte educativo al actuar sigilosa y contundentemente sobre la inteligencia de la mirada. La exposición ‘Punto de encuentro’ es un sitio magnífico en el que cultivar este valor que, como asegura la generosísima Soledad Lorenzo, sin darnos cuenta y simplemente entregándonos a la experiencia de sentir nos va haciendo más libres.