Vivir en poesía

La obra de Alejandro Roemmers un eterno enamorado de la vida nos enseña, a través de su poesía, a disfrutarla y amarla intensamente.

Carla Royo-Villanova. 10/10/2017

Alejandro Roemmers es un hombre multidisciplinar, empresario, escritor y poeta. Amante del arte en todas sus facetas, sensible y enamorado de la vida. Muy conocido en Argentina y también en España, por su fuerte vinculación con nuestro país y por una de sus obras maestras, “El regreso del Joven Príncipe”, -inspirada en el mensaje de El Principito-, que, de su mano, regresa como adolescente para hacernos pensar y saborear la vida de nuevo. El pasado 3 de octubre se presentaron en Madrid otros dos libros suyos: “España en mí y otros poemas”“Un poeta para el siglo XXI”.

Alejandro Roemmers durante la presentación

En la sala Zambrano del Círculo de Bellas Artes de Madrid no cabía un alma más. Y bien digo alma, pues la concentración de invitados fue la prueba más fehaciente del interés que la literatura y la poesía en particular, tienen. A veces nos hacen creer que las personas quieren otro tipo de evento; y nos cuentan que la mayoría prefiere descerebrarse frente a un televisor sin más, y que, si sientes pasión por las bellas artes, la cultura, o la historia eres poco menos que un bicho raro. Sin embargo, el pasado 3 de octubre, Alejandro Roemmers demostró con su convocatoria que hay muchísimas personas amantes de la belleza, de la literatura y de la espiritualidad que todo esto encierra. Repito, no cabía un alma más.

Alejandro Roemmers junto a los presentadores en el Círculo de Bellas Artes

Decenas de jóvenes y universitarios escuchaban con interés las palabras de los presentadores: Alicia Mariño, Luis Alberto de Cuenca, Roberto Alifaño y Abelardo Linares. Que nadie se engañe, la juventud también ama la poesía. La generación Z (1995 hasta hoy) viene fuerte, culta, inquieta, digital y preparada. Con el vídeo de sus smartphones grababan las intervenciones de los ponentes, compartían en sus redes el momento, apuntaban en sus iPad dudas y cuestiones que, después, en el turno de ruegos y preguntas, plantearían al autor.

La sala Zambrano estaba repleta de gente para escuchar a Alejandro Roemmers

He de reconocer que para mí fue uno de los detalles más impactantes, quizá porque como decía al principio, a mí también me hicieron creer que la poesía era agua pasada. En la noche del discurso del Rey, en la semana más convulsionada de los últimos tiempos, en las horas de indecisión para unos, de tragedia para otros, de reproches en todas las direcciones y de emociones alteradas, todos los allí presentes tuvimos un tiempo de armonía, de paz y de esperanza. La poesía de Alejandro Roemmers emociona para calmar. Un agradecido paréntesis que a todos nos vino como el mejor de los regalos.

Alicia Mariño durante la presentación

Alicia Mariño recitó varios poemas de Alejandro con su peculiar y preciosa voz, poniendo los pelos de punta y haciendo vibrar el corazón. Muchos nos fuimos a dormir volviendo a leer poesía. Sus palabras, cargadas de pasión, hablaban de la forma que tiene Alejandro Roemmers de entender y plasmar su poesía. “Alejandro trata la vida, la muerte y el amor, temas eternos en el arte de la poesía, pero para él siempre dominados por la acción de gracias. Trata estos temas, incluso cuando habla de muerte, con luz, porque es la luz la que siempre salva y alivia el dolor… Es la luz la que nos facilita la difícil tarea de vivir”.

Mariño alabó al autor diciendo que siempre engancha y conecta con sus lectores. Y es cierto, al leer a Alejandro uno se siente aliviado, reconfortado, y esto es seguramente lo que nos engancha a él, a sus escritos y a una manera de pensar que queremos hacer nuestra.

Alejandro Roemmers y Luis Alberto Cuenca

Luis Alberto de Cuenca, el maestro de ceremonia, reconocía estar emocionado por formar parte de aquella mesa y aquel momento. El editor Abelardo Linares sentenció que ama la poesía y también la prosa de Roemmers y nos dio en primicia la noticia de la próxima presentación de “Franciscus, una razón para vivir”, en España. Un musical compuesto por Roemmers, basado en la vida de San Francisco de Asís y a la altura de los más grandes espectáculos de Londres o Nueva York.

Alejandro Roemmers junto a los cuatro presentadores que le acompañaron en la sala Zambrano

Esperadas fueron las palabras de Alejandro, quien y queriendo devolver el cariño recibido, comenzó diciendo: “No habría poesía sin ustedes”. Nos recordó que el camino es el corazón y el sentimiento porque al ser humano no se le puede entender solamente con la racionalidad. Habló de la fe como confianza, clave en los días en los que las cosas no salen como a uno le gustaría. Esa fe en Dios que consigue el milagro de acercar su mano, de acortar su distancia. Y habló de la posibilidad de quedarnos al margen o de aquella otra que nos lleva a tomar la decisión de ser, de ser humano, poniendo nuestros dones al servicio de los demás.

Al finalizar la presentación y hasta bien entrada la noche el escritor se fotografió y firmó libros a los asistentes

Con catorce años escribió su primer poema y supo ya que aquellos versos y otros que vendrían después, daban forma a lo que él quería ser, los que le harían feliz. Y así fue, sus poemas de adolescente resumen lo que ahora es. Roemmers trata el por qué estamos, y el a dónde vamos, pero siempre desde una mirada positiva, incluso y sobre todo, cuando lo que tenemos entre nuestras manos no sale como deseamos. Y como prueba, su poema Brindis, que comienza tan profundo como termina, “Si este es el fin, brindemos por la vida.”

Carla y Guillermina Royo-Villanova junto a María Escudero

Para Alejandro Roemmers la poesía nos enseña a mirar la vida, a disfrutar de ella, a amarla, porque él vive eternamente enamorado.  Y con palabras de amor, sin el que, dijo, no hay nada, terminó el acto. Eso sí, después de recitar varios de sus poemas, emocionando aún más a su lujosa audiencia.

Espectaculares vistas de la terraza del Círculo de Bellas Artes

El autor firmaría libros hasta pasada la media noche, sin interrupción, sin descanso. Amable atendía y comentaba con sus lectores, sorprendidos y agradecidos porque las ventas de sus libros irían destinadas al 100% a la Fundación Numen, que ofrece atención a personas con parálisis cerebral y otros daños cerebrales.

Decoración realizada por Brumails

Una noche de emoción, de reflexión. Una noche mágica y solidaria, de lujo compartido con amantes de las letras, que luego pudimos continuar con un catering servido por Silvia Lodares, en la espectacular terraza del Círculo de Bellas Artes, decorada por Brumalis. Una cálida noche que olía a eucalipto, a otoño y primavera, olía a vida, a gente que quiere vivir en poesía.

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