¿Estará siempre Apple a la altura de las expectativas?

Las presentaciones de cuentas trimestrales siempre suelen generar demasiada expectación de la que correspondería, dado que son lecturas parciales de la marcha de una empresa. En este caso, la inflación de información contable introduce malos incentivos tanto a los analistas como a los gestores, los cuales van a estar más preocupados de no defraudar al mercado que de hacer las cosas bien.

Un caso paradigmático es el de Apple (ticker $AAPL), cuyas publicaciones de resultados correspondientes a sus trimestres fiscales crean enorme revuelo y expectativas en el mercado, no siempre cumpliéndose lo que se espera. Así ha sucedido con los últimos beneficios correspondientes a su segundo trimestre fiscal, los cuales, en términos de beneficio por acción (EPS por sus siglas en inglés), se ha quedado diez centavos de dólar por debajo de lo esperado por el consenso de mercado consultado por Bloomberg, alcanzando los 1,90 dólares.

De todos los datos que ha ofrecido la compañía de Cupertino, el que más asusta sin duda a los analistas es que por primera vez desde hace 13 años, el importe neto de la cifra de negocios de la compañía se reduce en un trimestre en términos interanuales. La caída de ventas (cifrada en el 13% interanual hasta los 50.600 millones de dólares), en sí no refleja un negocio en decadencia, sino el agotamiento de un modelo que poco a poco irá cambiando.

Uno de los primeros cambios que está empujando el mercado es la diversificación de sus ventas en otros productos. Una excesiva concentración en su pr2oducto estrella –el iPhone– es el responsable de la caída nominal de las ventas, incluso con un registro por encima de lo esperado por el mercado. En el último trimestre fiscal, la venta de iPhone ha sido de 51,2 millones de unidades (-16% interanual) en todo el mundo. Nadie hasta ahora ha podido aguantar un nivel de ventas tan elevado y por encima de los 50 millones de unidades.

Mientras que el resto de la gama de productos de Apple va alcanzando su punto de maduración -es el caso del iPad y otros inventos revolucionarios-, la revisión de la estrategia llevará a la creación de productos y acción diferenciada para su gran mercado exterior: China. Apple conserva el primer puesto de marcas Premium en la segunda mayor economía del mundo, pero fuertemente amenazada por las creaciones nacionales como Xiaomi o Huawei.

A pesar de los miles y miles de titulares, crónicas, horas de radio y comentarios en medios económicos a nivel mundial incidiendo en una supuesta ‘debilidad’ de Apple, es un momento extraordinario para parar y sentarse a pensar cómo será Apple a medio plazo. Para ello, la compañía de la manzana mordida está activando los siguientes ‘colchones’ para amortiguar el impacto sobre el mercado:

• La consolidación de un amplio ‘patio trasero’, es decir, una demanda cautiva estable en todo el mundo de sus productos y servicios que le asegura como mínimo seguir vendiendo entre 40 y 45 millones de iPhones anuales.
• Apple es una de las compañías que están siendo más activas en el sostenimiento de la cotización de sus acciones mediante los programas de recompra de acciones (buybacks). A este respecto, el Consejo ha aprobado incrementar el programa de recompra de acciones de los 140.000 millones de dólares actuales a 175.000 millones de dólares de límite máximo.

A su vez, Apple aumenta un 10% el dividendo y repartirá el próximo 12 de mayo 57 centavos por acción. El payout sobre cash flow operativo se mantiene en niveles muy altos superiores al 86% (86,2%).

• Por último, enfría considerablemente las expectativas para el tercer trimestre fiscal, donde espera un margen bruto sobre ventas de entre 37,5 y 38 puntos, mientras que la cifra de negocios estaría situada entre 41.000 y 43.000 millones de dólares trimestrales.

A partir de estos puntos, Apple podrá realizar un replanteamiento de la estrategia comercial a nivel mundial, además de examinar por dentro las cifras para detectar los productos y servicios que generan un mayor valor añadido. El punto más negativo puede ser, sin duda, que los gestores hagan su trabajo mirando sólo el precio de las acciones y el ‘qué dirán’ en el mercado. Tristemente, nuestros tiempos son de excesivo cortoplacismo tanto en el análisis financiero como en la gestión.

Disclosure: El medio no se responsabiliza sobre las opiniones expuestas en el artículo. El texto ha sido escrito de manera libre expresando ideas propias, sin recibir ninguna compensación por ello. El autor no tiene ninguna relación de negocios con cualquiera de las empresas cuyas acciones se mencionan en este artículo.