Mascotas a tope tras las vacaciones
Te recordamos los cuatro puntos más importantes que debes tener en cuenta con cada cambio de estación.
Volvemos de vacaciones y pronto entraremos de lleno en otoño. A mí me gusta aconsejar que, al menos con cada cambio de estación, se haga una visita completa al veterinario, se revisen los juguetes y utensilios que usa y se sustituyan por otros nuevos (e incluso más adecuados), se vigilen cambios en la dentición o si simplemente están desgastados. Además, controla si tu mascota necesita educación o reeducación por cambios en su comportamiento o la visita a cualquier otro profesional, como un fisioterapeuta.
1. Veterinario. Siempre recomiendo una visita al veterinario por mes. Si tu animal de compañía necesita más o menos, te lo irá indicando el profesional. Se encargará de que llevar al día el calendario de vacunaciones y de un chequeo general, además de las diferentes consultas que vayan surgiendo en el transcurso de la vida diaria. El veterinario puede incluso pedir análisis y otras pruebas complementarias para un examen completo.
Tras el paso del verano, es un buen momento para acudir, sobre todo si te has saltado esta pequeña norma, al profesional veterinario que vigilará además que no tenga ningún tipo de plagas frecuentes en verano o que mosquitos, pulgas y otros agentes por si le hayan hecho alguna herida a la que se deba prestar atención especializada y que te indique cómo tratarlo en casa o si debes volver a la consulta para curas. También durante los paseos o debido a las altas temperaturas puede que las plantas de sus patas requieran algún tipo de cuidado especial a tener en cuenta.
Aquí te dejo un vídeo donde puedes ver la variedad de productos de Dog Fashion Spa y cómo son aplicados fácilmente en el cuidado de tu mascota. Puede que el cambio de aguas o dieta e incluso de otros factores, como la dentadura, le afecten en la función digestiva. En fin, como ves, hay mil y una razones para acudir a un buen veterinario a la vuelta de verano para una puesta a punto perfecta, así como a un salón de belleza cualificado.
2. Peluquería. La visita al peluquero no se reduce únicamente a un corte de pelo. Un buen profesional contará con productos para reparar daños causados por el sol, el mar e incluso las piscinas y la alta exposición al aire libre. Por esto, aunque se te dé fenomenal bañar a tu perro en casa, al menos por esta vez tienes que ir a un buen peluquero canino.
Me refiero a canes, porque casi todos se dedican a ello, ya que es más difícil tratar con gatos, hasta el punto de que algunos profesionales necesitan de la intervención de un veterinario que anestesie al felino. Otros tienen un don natural para ello y trabajan con gatos fantásticamente bien.
En una buena peluquería canina sabrán además, cortar las uñas correctamente e incluso hacer ‘la manicura’, tratar las plantas de las patas y alisar, teñir y peinar sin perjudicar en absoluto al animal. Y lo más imporante, a qué altura cortar el pelo de cada raza. Si no es así y son buenos profesionales, te dirán con franqueza lo que no son capaces de hacer.
3. Revisión de utensilios. La revisión de todos y cada uno de los utensilios que use tu mascota es fundamental. Tanto los que utiliza diariamente como los que son específicos para viaje. Es una norma general que si algo no está en buen estado, no podrá hacer la función para la que fue diseñado, pero además, en este caso, te juegas la seguridad de la propia mascota.
No me refiero únicamente a que cambies aquellos juguetes en mal estado por otros similares, voy más allá. Los accesorios fundamentales: bebederos y comederos, lugar de descanso, correa y collar, bolsitas de paseo, juguetes, calzado y ropa, así como los accesorios de aseo para el pelo (champú, cepillo diario, tijeras…). Revisa los accesorios de viaje que has utilizado durante las vacaciones, antes de guardarlos, no los guardes en mal estado. Si ahora no te urge reponerlos, espérate a la siguiente temporada, quizás hayan salido modelos nuevos.
4. Educación. Durante las vacaciones adoptamos estilos de vida más relajados y por tanto tampoco exigimos mucho más a nuestras mascotas que lo mínimo (independientemente de que hagas deporte con tu perro). Existe la posibilidad de que al estar en contacto con otras mascotas ‘menos educadas’, nuestro perro también acabe relajándose y olvidando algunas de las buenas costumbres. Necesita una reeducación, lo podemos hacer nosotros mismos o un buen profesional. Obviamente te aconsejo un profesional y, mejor aún, quien lo educó en un principio.
En vacaciones puede que hayan estado en contacto con más personas de las que han recibido una atención especial (niños con los que han jugado mucho y ahora echen de menos, no sólo por el ejercicio extra, sino también el cariño y la compañía…). Es importante reconocer que ciertas conductas erráticas como el mal comportamiento dentro de casa, morder muebles, cojines o alfombras, por ejemplo, se puede dar por estas causas -aburrimiento y falta de atención-, al igual que también se puede dar un entristecimiento del can por considerarse más solo que de costumbre, como ya os conté en un artículo anterior.
Otro punto importante a considerar es que quizás hayan cambiado las condiciones de tu casa o familia y necesites reeducarlo para adaptarlo mejor a ellas e incluso pueda ser un perro de asistencia.
NOTA: Si quieres saber más sobre perros de asistencia y asociaciones en España y fuera, puedes volver a leer mis artículos.